TÚ DALE A UN MONO UN TECLADO  / OPINIÓN

Sobre carriles bici y transexualidad

9/02/2023 - 

El carril bici empezó a crearse con el PP al frente del gobierno valenciano, lo que hizo que muchos sectores anti-bici, tradicionalmente de derechas, no protestaran demasiado. Ir contra la bici supone que te dé bastante igual la contaminación (la salud y el cambio climático), actitud más habitual en la derecha que en la izquierda. También supone cambiar hábitos y convivir con un nuevo vehículo, en contra del mantra conservador: ¿Si siempre se ha hecho así, por qué cambiarlo? Me pregunto qué hubiese pasado si las obras de este carril -que nos ha convertido en una ciudad moderna y envidiada- las hubiese iniciado el PSOE o Compromís. Supongo que manifestaciones y una potente oposición contra los rojos perroflautas que nos quieren fastidiar la vida a la gente de bien que levanta España. O yo qué sé.

(En realidad, lo mismo que pasa con la LOMLOE, que de haber sido hecha por la derecha tendría al profesorado en huelga… Por desgracia, del sectarismo no se salva nadie)

Pero de lo que quería realmente hablar es de que el mejor futuro del carril bici sería acabar con el carril bici. Me explico: el carril bici era necesario para cambiar nuestra forma de entender la ciudad. El carril bici es la discriminación positiva hacia un vehículo marginado. Es la ley cremallera que permite igualdad de oportunidades a la hora de elegir un medio de transporte u otro. El carril bici está consiguiendo que los vehículos a motor se habitúen a la coexistencia con las bicicletas y que mucha gente se pase a las dos ruedas (desde que no te juegas la vida cada vez que sales a pedalear). Este cambio de hábitos se traduce en ahorro familiar, vida menos sedentaria, bajada de la contaminación y menos posibilidad de accidentes.

Pero la utopía sería que, cuando la convivencia entre vehículos sea la normalidad, se quiten los carriles bici y todos los medios de transporte convivan en armonía. Las bicis irán arrimadas a la derecha y los vehículos pasarán a su lado con el cuidado que da el respeto, el saber que ambos tenéis el mismo derecho de estar ahí. O sea, el carril bici habría servido como medida pedagógica, educativa. El carril bici serían los ruedines o los topes de la moto o la L del coche que al final acabas quitando.

Mi sensación es que con la identidad de género pasa algo parecido. De pronto han surgido mil etiquetas y banderas: agénero, bigénero, cisgénero, fluido, intergénero, intersexual… y creo que estas etiquetas son ahora necesarias de la misma forma que lo es el carril bici: visibilizan, dan consideración y ponen al mismo nivel las identidades tradicionales y otras minoritarias. Pero es solo una forma de empezar a cambiar la mentalidad de la gente. De hacer pedagogía. Porque la utopía, al menos como yo lo veo, es que no haya etiqueta ninguna. Que cada cual sea, vista y se acueste con quien le dé la gana. Que se rompan todos los estereotipos de género como las sociedades globalizadas y muy mezcladas van olvidando las etiquetas raciales pues en ocasiones es ya casi imposible etiquetar a personas con muchas raíces. Que vayamos todos juntos por la calle con armonía. Y que sí, que algún señoro en un Audi pitará enfadado a la chica que va al trabajo en bici sin entender por qué ya no es el rey de la carretera. Y seguro que alguna bici se cruzará peligrosamente delante de los coches y cuando le piten les contestará con superioridad moral. Habrá los problemas de siempre, claro. Los problemas de la convivencia. Y quizás haya que cambiar alguna ley pues todo nuevo paradigma necesita nuevas reglas que lo legislen.

Pero habrá valido la pena porque seremos libres.

Todos podremos ser quien nos dé la gana ser.