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entrevista al vicealcalde segundo de valència

Sergi Campillo: "La vicealcaldía no es necesaria en un ayuntamiento"

21/07/2019 - 

VALÈNCIA. Entre los apartados que sellaron Compromís y PSPV en el Acuerdo del Rialto, que guiará el gobierno de València los próximos cuatro años, se encuentra la creación de dos vicealcaldías. Una de ellas, la correspondiente a la coalición valencianista, recaerá sobre Sergi Campillo (València, 1978), quien señala que dicha figura "obviamente, no" es necesaria en un ayuntamiento y que, a la postre, lo que se ha hecho es cambiar la denominación de las dos primeras tenencias de alcaldía y otorgarles preeminencia protocolaria. Poco más. Sobre las especulaciones surgidas acerca de la sucesión del alcalde, Joan Ribó, Campillo entiende "que pueda haber interés mediático", pero insiste en no mezclar lo institucional con lo orgánico de la coalición. Niega que haya carrera sucesoria ahora mismo, y anima a Ribó a repetir, pese a que éste ya ha avisado que estaría hasta 2023. "Cuatro años en política es mucho tiempo", subraya.

Campillo, quien ostentara áreas no poco relevantes el pasado mandato, como la de Personal o de Servicios Centrales, deja paso en ellas a la que fue su asesora, Luisa Notario. Él, además de ser coordinador del área de Ecología Urbana, se encargará de Jardinería y Limpieza, concejalías que acostumbran a recabar numerosas quejas, por lo que se ha propuesto impulsar una reforma de la ordenanza de Limpieza, entre otras medidas de choque. Sobre las disensiones entre Compromís y el PSPV en temas urbanísticos, Campillo advierte que, aunque los socialistas lleven el área de Urbanismo, ambas fuerzas deberán acordar los planes urbanísticos y el modelo de ciudad. "Claro que habrá discrepancias", admite, "pero tendremos que practicar mucho diálogo". Y no sólo entre ellos, sino también con la ciudadanía, apostilla más tarde.

Para tratar estas y otras cuestiones relativas al nuevo ejecutivo municipal, el vicealcalde segundo recibe a Valencia Plaza en el edificio de Tabacalera, en el despacho que ocupaba anteriormente su compañera Pilar Soriano.

El vicealcalde segundo de València, Sergi Campillo. Foto: ESTRELLA JOVER.

- Al final ha habido pacto de gobierno. ¿Cree que se ha gestado la desconfianza entre ambos partidos en las negociaciones?
- Todos los períodos de negociación tienen sus dificultades y es cierto que nos hubiera gustado haber llegado a un acuerdo antes. Pero también las cosas se han de hacer bien. A veces los pactos cuestan. Es mejor tardar un poco más y no hacerlo deprisa que después estar en conflicto permanente.

- ¿Se ha quedado satisfecho Compromís o se podría haber llegado a un mejor acuerdo?
- Es el mejor acuerdo al que hemos llegado y por tanto es el mejor acuerdo al que podíamos llegar. Evidentemente, cada uno cuando empieza la negociación lo hace desde un punto de inicio, pero luego puede ir por un camino o por otro. Tú tienes que ceder parcelas que querías conseguir y los otros también. Tanto el PSPV como nosotros hemos hecho un ejercicio de responsabilidad al haber llegado a un pacto final donde ambas partes se reconocían.

- En el reparto de concejalías, cada partido ha mantenido las que gestionaba y se han repartido las que dirigía València en Comú. ¿Le hubiera gustado a Compromís llevar alguna área de València en Comú que finalmente no ha podido?
- Yo no estaba en la comisión de negociación. Había cuatro personas a las que quiero agradecer públicamente su enorme trabajo estas semanas porque me consta que ha sido una negociación intensa y de muchas horas, especialmente en los últimos días. Son Amadeu Mezquida, Papi Robles, Pilar Soriano y Esther Tarín, y tienen todo mi reconocimiento.

Obviamente, cuando uno empieza la negociación tiene una idea de las concejalías que le gustaría más gestionar. Aun así, todos sabemos la responsabilidad que tenemos como concejales de gobierno y que tenemos que estar preparados para gestionar cualquier cosa. Somos miembros electos y no hemos hecho una oposición. Por tanto, los políticos no tenemos por qué saber técnicamente del área, aunque viene bien saber. Pero quien ha de saber son los funcionarios. Las concejalías que tenemos al final son adecuadas.

Sergi Campillo durante la entrevista. Foto: ESTRELLA JOVER.

- La vicealcaldía ha sido el asunto más controvertido de esta negociación. ¿Es necesaria la figura en un gobierno municipal?
- Necesaria, estrictamente hablando, no. De hecho en la configuración final del gobierno, lo que se ha hecho ha sido modificar la denominación de las dos primeras tenencias de alcaldía. Ahora se llaman primera tenencia de alcaldía y vicealcaldesa portavoz, y segunda tenencia de alcaldía y vicealcalde portavoz. Hemos recogido esa figura que no teníamos antes. ¿Es necesario en un ayuntamiento? Obviamente, no. Entre 2015 y 2019 no hubo vicealcaldía y se funcionó bien. De hecho el modelo de Compromís era continuar con esa organización. Es comprensible que el PSPV reclamara esa vicealcaldía. Y al final, creo que Compromís también ha hecho un ejercicio de responsabilidad y de pensar en la ciudadanía. Se ha llegado a una solución adecuada: que los dos grupos de gobierno tengan una vicealcaldía cada uno.

- Resulta paradójico que, si no es necesaria, finalmente se hayan creado dos.
- En realidad, a nivel de estructura, no se han multiplicado los cargos. El cargo es el mismo y simplemente se le cambia la denominación.

- ¿Y qué funciones se le han atribuido a las vicealcaldías?
- Sus funciones son básicamente de preferencia protocolaria. Los vicealcaldes tenemos una preeminencia en asuntos de protocolo y representación. Pero también tenemos competencias delegadas. No son vicealcaldías vacías de contenido, sino que somos tenientes de alcalde en nuestras de áreas. En el caso de Sandra Gómez, en el área de Desarrollo Urbano, y en mi caso en el área de Ecología Urbana. Por tanto tenemos competencias.

- Otro planteamiento que defendía Compromís era hacer una reestructuración interna del Ayuntamiento y establecer unas gerencias como tiene Barcelona. Finalmente se rechazó, pero ¿cree que se puede hacer este mandato?
- Lo que queríamos era extender lo que tenían algunas concejalías del PSPV en el mandato anterior. Aquí había dos coordinaciones generales que englobaban toda una área: una de Urbanismo y otra de Desarrollo Económico. Queríamos estandarizar ese modelo y que hubiera un coordinador por cada área, de manera que entre el concejal y los jefes de servicio siempre haya una persona que los coordine, la misma razón por la que había en las dos áreas mencionadas. Cuando tienes muchos servicios en un área, estos tienden a ser compartimentos estancos. Es necesario que una persona los coordine y que no le toque al concejal del área porque los concejales tenemos también tareas de representación que son importantes cumplir en el marco de un gobierno.

Sergi Campillo durante la entrevista. Foto: ESTRELLA JOVER.

- Las nueve áreas tendrán coordinador. ¿Es un modelo asimilable al de Barcelona?
- El nombre de esta figura en los distintos ayuntamientos cambia. Es evidente que Barcelona tiene una Carta Municipal que les da competencias añadidas. Es urgente que se haga en València y que la Generalitat Valenciana tramite su Ley de Capitalidad. En cualquier caso, lo que se ha hecho es intentar homogeneizar el funcionamiento de un gran Ayuntamiento con los de Madrid y Barcelona. Es un Ayuntamiento muy grande como para que no haya gerencias de área o coordinaciones de área, que es lo que vamos a tener.

- En el área de Recursos se ha elegido a Luisa Notario. Será tu sucesora.
- Sí. Es una delegación del alcalde, que ha estudiado el perfil de los concejales y ha decidido que era la persona más adecuada en quien delegar esta competencia. Luisa Notario es una persona muy preparada y que ha estado cuatro años conmigo gestionando la concejalía. Se conoce el área. Y en muchos casos ella era la interlocutora y tenía un papel importante. Además, es de mi plena confianza, tenemos una amistad de más de 20 años y seguro que lo hace excelentemente bien.

- ¿Entiende que su elección como vicealcalde se haya interpretado en lo referente a la sucesión de Joan Ribó en los próximos años?
- Entiendo que pueda haber interés mediático, pero quien me conoce sabe que soy una persona muy formal. Separo mucho los temas orgánicos de los institucionales. El alcalde ha delegado una segunda tenencia de alcaldía y la portavocía. Es exactamente eso, no hay más. Por tanto ni hay carrera sucesoria, porque acabamos de empezar el mandato, y no sé si finalmente el alcalde se animará a repetir. Yo le animo a que sí.

- Él ya ha dicho que no. De ahí el interés.
- Pero cuatro años en política es mucho tiempo. Hemos de desligar completamente los debates. Compromís es una formación democrática que tiene sus procesos internos para elegir a los candidatos y candidatas. Y la Alcaldía delega competencias del Ayuntamiento de València. No hay que mezclar los dos ámbitos.

Sergi Campillo durante la entrevista. Foto: ESTRELLA JOVER. 
- Usted llevará Limpieza, una de las áreas que ha registrado muchas quejas pese a haber incrementado su presupuesto. ¿A qué cree que se debe esta disonancia?
- El servicio a mejorado y mucho. Hemos aumentado unos 15 millones de euros el presupuesto desde 2015. Hemos recuperado el baldeo en muchos pueblos y ha incrementado su frecuencia en la ciudad de València. Mucha gente sí que lo percibe, pero la tarea de limpieza del espacio urbano es complicada porque difícilmente la gente estará completamente satisfecha. Hemos de mantener las políticas que emprendió mi compañera Pilar Soriano, con las campañas de reciclaje y la implementación del contenedor marrón. Ahora bien, tenemos que impulsar también campañas de comunicación y de civismo. Nos tendremos que plantear la reforma de la ordenanza de limpieza porque tendremos que actualizarla y aumentar las sanciones a aquellas personas incívicas. Además, tenemos que abordar problemas con las asociaciones de vecinos, como los excrementos de las mascotas. Quiero ver cómo lo gestionan otras ciudades.

La comunicación es importantísima. La ciudadanía ha de ver la ciudad como una extensión de su casa. Los jardines, las plazas, las calles, los bancos, son nuestra casa. Nos cuesta mucho dinero, 70 millones de euros, la limpieza del espacio urbano. Podríamos incrementar 40 millones de euros el presupuesto si pudiéramos, pero no vamos a poder baldear las calles cada día.  Hay que ser respetuosos con la ciudad y los vecinos. València merece que se la cuide.

- Además de todo ello, ¿una de las soluciones puede ser verificar que las contratas cumplen las condiciones?
- Me consta que ya se está haciendo. Pero una de las primeras cosas que haré es sentarme con las contratas de limpieza y de jardinería, después de sentarme con los funcionarios y los servicios. Es importante que los funcionarios nos conozcan y sepan que el concejal no es un nombre en el organigrama sino una persona que se interesa por la gestión. Después habrá una reunión con las empresas para presentarme y para indicarles que hemos de exigir el máximo con los recursos que tenemos. Ya se ha hecho por mi compañera Pilar Soriano pero yo continuaré con esa tarea. Cada uno tiene su estilo propio, y quien me conoce sabe que yo estoy muy encima de la gestión. Eso tendrá su repercusión en el área.

Sergi Campillo durante la entrevista. Foto: ESTRELLA JOVER. 
- Una de las principales diferencias con el PSPV fue la gestión de Urbanismo. ¿Cree que este mandato van a continuar emergiendo estas diferencias? ¿Compromís tratará de modificar alguna deriva que no gusta?
- Evidentemente tendremos que hablar de todo porque las grandes cuestiones de la ciudad se han de discutir en el gobierno, que somos el PSPV y Compromís. Hay grandes obras y lineas estratégicas que tenemos que acordar. Somos dos partidos diferentes que compartimos espacio y nos compenetramos. Tenemos que estar lo más a gusto posible cada uno en su parcela pero teniendo en cuenta que tenemos que gobernar como un único gobierno. Obviamente deberemos acordar los planes urbanísticos y también cuál es el modelo de ciudad que queremos. Claro que habrá discrepancias porque somos de partidos diferentes, pero tendremos que practicar mucho diálogo, mucho diálogo y mucho diálogo, y hasta que la cosa no esté madura, no precipitarse.

- ¿Eso no puede bloquear o retrasar la aprobación de grandes cuestiones?
- Esas cuestiones necesitan de tiempo para resolverse. Vivimos en los tiempos de la inmediatez, las redes, el 'lo quiero ya'. Tenemos que bajar el ritmo y recuperar un poco una forma de hacer las cosas: 'Vísteme despacio que tengo prisa'. Debemos tener un poco de calma. Las grandes cuestiones de la ciudad se han de pensar bien y se han de dialogar. No sólo entre los miembros de gobierno sino también con la ciudadanía.

La democracia no es sólo votar cada cuatro años y tampoco es irse al otro extremo. Es una democracia representativa con electos que tenemos la legitimidad democrática de aplicar el programa de gobierno con el que nos presentamos y el programa que hemos acordado. Eso no quita que después se hagan procesos participativos en los que la ciudadanía decida qué modelo de ciudad quiere para esta ciudad. Sin dudar de la legitimidad democrática de la representación, que está en los concejales electos.

Sergi Campillo durante la entrevista. Foto: ESTRELLA JOVER. 
- En ese sentido, ha habido algunos procesos participativos muy criticados porque se ha acabado llevando a cabo decisiones que sólo habían votado una minoría. ¿Cómo gestionamos este tipo de participación?
- Se ha de hacer una reflexión sobre el modelo de participación que queremos para esta ciudad. Reclamo y reivindico la capacidad de los gobierno para proponer cosas y después reconducirlas si se ve que no funcionan al 100%. Este era un proceso nuevo que hizo el gobierno anterior y que no se había hecho nunca porque el Partido Popular era alérgico a la participación ciudadana. Nuestro modelo se hizo en base al de otras ciudades. Cuando se implementan procesos como estos en una ciudad grande como València, hay cosas que mejorar. Y se ha ido mejorando. No fue igual la última edición que la última del 'Decidim VLC'. Tenemos que evaluar si hay que cambiar algo y después tomar a decisión más adecuada.

Quiero decir otra cosa. Es una falacia cuando la oposición dice que algunas obras se han hecho en procesos participativos con el voto de 200 personas y que eso representa a un porcentaje pequeño del censo. Este gobierno ganó por mayoría absoluta. La gente votó unas políticas, y nadie puede decir que no sabía que íbamos a aplicar estas políticas de movilidad, las grandes dianas de la oposición. Cuando la gente vota, entiende que se votan en parte todas estas políticas. Es una falacia decir que han sido elegidas por poca gente. Están en el marco de un gobierno con una propuesta de movilidad sostenible de Giuseppe Grezzi. Luego, nosotros hacemos un proceso participativo y le decimos a la gente que puede participar quien quiera. No están obligados. Y los proyectos que de ahí salen, tienen la legitimidad del proceso de participación. Pero esos proyectos no salen con 200 votos, han salido con 100.000 votos de Compromís,...

- ¿Y de qué sirven los procesos de participación si finalmente lo que vale es lo que sale de las urnas? ¿Cómo se gestiona esto?
- Cuando tú te presentas a las elecciones y llevas un programa de gobierno, en nuestra propuesta está que la gente decida. ¿Toda la ciudad? Los que quieran. Nosotros no podemos obligar a que se participe. Pero los 100.000 votos de Compromís apoyan el programa de gobierno que dice que cederemos la decisión sobre una parte del presupuesto municipal. Lo cedemos a la ciudadanía que quiere participar. A lo mejor hay gente que está de acuerdo pero no quiere participar, y tiene todo el derecho a no hacerlo.

- ¿Y cómo se puede conseguir una mayor participación?
- Nuestro proceso participativo era nuevo. No estamos muy por debajo de otras ciudades que tienen mayor tradición de participación ciudadana. Pero no nos conformamos y queremos ir a más. Seguramente debemos incidir en la comunicación. Mucha gente seguramente desconoce que tiene esa posibilidad. Quiero recordar que estos procesos se implementaron hace tres años. Esto se ha de asentar y la ciudadanía ha de saber que existe y debe comprender estos procesos, que no son sencillos. Las asociaciones vecinales tienen también un papel importante de diálogo. Tenemos que darle tiempo a las cosas para madurarlas y evaluarlas para mejorarlas.

El vicealcalde segundo de València, Sergi Campillo. Foto: ESTRELLA JOVER.  

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