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crónica por los otros / OPINIÓN

Somos lo que consumimos

Entramos en esa época del año de consumo frenético y vertiginoso. Salir de las imposiciones consumistas del sistema capitalista más agresivo es posible. Se trata de un impulso consumista difícil de frenar pero hay maneras alternativas de consumir de manera justa y responsable. No se trata de dejar de consumir  sino de consumir de otra manera

14/12/2019 - 

Salirnos de la rueda del consumo tan agresivo, rápido, inconsciente y desmedido que nos ofrecen las acciones comerciales heredadas de los países más capitalistas del mundo con  EEUU, a la cabeza,  es un ejercicio de voluntad difícil de llevar a cabo hasta que uno es consciente y quiere consumir de otra manera. A partir de ese momento no es tan complicado. 

Existen alternativas cercanas como apostar y apoyar los comercios locales, de barrio y que apuestan por el trabajo más artesano que no pueden ni quieren unirse a acciones comerciales como el BlackFriday o a la Shopening Night, que no pueden reducir precios porque sus márgenes de beneficios  no son abusivos, que con sus precios respetan el trabajo que hay detrás del producto que venden y lo dignifican. 

Con la elección de nuestra manera de consumir nos posicionamos  en este sistema y apostamos por una sociedad determinada porque… somos lo que consumimos.

Algunos comercios expresan su inconformidad  y descontento con las imposiciones consumistas que llegan de EEUU y reivindican que son comercios donde desde el trato de su personal, cercano de tú a tú, hasta el producto que ofrecen que apuestan por los artesanos marcan la diferencia. Este tipo de comercios ofrecen la alternativa de consumir de otra manera. Y está en nosotras y nosotros como consumidores elegir, es  nuestra elección.

Consumir de manera responsable  implica consumir de manera consciente, comprar lo que necesitemos y no lo que nos vende, apostar por los productos de proximidad, el comercio local, cercano y de barrio, comercio justo, etc… es una manera de consumir en estas fiestas navideñas donde se apoyan unos cimientos de una sociedad más responsable en su consumo. 

El comercio justo

Recordamos que el comercio justo es una alternativa totalmente integrada en la rueda de consumo, respetada y contrastada que conviene recordar en esta época de año especialmente. 

El comercio justo no es cuestión de caridad, sino de justicia. Es una herramienta de lucha contra la pobreza con la que se garantiza el pago de un precio justo a las personas productoras.

El movimiento internacional de comercio justo hace un llamamiento mundial para reducir los elevados niveles de consumo estas Navidades, para disminuir así el impacto ambiental y evitar la consolidación de situaciones profundamente injustas como la explotación laboral o la mano de obra infantil

El actual modelo consumista y de producción es insostenible. Según datos de Naciones Unidas, la producción mundial de alimentos es la responsable de una cuarta parte de los gases de efecto invernadero. Además, la deforestación generada por la agricultura de monocultivos para satisfacer la demanda de productos como el café o el cacao está acelerando el cambio climático. En relación con otro sector, el textil, Naciones Unidas informa de que este es actualmente el segundo mayor contaminador de agua potable después de la agricultura.

EL movimiento del Comercio Justo hace un llamamiento a la sociedad para que, en caso de realizar compras, opte por alternativas que respeten los Derechos Humanos de quienes producen los artículos y garanticen la protección del medio ambiente.

En la Comunitat Valenciana existen una veintena de tiendas y puntos de venta de productos de comercio justo que pueden consultarse en la web. Además pueden encontrarse los productos en tiendas online, grandes superficies, y tiendas de alimentación natural y ecológica.

Datos

Desde la CVONGD destacan que el Comercio Justo supone que en países de África Occidental como Malí, Senegal y Camerún, las personas productoras de algodón ecológico de comercio justo reciben precios hasta un 70% más alto que los del mercado convencional, lo que sirve para invertir en instalaciones y personal sanitario, becas escolares e infraestructuras agrícolas, entre otros. Además, la reducción en el uso de pesticidas ha mejorado la salud y la sostenibilidad ambiental.

Y es que la alta demanda de consumo generada en las sociedades occidentales consolida situación es injustas e inhumanas como la explotación laboral y precarización del trabajo, una problemática que vive casi un tercio de la clase trabajadora (780 millones de personas) que vive con ingresos por debajo del umbral de la pobreza. O situaciones cercanas a la esclavitud que sufren unas 25 millones de personas. Casi el 70% de ellas trabajan en sectores como la agricultura, la pesca o la minería. En cuanto a la explotación laboral infantil, que afecta a 152 millones de niños y niñas, 7 de cada 10 menores lo hacen en la agricultura.

En nuestro país, el consumo de Comercio Justo en 2018 superó los 77 millones de euros. Pese al aumento de las ventas, España, con una media de gasto en Comercio Justo de 1,67 euros por persona en el último año, sigue a la cola en relación al resto de países europeos.

La manera de consumir está en nuestras manos. El tipo de consumo que decidamos apoyar marcará e irá definiendo las reglas del consumo. 

La semana que viene… más! 


* La Fira de Nadal de Comercio Justo, organizada por la Coordinadora Valenciana de ONGD en la que participan las ONGD Cáritas, Ecosol, Petjades, La Tenda de Tot el Món- permanecerá abierta al público durante todo el sábado 11 a 19 horas.

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