BRUSELAS. Un grupo de diez periodistas valencianos han aterrizado en Bruselas invitados por el Grupo de la Alianza Progresista & Socialistas (S&D) en el Parlamento europeo. Organizado por la eurodiputada Inmaculada Rodríguez-Piñero, a través de la Delegación española, el objetivo de la visita ha sido una jornada sobre Las relaciones entre la UE, China y EEUU: una oportunidad para la autonomía estratégica abierta. Entre los medios, había periodistas de 99.9 Plaza Radio, Cadena Ser Radio Valencia, diario Información de Alicante, Mediterráneo de Castelló, Levante-EMV, El Confidencial, El Plural, elDiario, À Punt TV y Valencia Plaza.
Las relaciones con China, Estados Unidos (EEUU) van a marcar las políticas de la Unión Europea (UE) en los próximos años, si no décadas. En estas jornadas se ha hablado de las posibles guerras arancelarias, la rotura de la cadena de valor global, la falta de suministros, la Ruta de la Seda o la política “Buy America” como algunos de los retos que se van a plantear y ante los que la UE se tendrá que posicionar. La intención de la jornada es que los periodistas de la Comunitat Valenciana tengan conocimiento profundo de la situación y de cómo el nuevo tablero de juego global que se nos presenta puede afectar al día a día de la economía y la política española y valenciana.
Para ello, se analizó el plan de la UE sobre su autonomía estratégica abierta y cómo servirá para tomar posición entre EEUU y China. El debate se centró también sobre las dificultades que los exportadores europeos se pueden encontrar con la política americana de cerrar su economía y cómo se puede trabajar para mejorar la balanza comercial con China. Un ejemplo han sido las barreras arancelarias a productos agrícolas valencianos o a la industria del zapato, de la Administración Trump, que ahora se están negociando con el presidente Biden.
Otro objetivo de la visita era conocer la posición del S&D y la apuesta de la socialdemocracia europea para convertir a la UE en un actor global independiente, junto a EEUU y China, así como conocer en profundidad el acuerdo de inversiones con China en estos momentos paralizado por las sanciones a eurodiputados del Parlamento Europeo. También se puso de relieve ante los medios de comunicación la importancia de una UE fuerte y autónoma, y cómo contribuir a un diálogo interinstitucional, así como con los actores sociales del sector sobre la importancia de cuidar las relaciones con EEUU y China.
Las conferencias contaron con la presencia de María Martín Prat, Deputy Director General y negociadora jefa del CAI con China, y con Mathias Jørgensen, Jefe de la Unidad de EEUU y Canadá, ambos en la Dirección General de Comercio de la Comisión Europea. Además, hubo un encuentro con el Director General de Comunicación del Parlamento Europeo, Jaume Duch, y con la presidenta del grupo S&D del Parlamento Europeo, Iratxe García, presididas por la eurodiputada valenciana de S&D, Inmaculada Rodríguez-Piñero.
El momento actual es crucial para las relaciones comerciales entre EEUU, China y la UE. En cuanto a China, el acuerdo de inversiones está congelado perquè el gigante asiático ha sancionado a varios diputados del Parlamento Europeo de la comisión de comercio internacional. De otro lado, la UE tiene un sistema de preferencias generalizadas con países en desarrollo, aunque no cumplan con los estándares de Derechos Humanos, para establecer acuerdos comerciales con los que poder acompañar un cambio en material laboral o de medio ambiente en estos países.
Inmaculada Rodríguez-Piñero explicó que este sistema se enmarca dentro de la política de estrategia de desarrollo. "Lo que no puede hacer la UE es exportar valores pero importando abusos. He visto lo que se hizo con el tema del algodón en Uzbekistan, con trabajo infantil. Recibimos a profesores que contaron que el Gobierno les obligaba a controlar que los niños estaban en campos de algodón. Pero, no puede ser que tenga acceso preferente sin aranceles con trabajo infantil”. La Comisión impuso de nuevo los aranceles a petición del Parlamento y envió a la Organización Internacional del Trabajo con una inspección internacional.
“El problema de China es que es demasiado grande y demasiado poderosa porque se ha dejado ir. Europe no puede hacer frente a China diciendo ‘dejamos de comerciar’. Pero lo que podemos decir es que no toleramos la sanción de eurodiputados porque han denunciado vulneración de derechos humanos. Tendremos que buscar el marco de comercio con China. En el proceso de diálogo entre Parlamento y Comisión, se pide que el acuerdo de inversiones no puede ir solo sino que debe llevar instrumentos de control que garanticen el respeto de los derechos humanos, con la prohibición de importación de productos bajo explotación”, añade la eurodiputada Rodríguez-Piñero.
En ese sentido, la UE cuenta con varios instrumentos, como la distorsión del mercado de la competencia o la diligencia debida, que se basa en la responsabilidad de las empresas. La eurodiputada puso el ejemplo de una empresa de calzado. “Tenemos en Alicante una empresa de zapatos, Pikolinos, que trabaja con la UE en la diligencia debida. Con Rosana Alteran, la vicepresidenta de la empresa, trabajamos un dosier legislativo para reunirnos con la Comisión, para que las empresas puedan decir qué se puede legislar y qué no en derechos humanos, laborales y medioambientales. Pero las principales barreras no son las arancelarias y esas son las difíciles de combatir”, comentó la eurodiputada valenciana.
La Comisión Europea sólo puede evitar que entren productos con trabajo forzado en la cadena de suministro y de producción de la UE, venga de donde venga. Para ello, se prepara una Reglamento para final de año, como propuesta legislativa de la Comisión a ratificar por Parlamento y Consejo.
Rodríguez-Piñero reveló que en tres años entrarían el turrón y los cítricos en China, con indicadores geográficos de denominación de origen, que es una forma de protección, para que no copien los productos y engañen al consumidor. “Son un símbolo de calidad. China podría adoptar represalias, pero tampoco quiere entrar en una guerra comercial con la Unión, como la que ya la ha tenido con Estados Unidos. Todos en la UE hemos estado ciegos ante la amenaza China. ¿Cómo podemos salvar esto? No permitiendo determinadas cosas como hasta ahora, tener reglas de juego equivalentes, como el acuerdo de inversiones”, defendió.
Y añadió que “toda la política que aplicó Trump era una guerra de poder porque veía el poder que tenía China. Y hay que conseguir equilibrar, como ocurres con el Tratado de Sudáfrica. Si no se consigue que la naranja sea un producto sensible, Sudáfrica podrá seguir exportando con aranceles cero hasta finales de noviembre y sin restricciones. La nueva calificación permitirá establecer cuotas y diferenciarnos para que no sufra el sector. Rodríguez-Piñero reveló que “el gobierno de España ya ha presentado una carta a la Comisión para que se regule la naranja como producto sensible en ese Tratado y se le exija a Sudáfrica la exportación de cítricos con tratamiento en frío, que es como se nos exige a nosotros”.
La covid ha puesto de manifiesto las debilidades de las cadenas de valor y qué nivel de tiene la UE. Y, como consecuencia, muchos países han puesto mecanismo de control de las importaciones. “Se hizo con las mascarillas, la búsqueda de aviones para traerlas… Hay países que ya son proteccionistas y con la covid se han hecho más. Y China o EEUU o Rusia siempre lo han sido. Hay una dinámica generalizada con los controles de las exportaciones y por quien tiene la materia prima. Rodríguez-Piñero se refería al proceso de mayor autonomía estrategia industrial que ha emprendido la UE.
En cuanto a las relaciones comerciales con Estados Unidos, se traducen en más de 3.000 millones de euros al día, con unas reglas más flexibles que con China. No obstante, con la Administración Trump las controversias fueron lo predominante. Se ha comenzado de cero para resolver la guerra de aranceles por las subvenciones a las aeronáuticas, o el acero y aluminio, ya solucionado. También se ha evitado otro problema con los impuestos de servicios digitales a las empresas norteamericanas. Pero lo peor es que EEUU ha perdido la fe en el sistema multilateral, por lo que hay que intentar mejoras las condiciones comerciales.
Fuentes de la Comisión comentaron que “el momento, no obstante, no es el adecuado, ya que la sociedad norteamericana está en crisis". El trabajo está cambiando y a la gente le preocupan los beneficios sociales para la clase trabajadora. Y, además, están obsesionados con China, como en una lucha existencial. EEUU tiene la costumbre de actuar unilateralmente y ha perdido la fe en las reglas de los organismos internacionales. Es por ello que el Tratado de libre comercio con la UE (TTIP) está muerto.