VALÈNCIA. La catástrofe de la Dana que ha azotado a decenas de municipios valencianos se ha llevado por delante los centros de trabajo de centenares de empresas, desde pequeños comercios hasta grandes firmas. En el ámbito de las cooperativas, el temporal ha causado grandes estragos en sectores como los servicios, la agricultura, la alimentación o la enseñanza, entre otros. Así lo revela el informe Impacto de la Dana en las cooperativas de las zonas afectadas en la provincia de Valencia elaborado por la Confederación de Cooperativas (Convocal) y Ciriec-España.
Los municipios afectados por el episodio concentran un total de 478 cooperativas, que suponen alrededor del 30,5% del total de la provincia. Este medio millar de entidades dan empleo a alrededor de 10.000 personas y servicio a más de 65.000 usuarios. Todo ellos con ventas anuales que superan los 1.500 millones de euros y una aportación al PIB valenciano cercana a los 300 millones. En estos datos no se incluye a la firma de supermercados Consum, que concentra alrededor de 1.000 empleados en los 70 establecimientos que tiene repartidos por las poblaciones afectadas, tanto propios como franquiciados. Respecto a esta última entidad, el estudio también denuncia los saqueos que han sufrido varios de sus locales tras la Dana.
El informe publicado este martes por Concoval señala que aún "es muy pronto" para calcular el alcance socioeconómico detallado de este episodio en las cooperativas, aunque sí ofrece unas líneas básicas al respecto. Entre ellas, que los municipios de la zona cero de la Dana albergan casi 70 entidades, con especial presencia en Catarroja, Utiel, Aldaia y Paiporta. Todas ellas suman cerca de 1.100 empleados y unos ingresos cercanos a los 115 millones de euros.
En el resto de localidades, la afectación ha sido "muy desigual". Por ejemplo, en Torrent, que ha tenido graves problemas en sus infraestructuras, sólo se han visto damnificadas las cooperativas agrícolas e industriales con sede en el polígono industrial del Mas del Jutge. Por ello, según este estudio, entidades como El Drac, Caixa Rural Torrent, Dietaset o Torrent Wagen "volverán rápidamente a la actividad". "La casuística es muy heterogénea, según el sector y la zona", sintetiza el documento.
En el ámbito del sector del crédito cooperativo, el informe revela que alrededor de un centenar de oficinas se encuentran en las zonas afectadas. La mayoría de ellas (más de 50) pertenecen a Grupo Cooperativo Cajamar, mientras que también hay un buen número de sucursales (29) de Caixa Popular. Además, seis oficinas pertenecen a Caixa Rural Algemesí; 5 a Caixa Rural Alcudia; y una a Caja Rural Albal. Según este estudio, seis de las oficinas de Cajamar siguen cerradas tras las inundaciones.
En el ámbito del transporte por carretera, Concoval resalta que en torno a 1.000 camiones "han sufrido importantes daños". Las cooperativas de transportistas han visto también afectadas sus instalaciones en hangares, surtidores y despachos. Mientras que otras entidades como las cooperativas de taxistas, de reparto y de vehículos industriales también se han visto perjudicadas por el episodio.
Por otro lado, poblaciones como Guadassuar, Alginet, Sot de Chera y Chera han visto dañadas sus cooperativas eléctricas y comunidades energéticas. Especialmente en los dos últimos municipios señalados, ya que las instalaciones "están cerca de ríos y barrancos". Una situación que ha provocado que se hayan sustituido por grupos electrógenos, lo que implica "un coste elevadísimo", según el citado estudio.
En materia educativa, muchas cooperativas de enseñanza se encuentran en localidades de l'Horta Sud, una de las comarcas más afectadas. El documento pone de relieve las pérdidas que la catástrofe ha supuesto en aulas, zonas deportivas, patios, mobiliario y materiales de estos centros educativos, con especial énfasis en escuelas de 0 a 3 años de Alfafar, Picanya, Chiva y Albal. "La Gavina en Picanya y Larrodé en Catarroja tienen muy afectadas sus instalaciones", destacan desde la confederación.
Mientras que el 20% de las cooperativas de trabajo asociado se han quedado sin sus instalaciones debido a las inundaciones. Entre ellas se encuentran negocios como bares, despachos, talleres o peluquerías, entre otros. Algunos de ellos, además, "han sufrido importantes daños colaterales" al quedarse sin parte de su negocio por la devastación de la zona donde operan. Por ejemplo, el estudio cita a Comismar, con 400 auxiliares de limpieza. Esta entidad no solo ha visto destruidas sus propias instalaciones, sino también las de las empresas para las que prestaba servicios.
Respecto al sector agroalimentario, Concoval detecta daños principalmente en los cítricos, el kaki y el arroz, una serie de cultivos con especial arraigo en las comarcas de La Ribera Alta y La Ribera Baja. En esta línea, se estima que alrededor de 25.000 hectáreas de plantío se han visto afectadas, a las que cabe sumar las afectaciones en caminos rurales, puentes y otras vías de comunicación.
La confederación también remarca los destrozos en almacenes e industrias en cooperativas de l'Alcúdia, Carlet, Massalavés, Alfarp y Llomabai. También en Massanassa y en El Palmar, enclaves en los que las inundaciones han provocado que alrededor de 2 de los 7 millones de kilos de arroz que estaban almacenados se hayan perdido. "Los arrozales también se han visto dañados por los residuos arrastrados en las riadas", expone el documento.
Mientras que, respecto a las cosechas, se detectan "graves daños" en cítricos y kaki. Una situación que provoca que en muchos casos no vaya a ser posible atender a los clientes tradicionales "ni en la campaña actual ni en futuras". Además, respecto a los cítricos, existe el temor de que los males sean todavía mayores por la humedad que las inundaciones pueden provocar en los árboles frutales. La Dana también ha arrasado casetas de riego, sistemas de goteo, aperos, almacenes y naves agrícolas.