La sede del Consorci de Museus acumula numerosas muestras a la espera de ser reprogramadas y mantiene la incógnita sobre el futuro de su programación
VALÈNCIA. Si uno visita en estos días el Centre del Carme (CCCC), uno de los principales organismos culturales de la Generalitat Valenciana, quizá se sorprenda ante la falta de oferta expositiva del museo, un paseo en el que se encontrará con la mayoría de salas cerradas al público. Tras la clausura de Miradas abiertas el pasado fin de semana, una muestra enmarcada en el evento de apertura de temporada de la asociación de galerías de arte, la sede del Consorci de Museus apenas mantiene abierta al público en estos días una única exposición: El compromiso fotográfico, en la Sala Dormitori, un proyecto que acoge como fruto de la colaboración con el festival Valencia Photo y el Museu d’Art Contemporani Vicent Aguilera i Cerni.
Si bien estaba previsto que el nuevo curso trajera consigo una batería de inauguraciones con las que renovar la oferta expositiva del centro, la tónica habitual de los últimos meses ha sido la de ir suspendiendo la mayoría de las exposiciones anunciadas en su programación de 2024, una significativa reducción de la oferta cultural que se ha dado, hasta el momento, sin ninguna explicación pública al respecto. Así, preguntas aparentemente sencillas como cuál es la próxima exposición que abrirá sus puertas en el CCCC caen en saco roto y se encuentran todavía sin respuesta, una sangría de proyectos que se agrava conforme pasan las semanas.
Entre los meses de julio y septiembre, tal y como avanzó este diario, fueron hasta cuatro las exposiciones programadas que se cayeron del calendario del Centre del Carme. Así, acababa el mes de septiembre sin rastro de Paco Giménez. El domador de líneas, un recorrido de la producción gráfica del Premio Nacional de Ilustración, o de la muestra en torno a la obra del fotógrafo Francisco Llop, los proyectos que iban a marcar el ritmo de la ‘vuelta al cole’ en el museo. También en julio se daban dos suspensiones, en este caso las de los proyectos Good Game de la artista Ana Esteve Reig, seleccionado en la convocatoria Escletxes 2024-2026, y la de South body, comisariada por Adonay Bermúdez.
Y suma y sigue. O, mejor dicho, resta, pues estas cuatro suspensiones van camino de duplicarse. En este mes de octubre estaba prevista la inauguración de otras tres exposiciones, tres aperturas que tampoco se han llegado a producir. Es el caso de la muestra El bosque, de Hugo Martínez Tormo, cuya apertura estaba prevista para el pasado 17 de octubre, o de dos exposiciones fruto de distintas convocatorias públicas que impulsa el Consorci: Jauría, de Yolanda Benalba, seleccionada en la Convocatoria Escletxes 2024-2026, y Todo lo solido se desvanece en el aire, comisariada por Diana Padrón, seleccionada en la Convocatoria V.O 2024-2026. Además, la semana que viene está prevista otra inauguración, la de la exposición de Pepe Beas (Trajectòries 2023-2025), sobre la que tampoco ha informado el centro.
Preguntados por este diario el pasado mes de septiembre, desde la Conselleria de Cultura se limitaron a decir que los cambios respondían a “motivos de carácter técnico y ajustes en la programación”, sin dar más detalle sobre el futuro de los proyectos suspendidos. El discurso se matiza ahora y desde el departamento dirigido por José Antonio Rovira, Conseller de Educación y Cultura, preguntados de nuevo por el goteo de suspensiones y reducción de la oferta, apuntan que se debe a que es “necesario adaptarse a la nueva normativa”, unos “cambios en procedimientos administrativos” fruto de que “en la anterior época” no se cumpliera con la ley que regula el sector público, aunque no especifican el punto que no se ha cumplido y que ha provocado los numerosos cambios que se suceden desde antes de verano.
Con todo, tras varios meses acumulando suspensiones, señalan ahora desde Cultura que “hay previstas reuniones con artistas y comisarios de las tres convocatorias” -en referencia a las convocatorias públicas de exposiciones, aunque no todas las afectadas forman parte de estas- con el objetivo de “reprogramar” los proyectos. En todo caso, todavía queda pendiente aclarar cuándo se realizarán, cuál es el programa expositivo para el Centre del Carme en los próximos meses y cómo afectará esta situación al calendario de 2025. Por su parte, distintas fuentes del sector de las artes visuales consultadas por este diario muestran su “preocupación” ante la indefinición del futuro de los proyectos, así como de la propia institución, y señalan una comunicación interna errática que ha llevado a muchos de los implicados a desconocer si se iban o no a ejecutar las propuestas aprobadas por el propio Consorci de Museus.