Cuando era pequeña mis padres estaban muy preocupados por el aire que respiraban sus hijos, así que eligieron el Colegio público Luis Santángel, en El Saler, en medio de la pinada y bien cerca del mar, para que respirásemos aire puro y los fines de semana que se podía, nos escapábamos al pueblo. Así buscaban reducir las horas que sus hijos respiraban la inevitable contaminación propia de una gran ciudad como Valencia, en esos años de pleno fervor constructor, inseparables del coche y el asfalto.
Y no iban nada desencaminados en sus preocupaciones, pues nuestra salud física y emocional está muy condicionada precisamente por estos determinantes: el aire que respiramos, el verde con el que convivimos, el agua de fuentes, ríos o mar que tengamos cerca, el clima. Nuestro desarrollo psicológico, nuestra salud mental, está también determinada por el acceso a espacios naturales, verdes y azules. Esa necesidad imperiosa que tenemos por ir al campo, a la playa, o bajar al río o al parque y disfrutar de la naturaleza es una demanda de una vida mas saludable en general y de salud mental.
El modelo urbano nos impacta en lo que caminamos, en la decisión de coger el coche, el bus o ir andando o en bicicleta, en disponer o no de parques y jardines cercanos u otros lugares donde los niños y niñas puedan jugar de manera segura y las personas adultas puedan reforzar lazos sociales y sentimiento de comunidad de manera saludable. Todo ello afecta tanto a nuestra salud en lo que atañe al bienestar psicológico, al ejercicio físico como a la calidad del aire que respiramos. Hay modelos urbanos que nos invitan a relajarnos, disfrutar del verde, jugar, pasear, socializar, mejorando nuestra calidad de vida, mientras otros dan prioridad al coche, generando ruido y contaminación ambiental. Así, según donde residas cambia tu esperanza de vida y la calidad de la misma, estando más o menos expuesto a enfermedades. Como se ha señalado, el código postal es tan importante como el código genético en lo que se refiere a la salud.
En definitiva, nuestra salud está condicionada por el diseño urbano. Por ello desde Salud Pública, en la Consellería de Sanidad, trabajamos en el impulso de la red de municipios saludables Xarxa Salut, que adhiriéndose al Plan de Salud vigente, pone el foco en la prevención y promoción de la salud bajo el lema “Salud en todas las políticas”. Red de la que forma parte València, ciudad que cuenta con un gobierno municipal decidido a que sea más habitable, respirable y por tanto más saludable.
En esta línea la Ciutat de València acoge y se suma al 18º Congreso Internacional sobre Salud Urbana (ICUH) con el lema 'Hacer crecer nuestra comunidad global. Acción de conducción. Garantizar la Equidad', organizado por la Sociedad Internacional de la Salud Urbana (ISUH en siglas inglesas), que reúne expertos del mundo académico, gubernamental, ONG y empresas para mejorar la salud de las ciudades. Este Congreso contará también con la participación del equipo de profesionales de la Dirección General de Salud Pública, abordando cuestiones como el impacto en nuestra salud del viejo cauce del río Turia, hoy un gran jardín y su potencial.
Afortunadamente muchas cosas han cambiado en esta, mi ciudad, hoy finalista a ser Capital Verde Europea 2024. Y ahora, además de existir conciencia del problema hay un gobierno implicado en la salud y sostenibilidad de la ciudad. Gobierno que está adoptando decisiones que no siempre serán las más populares a corto plazo pero garantizarán que el aire que respiran nuestros escolares -y todos nosotros- sea lo más limpio posible. Asimismo, reducir el tráfico y potenciar la creación de zonas verdes cercanas en todos los barrios.
En suma, es fundamental adoptar medidas para evitar la gentrificación verde, promoviendo la equidad en el acceso por barrios a zonas verdes y azules, al igual que a servicios sociales y sanitarios, para no generar desigualdades sociales cuya consecuencia es la expulsión de las zonas de mayor bienestar a las capas sociales más vulnerables debido a los incrementos de valor del suelo y alquileres.
Las personas queremos vivir felices y ello requiere una buena salud. Quizás a veces se nos olvida donde está esa felicidad, pero suele ser en cosas muy sencillas.