VALÈNCIA. Un zigzag continuo, y muchos equilibrios que mantener. Autodefensa, el primer disco de Semana Santa, se publicó el pasado viernes. Tras una larga presentación a través de varios EPs y haber demostrado en directo su fuerza, el grupo de Vinalesa publica todo un viaje que les presenta como un proyecto con muchas capas, que han sabido evolucionar pero que también saben dibujar futuros sonoros posibles.
Si en los EPs el eje central era la frustración de una juvnetud con el futuro perdido, este es un disco también conceptual. En este caso, habla de las violencias que acechan en mundo. Y lo hacen en dos planos: la cara A hace una radiografía del estado actual de las cosas, de las amenazas estructurales del mundo (Santes Innocents, por ejemplo, habla del machismo en la industria musical); la cara B traslada cómo operan esas violencias en el tú a tú y en uno mismo, porque no se entiende una cosa sin la otra. Un díptico que parte en dos el disco y tiene como bisagra Cada vez más lejos. “Queríamos hacer un repaso por las violencias que nos asolan y entender el disco como un refugio ante ellos”, explican en una entrevista a este diario.
Otro equilibrio es el de las canciones escritas por Iván y las que nacen de Roser. Dos maneras de componer diferentes, dos sonidos, dos colecciones de referencias que a veces se mezclan y otras no, dos idiomas. Dos mundos, en definitiva, que son complementario que van dando pasos juntos canción a canción. Zigzagueante, es una manera de marcar el ritmo a lo largo de todo el disco. “El disco concepctual está volviendo y queríamos ser muy conscientes de eso”, explica Iván Santantón. “Además, lo interesante es que el concepto se ha hecho a cuatro manos porque somos dos letristas diferentes. Y el proceso de un álbum es tan largo que no es como en los EPs, que había indignación, ruido y alguna prisa; sino que lo hemos pensado y reposado todo mucho más”, añade Roser Pérez.
Una de las referencias claras es Triángulo de Amor Bizarro, que siempre ha estado ahí. “En sus discos también combinan las dos voces. Aunque pueda parecerlo en un primer momento, no marea, sino todo lo contrario, nos parece que suma”, matizan.
El álbum ha contado con la producción de Diego Escriche, que ya era una referencia para el grupo gracias a uno de sus proyectos musicales, La Plata. “Estábamos un poco cagados porque le tenemos mucha admiración, pero ha sido muy generoso y él nos daba sugerencias sin intervenir en nuestras canciones más de lo que quisiéramos. La experiencia ha sido aún mejor de lo que esperábamos”, explica Pérez.
Mención aparte merece Tregua, la octava canción del disco. “Entramos al estudio con ocho canciones y en el disco hay diez. Vigilància Permanent aún no tenía acabada la letras, pero además, Tregua fue casi una improvisación. Grabamos por separado, y Martín [el batería] marcó un ritmo sobre el que, conforme fuimos pasando a grabar, compusimos casi como un experimento”, explica Sanantón. También probaron en esta canción una nueva manera de cantar (“Diego [Escriche] me dijo que probara a hablar cantando, que es una cosa que he empezado a hacer últimamente”). En resumen: “Es la primera vez que entramos en un estudio y vemos a ver qué pasa, y la experiencia ha sido alucinante”.
Su proceso creativo intenta ser “muy horizontal”. “Aunque cada uno llevemos una base o una parte de la canción hecha, es el resto quien la cierra, respetando el trabajo de la otra persona”, explican. Son varios los ejemplos que pueden poner sobre partes de canciones que crecieron en el mismo estudio.
Autodefensa, un zigzag que es, en realidad, un torbellino, marca también estilísticamente un sonido casi inédito en València. Con una tendencia muy clara hacia los sonidos más electrónicos de la mayoría de bandas, Semana Santa quiere reivindicarse como un grupo de guitarra, bajo y batería, que no está dentro de la escena más punk o hardcore, pero que sí marca una huella unida a un puñado de referencias que van desde la década de los 90 hasta la actualidad. Un grupo que bebe de la escena valenciana pero que no busca repetir ningún patrón.