MADRID (EP). Sacyr propondrá a su junta general de accionistas repartir dividendo con cargo a los resultados de 2019, que será del mismo importe máximo que el del pasado año, a pesar de la actual crisis generada por las medidas adoptadas para frenar la pandemia provocada por el Covid-19, según informó la compañía de construcción y concesiones.
La compañía prevé así abonar una retribución total al accionista de unos 0,110 euros por acción, si bien se paga mediante 'scrip dividend' sistema que permite cobrarlo en acciones.
El pasado año, Sacyr pagó el dividendo en dos tramos, uno de 0,056 euros o bien 39 nuevas acciones por cada título que ya se tuviera, y un segundo de 0,054 euros o 46 nuevas acciones. El grupo que preside Manuel Manrique propondrá este pago de dividendo a la junta general de accionistas convocada para el próximo 11 de junio.
Entre el resto de puntos del orden del día de la asamblea destaca la reelección de tres consejeros de la compañía. Se trata de Francisco Javier Adroher Biosca y el grupo Fuertes, ambos como vocales dominicales, y Luis Javier Cortés, de carácter externo.
Sacyr celebrará su asamblea en el actual contexto de crisis y del impacto que el desplome del petróleo puede generar en Repsol y su cotización, compañía energética del que el grupo es accionista de referencia con una participación del 8%. Asimismo, la compañía se presenta ante los socios después de que el pasado año presentara una nueva estrategia que sustenta su crecimiento en el negocio de concesiones.
Sacyr cerró el ejercicio 2019 con una pérdida contable neta de 297 millones de euros derivada del impacto negativo que tuvo que anotarse por del saneamiento realizado por Repsol. Se trató de un impacto "exclusivamente contable", que, por lo tanto, "no afectó a la caja de la compañía, ni a su negocio, al dividendo o a la estrategia", según indicó entonces el grupo.
Más allá de este impacto, las cuentas de la constructora reflejaron, según asegura la empresa, su "solidez operativa" y su actual foco en el negocio concesional. En concreto, cerró el pasado ejercicio con un beneficio bruto de explotación (Ebitda) de 676,7 millones de euros, un 25,1% superior al del año anterior y el 80% procedente de todos los activos concesionales que el grupo tiene en sus distintos negocios. La cifra de negocio creció un 9,8%, hasta sumar 4.169 millones, impulsada por el negocio internacional.
Además, en el capítulo financiero, la compañía logró el objetivo que se marcó para 2019 de recortar la deuda con recurso por debajo de la cota de los 1.000 millones, dado que este pasivo concluyó el año en 848 millones. El endeudamiento total se situó en 4.315 millones al término de 2019, lo que implica un repunte del 6,6%.