Paso las páginas amarillentas del libro que me dejó en herencia la Tieta, era de mi bisabuela, a quien su madre quiso llamarla Laura, el último que se leyó. Laura, mi nombre, también es herencia de la Tieta. Es algo así como un libro de historia…, de historia y amor, de guerra y perdón. “Inés y la alegría” me sirve de meditación mientras espero el dron biplaza en la azotea. Las azoteas llegaron a ser lugar de encuentro de familiares, vecinos, amigos y amantes… Fue en el AñoZero de la Era Termidor, cuando la gente dejó de pisar calles y plazas, de recorrer caminos, de surcar cielos y mares. Fue en ese momento cuando miramos al cielo.
Y fue precisamente en la ZonaZero-VLC donde comenzó todo, en aquel marzo de 2020. Se había decretado el AlarmState II. El confinamiento de la población comenzaba a ser extremo, hasta el punto de paralizar toda actividad productiva, a excepción de la esencial para sobrevivir: comida y salud. Pero, además, se exceptuó otra actividad, la de vigilancia. El AlarmState II puso en marcha en esta zona una prueba piloto de geolocalización de la población a través de sus teléfonos móviles -entonces, aún los llevaban en el bolsillo-. Fue el inicio de EL (Electronical Location-, un matrimonio perfecto con ELLA -la red-.
En aquel AñoZero de la Era Termidor, todo el mundo llevaba un teléfono en el bolsillo con el que apenas hablaba -uso prehistórico del aparato-, pero hacían el resto de su vida normal, incluso trabajar. Este instrumento universal fue decisivo para que LaGranFábrica lograra el control absoluto de los ciudadanos. Fue entonces, también, cuando comenzaron a actuar los Mackis. A la llamada estatal del #YoMeQuedoEnCasa, sucedió un movimiento insurgente bajo el lema #MeDejoelMóvilEnCasa.
Fue la única forma de escapar al control total que sucedió al CaosPrevio, justo después de caer ELLA en un movimiento deliberadamente provocado por LasTec. Y fue la primera oportunidad de pasar al OtroLado. Poco después se había llegado al SS (SurveillanceSystem), un sistema de vigilancia del cuerpo y del alma. En 2025, la GranFábrica había instalado a nivel mundial el LAC (Laugh-Angry-Cry-), una sistema de monitorización biométrica que comenzó con el BB (BiometricBracelet), un brazalete obligatorio y fijo, para evitar el #MeDejoelMóvilEnCasa y con la excusa de medir la temperatura de los ciudadanos y, por tanto su estado de salud.
De aquél primario BB, se pasó muy pronto al LAC, que no sólo permitía conocer y controlar la ubicación de la gente, sus gustos, su salud, su trabajo, los amigos y familiares, sus costumbres y, en definitiva, sus pensamientos… El LAC había nacido para controlar nuestros sentimientos. Aquel chip, que comenzó en el móvil, para pasar a la pulsera y luego a ser insertado detrás del lóbulo al nacer, monitoriza a través de la temperatura corporal lo que nos hacer reír, enojar o llorar. Y todo comenzó cuando tomaban la temperatura a los viajeros en los aeropuertos… -dedicado a Esma-.
Pocos se dieron cuenta de la prioridad cuando les dieron a elegir entre privacidad y salud. Pocos se rebelaron cuando no les dieron a elegir entre libertad y seguridad. Excepto los que pasaron al OtroLado. Para entonces, el territorio-Europa estaba ya en guerra, dividido y derrotado por sí mismo, con todo el camino desandado. De una de las últimas comparecencias de su última líder, la Tieta recordaba su llamada desesperada a utilizar nuevos instrumentos para hacer frente a la crisis sanitaria y socio-económica provocada por el Covid-19.
“Hay que buscar nuevos caminos, se hace camino al andar”. Los Estados-nación no escucharon a la presidenta de la COMM y las palabras de un poeta revolucionario español del siglo XX se hicieron himno para los que cruzaron al OtroLado. Mientras tanto, el territorio-Europa, cautivo y desarmado, se desintegraba ante la avaricia y la insolidaridad de unos cuantos Estados-nación por unas cuantas mascarillas con las que combatir el coronavirus. Por cierto, no me ha llamado David desde que cruzamos por la ZonaZero…