No sé si serán los primeros calores del verano o tal vez las Hogueras de San Juan, pero siento como si, de repente, nos hubiéramos quedado sin noticias de interés. Quizás lo más importante de los últimos días sea el nuevo entrenador del Valencia, a ver si de una vez el propietario se toma en serio al equipo.
Más de uno pensará que, efectivamente, me ha dado un chungo. Pero yo, al contrario, me siento más cuerda que nunca.
Tal vez alguno me replicará que el informe de la Fiscalía pone a los pies de los caballos a la vicepresidenta del Consell, Mónica Oltra, en un escrito muy duro en el que la acusa a ella y a su equipo de ocultar los abusos a una menor tutelada por su Conselleria.
Si hasta el Ministerio Público considera lo que considera y a nadie se le mueve una pestaña en el Palau es que a unos se les ha acabado la capacidad de asombro y a otros, los demás, la de irritación. Oltra ya debería estar cesada hace meses y, si no lo está, es porque el presidente Ximo Puig comparte el criterio de su compañera y amiga en el Gobierno valenciano. Aquí no ha pasado nada, no hay noticia. Pues vaya periodista está hecho el presidente de la Generalitat.
Porque si considera que con esto no hay motivo para cambiar el Consell un mes después de cambiar el Consell, ¿de qué tendrían que están preocupados los ciudadanos a su juicio? ¿De que Puertos del Estado no tenga la sede en Valéncia? Valga la expresión: los políticos son de Venus y los ciudadanos, de Marte.
Alguno me dirá que Puig está cogido con Oltra porque él mismo no tiene la catadura moral de pedirle responsabilidades a la ‘vice’ si él mismo ni ha dimitido ni ofrecido siquiera explicaciones por el cartel familiar que se ha montado con las subvenciones al valenciano. Total, tan solo están implicados su hermano, su hijo, su padre, su hermano (otro), el socio y quién sabe quién. Ni que él fuera la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz-Ayuso. La verdadera razón es que aquí no ha pasado nada.
Y, reitero, tiene razón Ximo. Si la astracanada política de Pedro Sánchez con Marruecos nos corta el gas con Argelia y pone al sector azulejero de Castellón al límite es porque no saben que de América vienen unos barcos muy grandes con gas licuado. Si son más caros que traer el suministro de aquí al lado no pasa nada, eso de alicatar los baños ya no está de moda. Y así se ahorrarán una pasta, que pueden destinar a hacer la compra.
Que el IPC del último mes haya llegado ya al 8,7%, y que la cesta de la compra esté por las nubes nos va hasta a venir bien. Empieza la época del ayuno intermitente, que nos va a dejar un tipito fenomenal para la playa.
Al respecto, vaya zasca le dio Pedro Sánchez al próximo presidente del Gobierno, Alberto Núñez Feijóo, el otro día en el Senado, ¿lo vieron? Uno hablando del precio de alimentos y combustibles mientras lo verdaderamente importante es la renovación del TC. Y olé, que dirían en Andalucía.
Porque allí ni cotiza que Juanma Moreno será de nuevo presidente de la Junta de Andalucía, así que nada nuevo en el horizonte. Porque esto es lo que ocurre cuando gestionas: que pasan cosas y hay noticias que contar; que se bajan los impuestos y se crea riqueza para todos.
Igual se me ha pasado, pero no he visto ninguna noticia en Valencia Plaza sobre ningún plan de reducción fiscal en la Comunitat Valenciana aprovechando el incremento de la recaudación de las administraciones derivado. No creo que se me haya pasado, pero si así ha sido déjenmelo linkeado en los comentarios, por favor.
Porque, aquí, en la Comunitat no pasan cosas. La Generalitat desparecida y sin noticias que contar. Mis ánimos a los redactores de Valencia Plaza en su búsqueda de hechos relevantes y mis felicitaciones por su duodécimo aniversario. Sí les puedo asegurar que a partir del próximo año, no les faltarán noticias que contar.