VALÈNCIA (EP). La socialista Inmaculada Rodríguez-Piñero ha asumido este jueves el "error" por su nombramiento como vocal en el Puerto de València al ser eurodiputada, pero ha recalcado que "jamás nadie" durante ocho años le advirtió de que había una incompatibilidad y por ello ha ha recalcado: "No voy a permitir que el actual Consell del PP y Vox utilicen esta situación para intentar mancillar mi imagen y mi trayectoria pública". "Soy la única perjudicada", ha recalcado.
En ese sentido, ha asegurado que no permitirá que "intereses políticos y la más absoluta falta de rigor" pongan en cuestión sus más de 20 años de servicio público. "En política no vale todo y eso marca la diferencia entre quienes entendemos la política desde la lealtad institucional y desde el servicio a los ciudadanos y quienes la ejercen desde los intereses más espurios", ha señalado.
Rodríguez-Piñero ha ofrecido este jueves una rueda de prensa para explicar la incompatibilidad en su nombramiento como vocal en el Puerto por la Administración, que ha atribuido a "un error" de quien "debía velar por la legalidad y la idoneidad" del proceso ya que "jamás" ni la Abogacía de la Generalitat ni la Abogacía del Estado ni los servicios jurídicos del Puerto le advirtieron de ello.
Por tanto, ha asegurado que "siempre, siempre" estuvo convencida de su "idoneidad" y de que su nombramiento "cumplía todos los requisitos". No obstante, ha matizado que ese desconocimiento "no le exime" de que tendría que haberlo sabido.
Por ello, ha recalcado: "Asumo el error y responderé por él con lo que en derecho proceda, pero algo que ahora parece tan claro y evidente, no fue puesto nunca en duda". De este modo, ha asegurado que devolverá "hasta el último euro" cobrado por esta incompatibilidad -las dietas ascenderían a 40.000 euros- en cuanto le trasladen formalmente "cuánto, cómo y a quién" debe devolver por las dietas recibidas.
En cualquier caso, ha recalcado que ella entiende que a cualquier trabajo le corresponde una remuneración y que ella sí que se preparó los más de 60 consejos del Puerto a los que asistió durante estos ocho años. Aún así, devolverá lo que legalmente le corresponda ya que puede que los cuatro primeros años hayan prescrito.
Rodríguez-Piñeiro ha relatado que el expresidente de la Generalitat Ximo Puig confió en ella en 2015 al entender, como marca "el sentido común", que incorporar a una eurodiputada de la Comisión de Comercio Internacional del Parlamento Europeo en el Consejo del Puerto de València podía ser "muy relevante" en favor de los intereses valencianos y en 2019 revalidó esta apuesta.
Sin embargo, tras ganar en junio de 2023 las elecciones autonómicas el PP y optar por gobernar con Vox, decidió dimitir porque no podía seguir representando a este Consell y esperó a hacer efectiva su renuncia una vez hubiera un sustituto para el entonces presidente del Puerto, Joan Calabuig.
Así, una vez nombrada Mar Chao al frente del Puerto, y tras hablar con ella por teléfono para felicitarla y comunicarle su decisión, pidió formalmente su relevo por escrito el 25 de septiembre de 2023 a la consellera de Medio Ambiente, Salomé Pradas, lo que demuestra, ha destacado, su "lealtad institucional". "Solo pedía que se me informara cuando se procediera a formalizar mi dimisión, pero nadie me respondió nunca", se ha lamentado.
Rodríguez-Piñeiro ha asegurado que desde que presentó su dimisión no volvió a asistir nunca a un Consejo y que fue a mediados de octubre cuando se enteró por los medios de comunicación que el propio presidente Carlos Mazón consideraba "idóneo" al eurodiputado José Manuel García Margallo y al respecto ha recalcado que no puede ser nombrado porque incurre también en una incompatibilidad.
Según su relato, el 22 de noviembre el PP "filtró" a medios de comunicación el informe de la Abogacía de la Generalitat que "había sido encargado ex profeso" semanas antes sobre su incompatibilidad y "aquí empezó una campaña por parte del PP de intentar el desprestigio personal".
De este modo, el 28 de noviembre fue la propia portavoz del Consell, Ruth Merino, la que aseguró en una rueda de prensa que le apartaban del Puerto como "si yo me hubiera aferrado a permanecer allí de alguna manera", pese a que tenían su carta de renuncia dos meses antes. "Es evidente que Merino solo intentaba hacerme el mayor daño posible y me gustaría una disculpa por su parte, aunque lamentablemente no la espero", ha señalado.
La eurodiputada ha admitido que este fallo de los servicios jurídicos de la Autoridad del Puerto, que es quien debía velar por la legalidad de su nombramiento, genera "desconfianza" sobre la viabilidad del resto de proyectos sobre los que debe de pronunciarse. No obstante, ha matizado: "Sigo pensando que son profesionales y que hubo un error, pero no quiero sembrar la desconfianza". Asimismo, ante la posibilidad de una anulación de los acuerdos adoptados en el consejo por su nombramiento, ha replicado que su voto nunca fue decisivo.