La evolución de la inflación determinará el recorrido adicional al alza de los tipos de interés, que tenderá a ser menor si el precio del gas natural logra mantener la senda bajista de las últimas semanas
MADRID. Tal y como se esperaba, la reunión del Consejo de Gobierno del BCE se saldó con una nueva subida de tipos de 75 puntos básicos, con lo que se sitúa el tipo de referencia de depósito en el 1,50%. El imparable repunte de la inflación, con un fuerte componente subyacente, unido a la debilidad del euro y a la realidad de unos tipos reales negativos en la mayoría de los plazos, apoyaban que el organismo monetario tomara esta decisión.
También en línea con lo esperado, se anunciaron las primeras medidas orientadas a reducir su balance del BCE. Sin embargo, a pesar de esta 'contundencia' del banco central, el mercado acabó 'percibiendo' un cierto tono dovish subyacente, que le llevó a rebajar el techo esperado para las subidas de tipos y, por lo tanto, un panorama mejor para los mercados financieros en general y bursátiles en particular.
Lagarde en su discurso reconoció que los riesgos de recesión han aumentado con claridad. En este sentido en su mensaje sustituyó “perspectiva de más subidas de tipos en las próximas reuniones”, por la expectativa de “subir más los tipos" -como ven nuestros lectores la sutileza es muy fina-. De ahí que el consenso de mercado diga ahora es que las subidas sólo lleguen a la zona 2,00%-2,50%, es decir, una o dos subidas más de 50 puntos básicos.
Nosotros pensamos que al final la evolución de la inflación determinará el recorrido adicional al alza, que tenderá a ser menor si el precio del gas natural logra mantener la senda bajista de las últimas semanas, pero sin olvidarnos que es probable que, según avance el invierno, la bajada se detenga del precio e incluso se produzcan repuntes.
El BCE también anunció las primeras medidas tendentes a iniciar la reducción de su balance. En un primer momento las medidas se han centrado en incentivar la devolución anticipada de las operaciones TLTRO, que vencen a finales de 2024, con un importe de 2,1 billones de euros. El BCE ha decidido elevar el tipo de interés, que han de pagar los bancos por esos fondos, a partir del 23 de noviembre, poniéndolos en línea con la actual tasa de depósito, es decir al 1,5%.
Se trata de una medida algo arriesgada, pues el cambio de condiciones puede suponer una merma de la credibilidad del BCE, de cara a posibles operaciones similares en el futuro. También se anunció que reducía en 0,5 puntos porcentuales la remuneración de las reservas mínimas de los bancos, con el fin de igualarlas a la tasa de depósito.
Unas medidas potencialmente más peligrosas para el mercado de bonos -en particular la creciente limitación de las reinversiones de vencimientos-, que pueden tener que esperar hasta el año que viene, si bien es posible que se anuncien ya en diciembre.
En la reunión del Comité de Mercados de la Reserva Federal americana (FED) de este miércoles, el organismo volverá a subir tipos, repitiendo el movimiento de 75 puntos básicos, dejando el tipo de referencia en el 3,75%-4%. La reciente evolución de la inflación subyacente y la relativa fortaleza que aún conserva la economía justifican esta previsión, por lo que no debería generar ninguna sorpresa para los mercados.
Esto, sin embargo, sí que estarán pendientes en comprobar si el mensaje de la FED sugiere o no que el techo de las subidas no estará por encima de lo que ahora descuenta el mercado, que es un tipo de referencia cercano al 4,5%. Y ahí el margen para 'decepcionar' parece algo mayor que en el caso europeo. La solidez subyacente de la economía norteamericana es mayor que la europea. La mediana de previsiones del FOMC en septiembre anticipaba un movimiento en diciembre de 50 puntos básicos y quizás 25 puntos básicos adicionales a principios de 2023, movimiento que nos parece poco probable por su escasa entidad relativa, siendo más lógico una última subida de 50 puntos básicos, que situaría el nivel de llegada cerca del 5%.
En cualquier caso, incluso en ese escenario, los riesgos al alza para la curva resultan modestos en un contexto de clara amenaza de recesión. La reacción del mercado va a depender en buena medida de la cautela que la Fed manifieste ante ese riesgo. Con este escenario es probable que la curva de rentabilidades pueda repuntar moderadamente, pero el margen al alza es modesto y los repuntes podrían no producirse si se subrayase la amenaza de la recesión.
La pendiente 10 años-2 años de la curva de tipos de Estados Unidos debería haber tocado ya suelo definitivo. Un mensaje no complaciente de la FED podría también tener como consecuencia el retroceso de la renta variable. Hemos venido insistiendo en que nos parece prematuro apostar por que el mercado bajista ha podido finalizar ya.
Antonio Castelo es analista de iBroker