VALÈNCIA/ALICANTE. "No deberían subestimarnos". Esta frase proviene de un dirigente próximo al secretario general del PSPV de Alicante, Alejandro Soler, al ser preguntado por este diario respecto a sus opciones en la carrera para suceder al líder de los socialistas valencianos, Ximo Puig, quien este sábado anunció la convocatoria de un congreso extraordinario en el que abandonará la dirección del partido.
Desde el entorno de Soler aseguran que la hoja de ruta del secretario provincial sigue siendo la misma que antes: ser el próximo líder del PSPV-PSOE. Una afirmación que choca con la intención de la dirección federal del partido situada en la calle Ferraz de Madrid y que respalda el 'ximismo': aupar a la ministra Diana Morant como sucesora.
Es aquí donde los seguidores de Soler niegan la mayor. A su juicio, la hipotética candidatura de Morant no viene auspiciada por Pedro Sánchez ni tampoco por el secretario de Organización del PSOE, Santos Cerdán, sino que es más una pretensión del 'ximismo' que, simplemente, Ferraz podría ver con buenos ojos. "Respetaremos lo que la militancia del PSPV decida. Sabéis que podéis contar con el apoyo de la dirección federal", dijo Cerdán el pasado sábado en su visita a València para presenciar el Comité Nacional en el que Puig se despidió. Unas palabras casi idénticas repitió por la noche en su asistencia a la cena de Navidad del partido celebrada en Elche y donde el propio Alejandro Soler ejerció de maestro de ceremonias.
Unas manifestaciones a las que se acogen en la cúpula alicantina para defender las posibilidades de su secretario provincial de optar al liderazgo autonómico. En este sentido, las citadas fuentes aseguran que su objetivo es buscar una "candidatura de consenso", pero también deslizan que no les asusta la batalla. Algo que ya demostraron cuando desafiaron a Puig en el último congreso provincial, en el que Soler se enfrentó -y ganó- al alcalde de Alcoi, Toni Francés, de la órbita 'ximista'.
Bien es cierto que este proceso es distinto por varios motivos. Ferraz no puede -al menos no sería elegante- señalar públicamente su preferencia por Morant, pero si realmente Pedro Sánchez la tiene, una candidatura de Soler conllevaría no pocos riesgos, especialmente cuando es un dirigente que siempre ha hecho gala de una muy buena relación con la cúpula federal y, en especial, con Santos Cerdán. También es cierto que si el líder ilicitano mantiene el pulso podría, tal vez, lograr que Morant no diera el paso o, al menos, negociar una bicefalia (Soler secretario general y la ministra futura candidata) o, en el peor de los casos, una posición negociadora más fuerte para lograr la máxima influencia posible en la futura Ejecutiva.
Por lo pronto, desde el sector 'solerista' hacen números como si fuera a presentarse al congreso. Algunos dirigentes de la provincia de Valencia como el alcalde de Burjassot, Rafa García (con influencia en l'Horta Nord), o el primer edil de Almussafes, Toni González (que aglutina parte del abalismo), se dejaron ver por la cena de Navidad de Elche y podrían ser aliados en esta cruzada.
En ese aspecto numérico, también sería clave la participación del líder provincial de Valencia y alcalde de Mislata, Carlos Fernández Bielsa, quien también viene mostrando sus credenciales en los últimos meses como posible aspirante a la sucesión de Puig. Una alianza de este sector con el 'solerismo' conformaría, sin duda, un frente potente para lograr la victoria en el congreso, si bien es una alianza compleja y con no pocas aristas.
En la otra orilla, desde el 'ximismo' también se habla de consenso y negociación, aunque con la figura de Diana Morant como secretaria general, aprovechando su rango como ministra para disponer también de un altavoz en los medios nacionales mientras se hace una oposición firme desde la Comunitat Valenciana con la ejecutiva renovada que salga del congreso. Una estrategia que, aseguran, es la que también Ferraz considera como la más óptima.