Decía Henry Ford que “el verdadero progreso es el que pone la tecnología al alcance de todos”. Estamos todavía lejos de alcanzarlo, pero cada vez son más las soluciones que apuntan a hacer extensivas las mejoras que reportan el uso de nuevas tecnologías. A su amparo han surgido también nuevas propuestas de negocio, modelos B2C y P2P que impulsan la transición a una economía circular y favorecen cambios en los patrones de comportamiento del consumidor donde, cada vez más, predomina la cultura del ahorro.
Los comparadores de internet se atribuyen un importante papel en lo que se conoce como el ahorro inteligente. “Más del 50% de los consumidores comparan precios antes de comprar”, afirman en Radarprice. La crisis nos ha servido, pues, para ser más sensibles en las decisiones de compra y tantear mucho las ofertas antes de abrir el monedero. Así lo pone de manifiesto el estudio de 2016 realizado por el comparador Rastreator donde se constata un aumento del porcentaje de ahorradores de 5,6 puntos con respecto al año pasado, hasta alcanzar el 76,2%. Hablan también de la irrupción de la figura que denominan el consumidor super-conectado, “aquellos consumidores que no sólo monitorizan de manera permanente los precios, sino que comunican y comparten las mejores ofertas que encuentran”.
La transparencia y la comparación se alzan, pues, como ejes en las decisiones de compra y demandan a los actores del mercado innovación permanente adaptada a sus necesidades. A estas voces pretenden dar respuesta muchas de las nuevas soluciones que nos indican por dónde recortar gastos. La gasolina y el transporte fueron las partidas que más redujimos los españoles el año pasado, pero la búsqueda de mejores precios empieza a aplicarse ya a todo lo que no sean gastos fijos.
Este podría catalogarse ya como gasto fijo. Los españoles encabezamos la lista europea en el consumo de los teléfonos móviles inteligentes, con una penetración del 87%, y al que le dedicamos una media de 3 horas y más de 150 consultas diarias. Pocos estarían dispuestos a prescindir de él, pero lo que sí preocupan son las tarifas y los servicios. Según Rastreator, el 71,2% de los ciudadanos tomó medidas el año pasado para ahorrar en este capítulo, bien cambiando de contrato, bien cambiando de proveedor. Kelisto suele anunciar notables ahorros en este sentido. Weplan, por su parte, ofrece una aplicación gratuita de ahorro telefónico que permite al usuario reducir el pago y lo hace de dos maneras: informando del coste de cada llamada y los datos que te quedan y recomendando la tarifa y operador que conviene a cada cual en función del uso que haga del teléfono.
Pero también hay soluciones que posibilitan gestionar los ahorros desde el móvil. Es el caso de MyValue, una aplicación que permite consultar las cuentas bancarias, crear un presupuesto, ordenar los gastos o fijar objetivos de ahorro mensuales. También Mooverang ayuda a los usuarios a llevar el control de su economía planificando ingresos y gastos. Avalada por la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), a través de la app puedes consultar de un vistazo cómo gastas tu dinero, cuándo y cuánto. Gracias a sus recomendaciones personalizadas, su CEO, Alexandre Lima, decía poder lograr ahorros de hasta 2.000 euros al año.
El recibo de la luz es también motivo de preocupación, sobre todo porque no acaba de encarecerse, un 52% más desde 2008 y el cuarto puesto en Europa. El problema es que no obedece a un alegre despilfarro de consumo, sino más bien, en un 73%, a una subida de impuestos, tasas y recargos varios que hacen incomprensible la interpretación de la factura a la mayor parte de los usuarios. No obstante, el 90% de los españoles se muestra preocupado por el aumento del pago energético y dicen esforzarse por introducir nuevos hábitos. Rastreator, en este capítulo, afirma que el 70,3% de los consumidores ha adoptado medidas concretas para ahorrar en la factura energética de electricidad y gas.
“La idea de crear Mirubee surge porque veíamos que en torno a todo esto de la factura de la luz y la energía había un ambiente de bastante opacidad, la electricidad cada vez es más cara y los consumidores no tenían forma de saber en qué gastan realmente el dinero ni qué hacer para optimizar el consumo”, dice Alex Barberá, CEO de la compañía. “En definitiva queríamos ‘dar ‘luz’ a la factura energética”. Se constituyeron así, inicialmente, como plataforma para ahorrar energía en casa con una tecnología y algoritmo propios, capaz de informar a los usuarios a tiempo real del consumo energético de cada electrodoméstico por separado en un único dispositivo. La compañía triunfó, tanto que ha dado paso a la participación accionarial de una gran corporación.
La alimentación y la bebida es otra de las partidas domésticas que ha visto rebajada su asignación. Asimismo, pese a estar por detrás de los seguros, el de la alimentación es uno sector donde crecen cada vez más las comparativas situándose ya en un 49,5% los usuarios que comparan los precios de los supermercados. Una de las pioneras en ofrecer ayudas de ahorro en la lista de la compra fue Marta Esteve, directora del agregador de supermercados Soysuper. Su solución permite realizar la compra entre diferentes supermercados e ir a recogerla o esperar a que te llegue a casa. Cierto que aquí ha costado más romper resistencias pero cada vez son más los que se animan a llenar el frigorífico vía online. Ya lo decía Marta Esteve: “habrá que esperar hasta encontrar aquello que realmente genera valor y es capaz de cambiar hábitos. La travesía en el desierto no es corta, suele durar de 3 a 5 años”. Bueno pues lo peor del viaje parece haber pasado ya.