Foto: JORGE GIL/EPVALÈNCIA. El Consell formado por PP y Vox aprobó este martes una nueva tanda de nombramientos del Gobierno valenciano. Trece nombres del segundo escalón dirigidos a cubrir las vacantes pendientes que, sin embargo, no despejaron algunas de las incógnitas principales que el ejecutivo debe aclarar más pronto que tarde de cara al inicio de curso político.
Así, la totalidad de los puestos que quedan por asignar pertenecen al PP que lidera el presidente de la Generalitat, Carlos Mazón, y algunos en áreas más que sensibles para el futuro de la legislatura, lo que invita a pensar que su ocupación será una prioridad en los próximos días.
Precisamente el departamento con más vacantes es el de Presidencia de la Generalitat, núcleo duro del nuevo jefe del Consell. Hasta cinco áreas, algunas de ellas muy relevantes, no tienen dueño hasta el momento: estas son las direcciones generales de Relaciones con las Comunidades Autónomas; Comunicación y Promoción Institucional; Coordinación de la Acción de Gobierno; Relaciones con la Unión Europea, el Estado y Acción Exterior y la de Simplificación Administrativa. Unas áreas que engloban desde el punto de vista ejecutivo tareas fundamentales como el diálogo con otras regiones, la relación con los medios de comunicación y las campañas publicitarias destinadas a los mismos, los aspectos internos del funcionamiento del Ejecutivo o las negociaciones exteriores fuera de las fronteras valencianas.
Pero hay vida fuera de Presidencia. Otra de las áreas fundamentales para la gestión que todavía tiene asignaturas pendientes es Hacienda, Economía y Administración Pública, bajo el mando de la también portavoz del Consell, Ruth Merino. Semanas atrás se confirmó la continuidad "temporal" de la secretaria autonómica de Financiación procedente del Botànic y nombrada en su día por el PSPV-PSOE, Mako Mira, si bien en el organigrama de GVA Oberta figura un espacio en blanco.
No obstante, algunas de las competencias vacantes más importantes que se encuentran sin dueño son las que aglutina la Dirección General de Financiación y Sector Público dependiente de la secretaría autonónomica mencionada anteriormente. Más allá de la reivindicación constante del Gobierno valenciano para la reforma del sistema autonómico -el actual, caducado desde 2014, perjudica a la Comunitat Valenciana-, el área del Sector Público es especialmente sensible para este gobierno. Cabe recordar que uno de los mantras de Mazón y los suyos durante la campaña ha sido reducir "la grasa" de la Administración y, en este sentido, el foco siempre se ha puesto principalmente en las empresas públicas.
En este sentido, en Hacienda meditan un recorte en este ámbito para reducir gasto de cara a 2024, para lo cual deberán impulsar una ley de Sector Público tal y como hizo el anterior presidente del PP, Alberto Fabra. Una asignatura pendiente del Consell del Botànic, que no terminó de abordarla durante los ocho años de gobierno. Entre otras cuestiones, tal y como se ha ido informando estas semanas, el nuevo ejecutivo se plantea por ejemplo eliminar la Escuela Valenciana de Administración Pública (EVAP), algo que ha generado malestar en sindicatos, desde donde además recuerdan que la entidad no forma parte del sector público. Más allá de esta cuestión, resulta indudable la importancia de que el PP acierte con el perfil adecuado para pilotar la reestructuración prometida en este ámbito.
Ahora bien, no es el único hueco pendiente en esta cartera. La única secretaría autonómica pendiente de designar por el nuevo Consell es la de Administración Pública, también sensible en todo lo referido al personal dependiente de la Generalitat. También se encuentra vacante la Dirección General de Economía, con competencias como: "la planificación y seguimiento de las políticas económicas generales y de competitividad sectoriales y territoriales; estadística y responsabilidad social, así como la promoción de la economía. Así mismo, establecerá las directrices generales de la política crediticia en el ámbito de sus competencias, promoviendo los instrumentos financieros relacionados con la economía sostenible que a tal efecto se constituyan en coordinación con el Instituto Valenciano de Finanzas".
Por último, el nuevo Ejecutivo todavía no ha designado en este departamento al interventor general de la Generalitat ni al director general de este área, además de tener vacante el liderazgo en el Instituto Valenciano de Estadística.
En el resto de departamentos, lo cierto es que la mayoría de áreas se encuentran cubiertas aunque todavía existen algunos flecos por resolver por parte del PP. Así, en Educación aún se encuentran vacantes la Dirección General de Ciencia e Investigación y la Dirección del Instituto Superior de Enseñanzas Artísticas de la Comunitat Valenciana (ISEACV). En Infraestructuras se encuentran vacantes las direcciones de distintas entidades como el Instituto Cartográfico Valenciano, la Autoridad de Transporte Metropolitano de Valencia, la Agencia Valenciana de Seguridad Ferroviaria o la Agencia Valenciana de Protección del Territorio, si bien la continuidad de alguna como esta última puede ser objeto de estudio por el nuevo gobierno.
Por último, en la Conselleria de Innovación, Industria, Comercio y Turismo que dirige Nuria Montes, también dependiente del PP, sólo queda un área por designar, la Dirección General de Energía y Minas.
La formación liderada por Santiago Abascal ha pisado acelerador para el inicio de curso y ha despejado las dudas respecto a la ausencia de perfiles ocupar sus departamentos. Con la tanda de nombramientos anunciados el pasado martes, las tres carteras dependientes de Vox (Cultura, Justicia y Agricultura) han colgado el cartel de "completo" en el segundo y tercer escalón, por lo que la veintena de puestos de altos cargos se encuentran cubiertos.
Un hecho del que también pueden presumir en el PP la vicepresidenta segunda del Ejecutivo y consellera de Servicios Sociales, Susana Camarero, y el titular de Sanidad, Marciano Gómez, que han dado por cerrados sus respectivos organigramas.
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