"Compromís y yo nos dejaremos la piel para restringir todo lo posible en el PAI de Benimaclet"
"Compromís y yo nos dejaremos la piel para restringir todo lo posible en el PAI de Benimaclet"
"Compromís y yo nos dejaremos la piel para restringir todo lo posible en el PAI de Benimaclet"
VALÈNCIA. El Bloc Nacionalista Valencià, una de las tres patas de la coalición Compromís, se enfrenta a un congreso trascendental de cara a su futuro al haberse abierto un debate sobre su posicionamiento ideológico y también de nomenclatura, entre otras cosas. La diputada autonómica de Compromís, secretaria comarcal de València del Bloc, Papi Robles (Murcia, 1982), no otorga tanta importancia al nombre, aunque eso sí: deberá contar, a su juicio, con "palabras integradoras". Con todo, lo fundamental es hacia dónde vira el partido ideológicamente, explica.
La cuestión nacionalista para Robles tiene sentido en tanto en cuanto "cualquier tema que gestiones y trates de una manera próxima, será más atractivo que si lo haces de forma lejana". Una de las voluntades de la coalición era hacer llegar el valencianismo al mayor número de rincones del territorio valenciano. ¿Se ha conseguido? "Va costando", especialmente tras 2015, cuando la entrada en el gobierno supuso una "descapitalización" en la parte orgánica y en los colectivos, además de la dificultad que supone la barrera territorial de la Comunitat. Esto, dice, obliga ahora a "parar y pensar hacia dónde tenemos que dirigirnos, porque la línea inicial no ha funcionado".
Acerca de la posibilidad de que la hasta ahora candidata a presidir la Generalitat por parte de Compromís, Mónica Oltra (Iniciativa), sea relevada en los comicios de 2023, Robles extiende un velo de duda: "Ya se verá, pero no tiene por qué". "Lo importante no es sólo ella", explica, y defiende su "capacidad de comunicación, de entendimiento con la gente y esa capacidad de gestión". "Dar por amortizado un perfil -subraya- es un error de base brutal".
Asimismo, y por otro lado, la diputada opina que los últimos pactos de PSPV -socio de Compromís en el Consell junto a Unides Podem- con Ciudadanos están generando "una tensión un poco innecesaria" y tilda estos movimientos de deshonestos. En Compromís, por contra, sí se ha guardado esa "honestidad, pese a no estar de acuerdo con algunas cosas".
Así se expresa la representante del Bloc en términos autonómicos, en conversación con Valencia Plaza.
- A nivel autonómico se ha abierto un debate sobre un posible cambio del nombre en el Bloc, de cara al próximo congreso del partido. ¿Alguna propuesta o idea cuya presencia ve necesaria?
- (Ríe) Yo soy del sector 'descreativo', vengo de la ingeniería. Pero es un tema que no me preocupa tanto como saber hacia dónde viramos ideológicamente.
- De hecho, uno de los debates gira en torno a la presencia o no del término 'nacionalista' o semejantes.
- Yo soy murciana. Son determinadas palabras con las que me siento cómoda internamente, pero hemos de ver si es una palabra que integra. Quiero un partido que sea lo más integrador posible. Si puedo cambiar 'nacionalismo' por otra palabra con el mismo sentido pero que la gente acepte...
- ¿Valencianista?
- Valencianista o como si nos inventamos una palabra nueva.
- Eso, en realidad, sólo parece un problema de nomeclatura o incluso de marketing. Pero a nivel ideológico, ¿el Bloc ha de caminar hacia otro tipo de nacionalismo?
- Esto es una opinión personal. Creo que cualquier tema que gestiones y trates de una manera próxima, será más atractivo que si lo haces de forma lejana. La palabra 'nacionalista' la enraízo ahí, a un sentimiento de pueblo y de pertenencia importante. Ahí tenemos que estar. Ahora, ¿cómo le quieres llamar? ¿Lo quieres llamar 'nacionalista' porque hay gente para la que tiene raíz en otro tipo de sentimiento? Bueno, para mí lo importante es buscar palabras integradoras, que una persona de Requena pueda estar integrada.
- La voluntad inicial era extender el valencianismo, ¿cree que se ha conseguido, especialmente en aquellas zonas castellanoparlantes?
- Va costando. También porque, si ves el origen de Compromís, era un partido de oposición con mucha gente detrás, digamos en lo orgánico, trabajando en los colectivos. En 2015, tuvimos una descapitalización por esa parte al entrar en el Gobierno. Y ha costado llegar. A eso hay que añadir la barrera territorial: el País Valencià es muy alargado. Cuesta trabajo porque para implantarse hay que tener conexión en las zonas. Nos queda mucho de camino.
- ¿Se ha fracasado en este objetivo?
- No hemos puesto objetivos. Pero eso hace que ahora tengamos que parar y pensar hacia dónde tenemos que dirigirnos, porque la línea inicial no ha funcionado.
- En una entrevista a Valencia Plaza, Pere Mayor dijo que en la nueva dirección del Bloc hay soberbia intelectual. ¿Cómo cree que se puede resolver esta brecha generacional en el seno del partido?
- En València, tenemos mucho esa brecha generacional: tenemos gente muy mayor y luego un colectivo de gente más joven. Esto se soluciona trabajando y entendiéndonos. Hay gente que lleva 50 años que no verá las cosas igual que yo, pero llegamos a acuerdos. Hay cosas en las que prevalecerá una visión, y en otros asuntos, otra. Eso es lo que pasa en el Bloc: están representados los intereses de gente más mayor y de gente más joven. Creo que cuando Pere Mayor, cuando hace esas afirmaciones, es que lleva mucho tiempo sin participar en el partido. No sé muy bien de dónde viene la crítica. En la dirección veo que hay un intento de integrar todas las sensibilidades.
- De cara a las próximas elecciones, se ha especulado sobre la figura de Oltra y si su máximo capital político ya se ha alcanzado. ¿Qué papel juega el Bloc en una posible sustitución de esta figura?
- El Bloc siempre va a jugar el papel para construir el mejor modelo de Compromís. No me gusta cuando intentamos leer que "el Bloc quiere, el Bloc quiere, el Bloc quiere...". Entramos en un relato erróneo: el Bloc puede querer lo que sea y tener unas expectativas que quizá no sean las mejores para el colectivo. Si no lo son, hay que construir desde otro punto de vista. La cosa no está en el liderazgo, sino en ofrecer el mejor proyecto. Si eso quiere decir que X personas funcionan en un momento determinado, funcionan. Oltra no es líder por haber sido votada, sino porque ha recorrido un camino y ha ganado un relato y una autoridad moral, que es de lo que hay que hablar.
- ¿Cree que debería renovarse esta figura?
- Ya se verá, pero no tiene por qué. Qué manía con pensar que se ha presentado a dos elecciones y ya está. ¿Y qué? Lo importante no es sólo ella. Ya quisieran muchos un liderazgo con esa capacidad de comunicación, de entendimiento con la gente y con esa capacidad de gestión. ¿Por qué tenemos que quitar a nadie? Hay muchos liderazgos del PSOE que llevan la vida completa y no están agotados ni de lejos. He visto a Ximo Puig perder elecciones internas y ahora es president de la Generalitat. Dar por amortizado un perfil es un error de base brutal. Ya veremos.
- Se ha comprobado la existencia de un voto dual en Compromís para las elecciones generales y autonómicas, ¿en qué se está fallando?
- Somos un partido muy arraigado en el territorio y aquí tenemos buen resultado y una base muy sólida. El problema es que cuando juegas en la liga estatal, el imaginario es estatal. Y en las últimas elecciones, todo se había centrado mucho en la derecha o en la izquierda. Juegas también mucho en medios de comunicación que hablan única y exclusivamente de partidos que son estatales. Estás jugando con menos herramientas que el resto. Lento pero bien: hace años no podíamos estatar, pactamos con Podemos para conseguir más pulmón, y ahora sabemos que uno [diputado] tenemos ahora. Poco a poco. Si hiciéramos un estudio de PNB o Convergència, seguramente arrancarían de una forma sencilla. O igual no: igual no es nuestro espacio, y tampoco pasa nada.
- Uno de los análisis es que Compromís no ha sabido rentabilizar o explicar su utilidad en el Congreso.
- La campaña nos pilló a pie cambiado. Y hablamos de lo que creemos importante. Pero el marco y la pregunta que se había de responder en las elecciones no era la que nosotros estábamos planteando.
- ¿Cómo ve las relaciones en el Consell entre PSPV, Compromís y Podem? Tras el adelanto electoral hubo cierto enfado.
- En la mochila va ese adelanto electoral, cuatro años de gobierno conjunto y fases de entendimiento y de desentendimiento. En 2015 la sensación era que el gobierno había de hacerse sí o sí, porque la izquierda podía volver a gobernar. Pero ahora, todo va con más calma y hay más cosas para evaluar. Y la relación no es la misma, tanto para lo bueno como para lo malo. ¿Veo al Botànic fuerte? Sí. ¿Hay diferencias? Claro, como en cualquier gobierno de coalición. ¿Tiene peligro de romperse? No creo.
- Últimamente el PSPV ha suscrito pactos a nivel local con Ciudadanos. En Torrent para un gobierno en coalición, en Moncada para unos presupuestos. También ha habido guiños entre Cantó y Puig. ¿Cómo lo valora?
- Se está generando una tensión un poco innecesaria. En el pacto del Botànic tenemos acordado todos los municipios. De hecho, en València ese respeto se puso sobre la mesa y pesó mucho. Creo que todos tendríamos que ser igual de fieles a ese pacto. Esos movimientos en los pueblos son muy desleales. No me gusta hablar de lealtad: no han sido honestos. Eso genera fricciones y desconfianzas innecesarias. Muy feo. Creo que Puig está intentando suavizar el papel de Ciudadanos. Yo no me acercaría nunca: Compromís no está en esa línea. Cs está haciendo 'el amago de la garrapata': me acerco al poder todo lo que puedo. Pero lo que decían hace tres meses no cuadra con lo que dicen ahora. Cada uno ha de pensar con quién se acuesta. El compromiso en Compromís ha quedado claro. Hemos tenido honestidad pese a no estar de acuerdo con algunas cosas. No estamos cómodos con ese tipo de movimientos.