VALÈNCIA. Vuelve la Nochevieja a los teatros valencianos y al escenario de Sala Russafa. El equipo del centro ha preparado para el 31 de diciembre una función especial de 8Reinas, el espectáculo estrella de su programación navideña. La obra establece un juego de representación con el público, rompiendo de manera informal la cuarta pared para lanzar comentarios divertidos entre los actores o a los espectadores sobre las monarcas cuya historia refleja este espectáculo. También se apoya en sencillas coreografías y en una banda sonora en directo que versiona grandes clásicos de la canción italiana, francesa, sueca, española, inglesa o estadounidense del siglo XX. Unas melodías y letras escogidas para introducir con cierto sentido del humor escenas en las que descubrimos el alma y los pensamientos de ocho de las mujeres más poderosas de los últimos cinco siglos, soberanas como Catalina II de Rusia, María Tudor, Isabel I de Castilla y su hija, Juana I de Castilla, Cristina de Suecia, Elisabeth I de Inglaterra, María Estuardo o Isabel II de España.
El acceso al centro solo será posible con pasaporte COVID y el uso de mascarilla será obligatorio durante la representación. Se renovará al competo el aire de la sala antes y durante la función. Las zonas comunes, así como el patio de butacas, serán higienizados mediante el sistema NanoKill. Además, se ha reducido el aforo para dejar un asiento de distancia entre los no convivientes. No obstante, Sala Russafa no olvida que se trata de la noche de fin de año y, en la butaca, el público encontrará cotillón y uvas. Además, se entregará cava fresco justo antes de las campanadas de medianoche, único momento en que se podrá retirar las mascarillas en toda la función.
“Queríamos ofrecer un lugar seguro, en el que olvidarse un poco de la situación y disfrutar de una despedida del año diferente”, afirma Juan Carlos Garés, director del centro cultural de Ruzafa. “Hay gente que no quiere quedarse en casa una Nochevieja más, pero que tampoco está dispuesta a ponerse en situaciones o entornos de riesgo. El teatro ha resultado ser uno de los lugares más seguros, sin brotes durante toda la pandemia, además de un refugio para sentir emociones, reír, escuchar historias y mantener cierto contacto humano, al vivir la representación en vivo y participar de la energía que ésta genera”, explica Garés, quien destaca cómo han estudiado las normas de prevención para, incluso, ir más allá en algunos aspectos con el objetivo de garantizar la máxima seguridad de los asistentes.
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