A juicio del socio director de la firma valenciana AVD Consultores poner en entredicho el liderazgo futuro de EE UU y atisbar un potencial liderazgo chino es algo atrevido o cuanto menos prematuro
VALÈNCIA. La corriente sobre el imparable crecimiento chino ha alimentado un cierto el pesimismo sobre el futuro de Estados Unidos como líder global. Este ambiente pesimista también fue alimentado por la constante repetición de la idea cada vez más influyente de que el futuro económico mundial pertenecía al continente asiático liderado por China. De hecho, incluso antes de que llegara la crisis, muchos consideraban que el rápido ascenso de China marcaba el comienzo del fin de la primacía estadounidense. Goldman Sachs declaró que para 2050 dos economías asiáticas -China e India- habrían adelantado a EE UU sacando además algunas conclusiones geoestratégicas evidentes ante tal predicción.
Teniendo en cuenta los problemas económicos de los Estados Unidos y el crecimiento impresionante de China en el último cuarto de siglo era perfectamente comprensible que muchos analistas económicos comenzaran a hablar de EE UU como si sus mejores días hubieran pasado. Estados Unidos estaba en su peor momento desde la crisis de 1929 retenido por una infraestructuras insuficientes, un sistema de salud ahogado, un bajo rendimiento de la educación básica y un sistema de inmigración restrictivo, que estaba empezando a ahogar el flujo de talentos científicos y empresariales.
Estados Unidos tenía por delante un futuro sombrío; además, y para empeorar las cosas, las principales compañías se estaban moviendo hacia la costa y el sector manufacturero estaba sufriendo un colapso mientras que la movilidad social se colapsaba rápidamente, dejando incluso a jóvenes de clase media atrapados en deudas y trabajos sin futuro. Todo esto ha llevado a que muchos analistas sembraran ciertas dudas sobre el inminente liderazgo americano. Pero antes de precipitarnos con algunas conclusiones hay ciertos elementos objetivos que no podemos obviar.
Por el contrario, Estados Unidos aún conserva algunos activos y ventajas importantes.
El gran poder de los Estados Unidos también se puede ilustrar mirando su mapa y luego cambiando el nombre de los diversos estados por el de países con PIB similares. Canadá tendría el mismo PIB que Texas, California el mismo PIB que Brasil o Nueva York el mismo que España.
Por último, otro dato igualmente revelador del poder de EE UU es ver cuánto gasta cada año en defensa. Estados Unidos supera a todas las demás naciones en términos de gasto militar.
China, por su parte, aumenta de manera considerable su gasto militar cada año, pero llegar a competir con Estados Unidos en el control de los mares será un reto imposible de ver los próximos años. EE UU continuará controlando el tráfico marítimo y ejerciendo de 'vigilante' del mundo mientras su supremacía militar sea tan manifiesta.
Viendo todos estos datos, quizás poner en entredicho el liderazgo futuro de EE UU y atisbar un potencial liderazgo chino sea algo atrevido o cuanto menos prematuro.
Ignacio González Ochoa es socio director de AVD Consultores