Supongamos que usted tiene una empresa familiar con proyectos de crecimiento, ideas para su desarrollo y expansión, de mejora tecnológica o de una mayor internacionalización. La empresa ya está en mercados exteriores pero puede buscar una mayor concentración empresarial, la integración de negocios o sustitución de socios.
Además, su relación con las entidades financieras ya ha cubierto todas las expectativas posibles de apoyo a la empresa, pero se entiende que su labor de emprendimiento en nuevos productos, procesos o internacionalización no está agotada.
En estas circunstancias, ¿daría usted entrada en el accionariado a un socio temporal que le aportase los recursos suficientes para alcanzar sus expectativas?
Esa es la función que vienen a desarrollar los fondos llamados de private equity.
Se trata de fondos que invierten en empresas no cotizadas en bolsa con necesidades estructurales de financiación. Estos fondos toman pequeñas participaciones en el capital social y delegan la gestión en quienes han llevado la empresa a un grado de madurez de negocio. Son generadores de caja para empresas saneadas y les aportan un canal de financiación alternativo a los habituales.
Se convierten en un socio que se alinea con los intereses del accionista mayoritario y que acompaña a la empresa durante un período de tiempo de entre 7 u 8 años, con presencia en el consejo de administración y aportando el conocimiento y la experiencia de una comisión ejecutiva formada por empresarios de reconocido prestigio especialistas en su negocio, y que asesoran y analizan las inversiones a realizar.
El private equity no es una novedad en España. Ya en el siglo xvi, cuando los mercaderes españoles se plantearon sus viajes por ultramar en búsqueda de fortuna, acudieron como financiadores a la realeza, nobles o banqueros (la mayoría de veces holandeses). Ello les convirtió en una importante fuente de valor para la economía del país.
Y llegamos a la actualidad, en la que estos fondos representan en España una inversión de alrededor 5.000 millones de euros a través de más de 700 operaciones.
Contamos en la Comunidad Valenciana con uno de esos fondos, centrado en el sector agroindustrial, idóneo para la financiación de empresas familiares con un modelo de negocio claro y una ventaja competitiva diferencial, generador de caja y con una clara apuesta por la innovación.
El sector agroindustrial es uno de los pocos que, como tal, subsiste a lo largo de nuestra Comunidad, por la importancia que históricamente ha tenido en la misma el sector agro primario y por el gran efecto de la sede de la primera cadena de supermercados española con un amplio tejido de interproveedores, con un gran efecto arrastre.
La innovación en la alimentación es un factor decisivo para seguir siendo competitivos en el mundo moderno y las empresas deberán estar en continuo proceso de desarrollo de esa capacidad de innovar.
Así, podemos afirmar que la innovación se convierte en la principal arma comercial. Después de tres revoluciones en la industria, nos enfrentamos ahora al uso intensivo de Internet y de las tecnologías punta, con el fin de desarrollar plantas industriales y generadoras de energía más inteligentes y más atentas con el medio ambiente, y con cadenas de producción mucho mejor comunicadas entre sí y con los mercados de oferta y demanda.
Una innovación que tenga en cuenta aspectos tan diversos como la concentración urbana, los hábitos de compra, exigencias en cuanto a calidad y factores nutricionales, adaptación a los gustos y modos de vida, el tiempo que se dedica a cocinar en la actualidad y un largo etcétera.
En nuestra Comunidad, el sector cuenta con instituciones dedicadas a la investigación, como IVIA, así como diferentes departamentos de la Escuela de Ingeniería Agronómica y del Medio Ambiente, y el centro Ainia, que difunde la competitividad y los nuevos retos del sector. Todos ellos, con una meritoria labor a sus espaldas. El primero de ellos, con más de 145 años de historia.
Ahora nos encontramos con un instrumento que puede acompañar financieramente a las empresas del sector como es el fondo comentado más arriba.
José Samper Hiraldo es director para Levante de Banco Alcalá