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SanSan Festival: el cliché indie que más te gusta

El SanSan estrena la temporada de festivales con su cuarta edición, la primera en Benicàssim, desde hoy y hasta el domingo

13/04/2017 - 

VALÈNCIA. “¿Puedes reír y chillar al mismo tiempo? Sí, señor. Probablemente cada cliché que lanzan vuelve para morderte el culo”. No es una crónica anticipada, como aquella vez que Hermann Tertsch grabó el análisis de la huelga de Telemadrid un día ante de que comenzara. Son, en realidad, las palabras del crítico Peter Travers, de Rolling Stone, sobre la película The Cabin in the Woods. Sin embargo, en un ejercicio de extrapolación poco exigente uno puede llegar a trasladar esa observación al del SanSan Festival que arranca hoy jueves. El SanSan es, de forma mucho menos divertida y sarcástica que la película, la Cabaña en el Bosque de los festivales indies: ostenta todos los clichés de la industria nacional indie y sus festivales. Todos, no se le escapa ni uno. Los musicales y los extramusicales. 

Y, si había alguno de los clichés que todavía escapaba a su colección, este año se han esmerado en ponerle arreglo. Para empezar, tras los problemas con la que hasta el año pasado había sido la ubicación del festival (Gandía), la cuarta edición del festival se celebrará en Benicàssim. Si en algún momento y lugar se estudia la historia de los festivales en este país, lo de Benicàssim, que ya es un cliché por sí mismo, deberá tener un capítulo especialmente dedicado. Siendo justos, tampoco parece le quedara otra solución a la organización más allá que la de establecerse en un lugar ya preparado para celebración de un festival tras salir de la tercera edición en Gandía con una deuda no reconocida por parte del Ayuntamiento y diversas sanciones por no cumplir con el horario de actividad establecido y sobrepasar los decibelios permitidos por la normativa municipal.

El efecto colateral de toda la reorganización provocada por la tormentosa coda entre el SanSan y el consistorio de Gandía es, pues, el del positivo impacto que hoy en día tiene un festival indie en España. El Ayuntamiento de Benicàssim prevé que el impacto económico del evento se vaya hasta los cinco millones de euros, multiplicando las tasas de ocupación del municipio en Semana Santa del 70% al 98%. Así es la sucesión lógica de acontecimientos que provoca la previsión pública de la organización para este fin de semana: 50.000 asistentes entre los cuatro días del festival.

Los del Río y Kaiser Chiefs: diferente nostalgia

El otro gran cliché que, por fin, ocupa un lugar destacado en el museo de los horrores indies es el que sobrevuela todos los análisis. El de Los del Río en el instante previo a pronunciar las palabras de Raphael a modo de homenaje póstumo a un género en su cenotafio: “yo ya era indie antes de que el indie existiera”. Ya. Claro. A veces hay cosas que tienen mala pinta desde el principio, pero uno sigue adelante cierta fe en un orden místico que todo lo arregla, o simplemente huye sin mirar atrás. No es el caso de lo de Los del Río: la lista oficial del festival en Spotify ya anticipa lo que puede suceder sobre el escenario cuando, con la aleatoriedad por bandera, los autores de ‘Macarena’ aparecen entre Mucho y Viva Suecia; y la realidad es incluso más dolorosa porque sus canciones se ubican entre Coque Malla y Belle And Sebastian (que al festival van en la modalidad DJ set, por cierto).

Sin embargo, el hecho de convocar a un grupo cuyo único logro (sustancial, eso sí) se remonta a una canción dos décadas atrás no es lo peor de la cuestión de Los del Río en el SanSan; sin ir más lejos, también están en el cartel Kaiser Chiefs, que siguen viviendo de lo que sea que hicieran hace diez años. Y eso nos parece bien a todos. Más o menos. Lo peor de toda lo que rodea a la cuestión es la sensación de que la coherencia y las decisiones de programación han cedido por completo el control del barco en favor de la epicúrea desnortacía, que parece haber probado que a los bolsillos les va mejor cuando no hay nadie al volante (o al timón). Primero acabaron con el indie, al que ordeñaron financiera y semánticamente hasta que se convirtió en lo que es hoy; ahora van a por los festivales, eso que era el FIB hace no tanto.

La autoreferencia como sistema

Nada hace sombra a la estrella de los clichés del festival indie en el SanSan, eso sí. La clonación exhaustiva de carteles, año tras año, es tan rutinaria ya que hay que empezar a buscar otras palabras. Mimetización, festivales monocigóticos, fordismo festivalero. Pero, como siempre, hay un tirabuzón más en el salto: ¿por qué clonar a los demás cuando te puedes clonar a ti mismo? Es lo que demuestra el cartel del SanSan año tras año y, especialmente, el de esta edición que está a punto de comenzar.

En el cartel final que se presenta este año, más del 40% de los nombres que aparecen en él ya se han visto reflejados en los de anteriores ediciones; si contamos sólo los grupos españoles, el porcentaje se acerca aún más peligrosamente al 50%. Sólo el viernes, que concentra las novedades (Leiva, M-Clan, Coque Malla y Sidecars), ofrece algo de variedad en el menú. La realidad es que, para quien ya haya asistido al SanSan, es realmente complicado descubrir grupos en el festival, lo cual no es algo necesariamente malo: depende de cuál sea su motivación. Eso sí, que hasta 24 de los 58 grupos que hay en el cartel hayan sido confirmados al menos una vez por el mismo festival con anterioridad es, cuanto menos, llamativo. Es preciso recordar que la de este año será sólo la cuarta edición del festival; con esa frecuencia, la proyección en su décimo aniversario sitúa a muchos grupos españoles la etiqueta de clásicos merced a la feliz cifra de cinco actuaciones en el festival en 2023.

Eso en el caso de grupos que, como Fuel Fandango, Neuman, Grises o los valencianos Modelo de Respuesta Polar, repiten por primera vez este fin de semana. La cifra se estira hasta 14. En el caso de Miss Caffeína, Corizonas, Ángel Stanich, Polock, Full o Mucho, que este año suman su tercera visita en cuatro ediciones, los guarismos alcanzarían cotas cercanas a lo vitalicio. Pero los Borbones del SanSan son tres, como los Reyes Magos: Second, Dinero y Varry Brava están en todos los carteles del festival desde 2014, y casi se les puede añadir a Izal, que este año no va con en concierto, pero sí ocupa un lugar destacado en el cartel con su cantante junto al de Second como pareja de DJs. Es un grupo de privilegiados, el del pleno, que ya no podrán alcanzar Carlos Sadness o La Habitación Roja, que fallan este año.

Webs y blogs incrustados en el festival

Pero la revolución del SanSan este año no se queda en el cambio de ubicación, la confirmación de Los del Río y la cuadratura del círculo en la autoreferencia. En esta edición, el SanSan estrecha la relación con los medios que alimentan informativamente a su nicho de mercado hasta tal punto que directamente les cede un escenario; es la sublimación más absoluta y descarada de la ya dudosa práctica habitual de incluir a algunos representantes de medios como DJs en festivales. El Espacio It Goldcar está formado, como anuncian desde el propio SanSan, por “grandes DJs, medios e influencers”. No se puede decir que no vayan de frente. Vamos, salvando las distancias, lo que viene a ser los periodistas incrustados en las unidades militares de la Guerra de Irak. Así, difícil.

El Espacio It Goldcar es una decisión estratégica magnífica. Todos salen ganando: el festival porque se asegura el favor de una web o un blog que siente pertenencia hacia el festival (algunos incluso se incluyen con la segunda persona del plural), y la web o el blog, que se da a conocer ante más gente. Todos salen ganando, menos el público y el derecho a no recibir publicidad disfrazada de información; pero eso da igual. Lo que no se puede decir, no se debe decir, ya lo escribió con acidez Mariano José de Larra: “una cosa aborrezco, pero de ganas, a saber: esos hombres naturalmente turbulentos que se alimentan de oposición (…) esos hombres que quieren que las guerras no duren, que se acaben pronto las facciones, que haya libertad de imprenta, que todos sean milicianos urbanos... Vaya usted a saber lo que quieren esos hombres. ¿No es un horror?”.

No son conjeturas ni literatura del siglo XIX. Basta echar un vistazo a las informaciones de los medios que aparecen en el cartel del festival: al SanSan le ha salido perfecta la jugada. “El hombre ha de ser dócil y sumiso, y cuando está sobre todo en la clase de los súbditos, ¿qué quiere decir esa petulancia de juzgar a los que le gobiernan?”, escribía Larra. “Cartelazo”, “la primera gran fiesta de 2017”, “grupazos”, “una de las propuestas más interesantes de España”… son sólo algunas de las expresiones contenidas en los medios que pincharán en el SanSan al respecto del festival, que ha aumentado su presencia en la mayoría de ellos con respecto a ediciones anteriores.

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