Unas 800 personas se vuelcan con el líder de Ciudadanos, que les invita a acudir a las urnas: "Ahora podéis votar sin taparos la nariz"
VALENCIA. La caída del PP en la Comunitat Valenciana en las elecciones autonómicas y locales del pasado mes de mayo fue acompañada por una irrupción de Ciudadanos en el ámbito regional (13 escaños) y local (seis concejales en la capital). Pese a que los analistas puntualizan que la formación que lidera Albert Rivera también resta apoyos al PSOE de cara al 20D, la congregación y morfología de los fans en un mitin del partido 'naranjito', permite entrever que, al menos en Valencia, el grueso de los votos parecen proceder de la gaviota.
Pantalones de pinzas, polos de marca, algunas parejas acarameladas, varias camisas de cuadros, barbas bien cuidadas, pocos pensionistas, ningún chándal y, en general, búsqueda constante de 800 pares de ojos a la espera de la irrupción del líder. De hecho, varios minutos antes de que Albert Rivera entrara por la puerta lateral del salón Arquerías del Museo Príncipe Felipe, la mayoría de asistentes ya se encontraba de pie esperando, cual estrella de rock, la llegada del candidato, para muchos ídolo, de Ciudadanos.
El auditorio, entregado desde antes de entrar al recinto, ovaciona a su líder en cuanto pone un pie en la sala. En su pequeña vuelta de honor, le acompaña una comitiva más reducida de la que suelen llevar los grandes partidos. Que nadie robe protagonismo al jefe. Saludos, algunos besos, muchas sonrisas, y un grupo de mujeres de mediana edad elegantemente vestidas gritan enfervorizadas: "¡Presidente, presidente!" cuando pasa junto a ellas.
Tras sentarse en primera fila, se pone en marcha un vídeo que arranca en la Constitución de 1812, pasando por el inicio de la Guerra Civil de 1936, "una guerra entre hermanos", "entre rojos y azules", subraya la voz en off, pasando por la dictadura de Franco hasta la Transición -aplausos cuando sale en escena Adolfo Suárez-, las elecciones de 1982, la España "de las oportunidades" -dice la grabación curiosamente cuando aparece el año 1996 y José María Aznar- y después un fundido a gris con Rodríguez Zapatero y Mariano Rajoy.
Con el auditorio caliente, Carolina Punset sube al escenario, al igual que todos los protagonistas, hablando con 'manos libres'. Califica de 'Messi' de la política a Rivera para disfrute de la parroquia y comenta su labor en Les Corts Valencianes frente a las pocas propuestas del PP, insta a Ximo Puig a que deje de "llorar" -tal y como suele decir Isabel Bonig (PP)- y reprocha a Compromís su "constante simbolismo" nacionalista. Hay para todos.
El público aplaude a Punset y, posteriormente, hace lo propio con el economista Vicente Ten, cabeza de lista por Valencia, pero sin demasiada pasión. Los teloneros lo son más que nunca. Algunos asistentes ocupan las sillas de la prensa justo cuando sube a la tribuna Toni Cantó, ex UPyD y ahora número dos de C's al Congreso por Valencia. El actor hace su papel y, con oficio y proximidad arranca alguna que otra ovación, sobre todo en sus críticas a Artur Mas.
Tras esta antesala, una voz femenina similar a la de las instrucciones del chaleco salvavidas en los aviones anuncia el turno de Rivera. Gritos, público en pie, prolongada ovación... fenómeno fan en esencia. El candidato de Ciudadanos se gana al auditorio en un segundo: "Me iría con vosotros al fin del mundo", asegura, y pone el acento en la buena acogida que C's tiene en la Comunitat Valenciana.
Rivera, moviéndose por el escenario va desgranando los highlights de su programa y de la actualidad política. Sus detractores suelen decir que parece un comercial inmobiliario: si así fuera, alguna casa vendería. Abre intervención apelando a la unidad contra el terrorismo, porque hay que "pensar antes en España que en los partidos políticos". "Cuando matan a una persona están intentando matarnos a todos y a nuestra forma de vida", sentencia. Más aplausos.
Navega por diversos asuntos, el "desastre" de las sucesivas leyes educativas, su propuesta del contrato único que Pedro Sánchez rechaza "pero que Felipe González, Alfonso Guerra o Miguel Sebastián sí la han asumido alguna vez". "¿Se han hecho de Ciudadanos?", se pregunta, ante el alborozo general.
A continuación, subraya que para ser presidente hay que ser "valiente". "No voy a prometer nada, solo responsabilidad", de nuevo gritos de "¡Presidente, presidente!". Califica de "mentiras" las promesas de empleo de Rajoy y lamenta que las propuestas de Pablo Iglesias sean "una carta a los Reyes Magos". Rivera, no obstante, asegura que si Ciudadanos gobierna "bajará el IVA y el IRPF a los pagan" y "perseguirá a los que defrauden".
El líder de C's se acerca entonces a Valencia: "Podemos quitar al PP sin tener que votar a los socialistas ni a los nacionalistas", afirma, para asegurar que los valencianos "no tendrán que volver a ir a votar tapándose la nariz". Unos jóvenes, con apariencia de tener derecho a voto por primera vez, aplauden con júbilo en una fila cercana, mientras Rivera proclama: "¡El 20 de diciembre tenemos que ganar en la Comunitat Valenciana!". En esta línea, prosigue el discurso semiregional reivindicando el Corredor Mediterráneo y la reforma del sistema de financiación pero "hablando de servicios y no de territorios".
En la recta final de su intervención, Rivera apeló a una de las armas más efectivas de C's. "Ciudadanos hará el cambio por el centro, los otros candidatos no son mis rivales, son mis compatriotas", aseguró, obteniendo una ovación cerrada que ponía punto final al mitin en Valencia.
Un acto central en el que el partido naranja volvió a constatar el tirón de su mediático líder ante un público, en general más bien joven que, en otro tiempo, habría sido fácil de encontrar en un mitin del PPCV.