Sobrevivir al debate municipal celebrado en la Petxina

VALÈNCIA. Con todos mis respetos a los allí presentes, no podía creer en lo celebrado y acontecido el 26-A en el Complejo Municipal de la Petxina. Sigo vivo tras el paripé de otro nuevo episodio electoral con una fuerte carga emocional. 

Soy un superviviente al acto capitaneado por un equipo de portavoces, repleto de figuras de todas las formaciones y de diferentes ideologías, que analizaba con un discurso fácil y ramplón la situación que le deparará en el futuro al equipo de Mestalla.

En una ciudad tomada por la cafeína, el pladur, las chanclas y el algoritmo, la época del bogavante ya pasó, la del agua para todos también, o ya empiezo a tener síntomas de locura, o la paranoia se ha apoderado de mí. Cualquiera de las dos alberga una mínima posibilidad en mi estado. 

A "Marco Aurelio"  lo han despachado recientemente. Y Cómodo lleva siglos sepultado, su circo no, que sigue alimentado por el pan de cada día, con la levadura de la distracción y la harina del entretenimiento.

El debate, no inesperado, sí interesado, fue organizado con premeditación a vísperas de unas elecciones para elegir a los cargos electos que gobernarán mi ciudad cuatro años después. 

Me puse por un momento en el lugar y en la piel de los muchos ciudadanos del empadronado Cap i Casal, que les importa un comino el deporte rey. Un problema que no está en su agenda de prioridades. Unas prioridades que son otras de la lista. Vivienda, educación, salud, seguridad, movilidad, impuestos…

Han pasado los días y sigo sin dar crédito a las respuestas de las hipotéticas ponencias vertidas por la electa mesa redonda, que busca dar con la poción mágica para liquidar, y desterrar al caballero oscuro acompañado de toda su organización y cúpula empresarial. 

De este héroe o villano, según se mire, no sé sabe mucho. Ni de su retiro. Ni de su palacio. Ni del contrato que firmó. Ni de su corte. En cambio, sí del lote de palmeros y correveidiles. Lo único que sé, es que no es un superhéroe. Mas bien lo contrario, y empieza a recordarme la cansina situación vivida en el pasado por los abanderados de la "libertad" ¡Bases No! ¡O.T.A.N fuera!. 

A esto, hay que reseñar que días previos a la vista celebrada, recibía una llamada del señor X con el mensaje de participar, declinando rápidamente la invitación ¡No es No! Ni era mi sitio. Ni mi lugar. Ni es mi tiempo. El protagonismo se lo concedo a otros. Lo necesitan. Yo no. Ya lo acaparé en los noventa siendo un adolescente, y además estoy con la blanca y sin blanca en la cartera desde que me licencié de las centenarias gradas de Mestalla. 

Días después de la primera llamada, recibí la segunda en mi inteligente celular. Esta provenía del señor Z. A ambos les guardo mucho cariño y respeto, necesitando consejo para una posible intervención. Le expresé mi desánimo, cansancio, y también le anuncié mi negativa a acompañarle al acto. Le expresé por un audio como hubiera tratado el asunto, o actuado sin blasfemar, recurriendo a la fe o la esperanza con una cita bíblica. 

La Pascua de los judíos estaba cerca, y Jesús subió a Jerusalén. En el templo encontró a los que vendían bueyes, ovejas y palomas, y a los que cambiaban dinero allí sentados. Y haciendo un látigo de cuerdas, echó a todos fuera del templo, con las ovejas y los bueyes; desparramó las monedas de los que cambiaban el dinero y volcó las mesas. A los que vendían palomas les dijo: «Quiten esto de aquí; no hagan de la casa de Mi Padre una casa de comercio» 

¡Cierren la puerta al salir!

Señores de la mesa redonda ¡más pan y menos circo!

Pd: Al menos, me hubiera conformado de ustedes, en el año del Centenario de Mestalla, el mismo entusiasmo, empuje, y fervor que han tenido por la candidatura del futuro Mundial, el haber solicitado con paréntesis incluido a la ciudad de Sevilla, ser sede de la final de Copa del Santo Emérito. 

Realmente les interesa más bien poco el Valencia C.F, demostrando que no han estado con la historia. Solo les interesa la cita electoral ¡Dejen en paz al Valencia C.F!