La obra está basada en la historia personal de su directora Iria Márquez, cuyos padres fueron desplazados a Alemania en los años 60
VALÈNCIA (EP). Sala Russafa estrena esta semana Un lugar de partida, una reflexión sobre el sentido de pertenencia y la migración, de la actriz, dramaturga y directora de escena Iria Márquez, basada en su historia familiar, con unos padres desplazados a Alemania en los años 60, según han informado fuentes del teatro.
La obra, que puede verse hasta el próximo 9 de mayo, forma parte del programa Graners de Creació, que estimula la puesta en pie de espectáculos por parte de creadores locales, y se inserta en la programación del 10é Cicle de Companyies Valencianes del teatro de Ruzafa de la mano de Vivirei Teatro, formación que la creadora ha fundado para desarrollar sus proyectos propios.
Márquez se ha basado en la experiencia de sus padres, una joven pareja que emigró a Alemania en los años 60, una aventura que en la familia se repitió más tarde, en 2008, cuando su hermano se instaló en Estados Unidos para crecer profesionalmente, y que ella también ha vivido, trasladando su residencia a València desde hace siete años para desarrollar una carrera ligada a la compañía de teatro Arden y al Centre Cultural i Docent Sala Russafa, donde imparte clases de interpretación, además de participar en las producciones propias del teatro.
La creadora quería poner en cuestión hasta qué punto este tipo de fenómenos responde verdaderamente a decisiones personales ya que el Franquismo "animaba a salir de España con una promesa de prosperidad que sedujo a muchísima gente" del mismo modo que los coletazos de la crisis inmobiliaria llevaron al éxodo a muchísimos jóvenes que querían buscarse un futuro. "Pero nadie estaba teniendo en cuenta las consecuencias personales, emocionales y vitales, que tenía para esa gente el desplazamiento", admite.
De ahí el título de la pieza, Un lugar de partida que "no solo hace referencia al inicio de un viaje, también a la fractura que se sufre cuando tienes la cabeza y el corazón en un sitio mientras que el cuerpo está en otro".
El espectáculo está basado en recuerdos y anécdotas familiares que se han ido transformando en escenas donde se narran los 13 años que el matrimonio formado por María Jesusa y Ángel pasaron en Alemania. "Tenía un gran respeto a la hora llevar a la ficción lo que habían vivido mis padres porque es una historia de pareja. Pero al mismo tiempo, es el reflejo de la España de una época y de lo que siguen viviendo muchos migrantes hoy día", afirma Márquez, quien da vida a su propia madre sobre las tablas, acompañada por Juan Carlos Garés, quien interpreta a su padre.
El germen de la obra pudo verse bajo el título Un lugar al que ir como pieza corta, dentro del Festival de Russafa Escénica en 2019. Ahora ha crecido hasta convertirse en un espectáculo de larga duración, con un desarrollo completo de los personajes y una puesta en escena enriquecida.
Además, incluye la proyección de audiovisuales, incorporando un rodaje en Súper 8 y fotografías de la época. También fragmentos de las entrevistas realizadas a sus familiares en 2019, en el proceso de documentación.
Colaboran nombres de la escena musical independiente valenciana, como David Campillos, Galope (Javier Marcos) y El Ser Humano (Gonzalo Fuster), que firman versiones libres de La Rianxeira, canción del folklore gallego, junto a El emigrante, de Juanito Valderrama, Radioactivity, de Kraftwerk o la interpretación de Hurt por Johnny Cash. Mientras que Alberto Montero ha cedido Buscando un lugar donde vivir, de su último disco, El desencanto.
La ambientación se completa con una escenografía con mobiliario vintage, que recrea el pequeño apartamento berlinés donde vivía la pareja. La iluminación y el vestuario hacen el resto para transportar al espectador a otra época y a la fractura interna de estos personajes, que se niegan a partirse, que resisten aferrándose a los lazos que les unen como pareja y que les atan a quienes dejaron en su tierra.
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