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el certamen cierra edición

Sona la Dipu despide su ‘annus horribilis’

27/09/2018 - 

VALÈNCIA. Todo pintaba bien para la presente edición del certamen musical Sona la Dipu, con un presupuesto goloso y la consolidación de la figura del director –Quique Borras- que accedió un año antes al puesto de nueva creación. Sin embargo, la realidad ha empañado el concurso, que mañana viernes cierra etapa con la proclamación de un nuevo ganador, que se elegirá entre las bandas Yo Diablo, Twise, Tin Robots y Mr. Perfumme, en una final que acogerá la localidad de Gandia. Punto y final a una edición que empezó con mal pie, retrasando de manera excepcional su organización y concentrando todos los conciertos entre finales de agosto y septiembre, y que continuó con la denuncia de numerosas bandas, que acusaron al certamen de impagos por valor de aproximadamente 70.000 euros. Entre medias las disputas internas por la falta de representatividad de mujeres en la programación, en una edición en la que se había anunciado esta cuestión como centro de debate, o la desvinculación de eventos culturales como Truenorayo Fest. Con todo, mañana el certamen musical promovido por la Diputación de Valencia se despide de su ‘annus horribilis’ y empieza el proceso de gestación de la siguiente edición. Estos son las claves del año más difícil de Sona la Dipu:

Operación Alquería

El terremoto de la Operación Alquería dejaba réplicas en las distintas áreas de la administración provincial. Fue esta la causa esgrimida por el director del certamen para justificar el retraso sin precedentes en la puesta en marcha del certamen, una organización que, en cualquier caso, ya venía con un retraso excepcional. “[Trabajamos] con cierta precaución”, explicaba el director de Sona la Dipu, Quique Borrás, preguntado por esta cuestión. La cuentas, sin embargo, no daban. El certamen prevé cuatro semifinales, una final y un concierto a modo de presentación de los ganadores del certamen, siendo habitualmente el primero de los eventos en mayo. La Operación Alquería tuvo lugar el 28 de junio. Así, la primera semifinal ha tenido lugar durante la primera quincena de junio en tres ocasiones (2015, 2013 y 2012), en mayo (en las ediciones de 2017, 2016, 2014, 2010 y 2009) y, en dos ocasiones , en abril (2011 y 2008).

Quique Borrás, director de Sona la Dipu. Foto: KIKE TABERNER.

“Hemos pasado momentos en los que no sabíamos si íbamos a tener algún artista de cabeza de cartel importante. Creo que lo hemos resuelto con bastante dignidad. Esperamos haber aprendido este año”, reconoció Borrás durante la presentación de la nueva edición del concurso. “A nosotros nos hubiera gustado contar con Izal, pero no puedes decirle: quiero un concierto para Sona la Dipu, pero no sé en qué población o en qué fecha”, añadió. Finalmente, y por primera vez en su historia, todos los conciertos de Sona la Dipu se concentran un aproximadamente un mes, desde finales de agosto hasta este 28 de septiembre, cuando se conocerá el nombre del grupo ganador. 

Debe la Dipu

The Saltitos, Gran Quivira, Indian Hawk, Mireia Vilar, Meridian Response, Lígula, Durga, Caravana Sur, Mantequilla Voladora, Holy Paul, Badlands, Odd Cherry Pie, La Hora del Té, Vibrowaves y Nanga Parba. Estas son las bandas que este mismo mes emitían un duro comunicado en el que denunciaban los impagos de Sona la Dipu, retrasos que ascienden a aproximadamente 70.000 euros en total y que habrían hecho “que la economía de las bandas se desmorone”. Bajo el lema ‘Debe la Dipu’, los mencionados grupos se organizaron con el objetivo de generar una voz unificada para defender su situación ante una administración provincial a la que acusaron de “dejadez” tanto en lo económico como en lo comunicativo, llevando a situaciones que describen como “surrealistas”, como “saber que tocas en un festival al verlo directamente en un cartel, o que simplemente de manera unilateral te comuniquen lugares y fechas sin consultar a ninguno de los miembros de un grupo”.

Por su parte, desde la Diputación de Valencia se reconoció la cuestión de los impagos, justificándolo con el cambio de modelo de facturación. “Además, el pasado mes de diciembre se cerró la contabilidad correspondiente al año 2017 y hasta julio de 2018 no hemos tenido disponibilidad contable para poder hacer frente a estos pagos pendientes, ahora, todos los afectados podrán cobrar antes de que finalice este año”, explicó en un comunicado la diputada de Juventud, Deportes e Igualdad, Isabel García, tras reunirse con representantes de la plataforma. De igual forma, esta programado para el próximo mes de octubre la celebración jornadas formativas a los grupos junto al sindicato de músicos valencianos “para evitar errores administrativos por parte de los participantes y garantizar, así, una mayor agilidad por ambas partes”. Los impagos, en cualquier caso, no fueron la única denuncia de los grupos, que lamentaron ser tratados como “relleno” entre artistas de renombre pero que poco tienen que ver con ellos, instando a una reconfiguración completa del certamen.

Mujeres en la industria musical

Mientras las bandas se organizaban para denunciar la cuestión de los impagos, en los despachos de Sona la Dipu se vivía otra batalla. El retraso en la organización de la presente edición llevó a cerrar el programa de conciertos en tiempo récord, unas prisas que provocaron que la Diputación se olvidara del objetivo con el que habían presentado la edición: visibilizar a la mujer en la industria musical. Si bien, apenas unos meses antes organizaban un mesa redonda bajo el lema ‘El patriarcado musical’ y anunciaban el jurado “más paritario de todas las ediciones”, con la presencia de tres mujeres (María Carbonell, Amalia Garrigós y Marta Moreira) y dos hombres (Quique Medina y Kiko Tur). Esto, sin embargo, no se vio reflejado en el cartel de artistas que acompañan a las bandas participantes, una quincena de grupos entre los que no había presencia femenina. Conocedores del cartel durante la propia rueda de prensa, el jurado elevó sus quejas a la dirección del certamen, exigiendo la inclusión de bandas con mujeres.

La petición no cayó en saco roto, aunque ya era demasiado tarde como para confeccionar un cartel paritario, siendo semanas después de la presentación oficial del certamen cuando, a través de una nota de prensa, se comunicó la inclusión de tres nuevos grupos a la serie de conciertos: Mueveloreina, Badlands y Sense Sal. “En la línea de incentivar la presencia femenina en el programa musical de la Diputació, el área de Igualdad y Juventud que dirige Isabel García ha promovido, junto al jurado más igualitario de la historia del certamen, esta inclusión en el cartel de los conciertos de grupos con un importante protagonismo de voces y artistas femeninas”, comunicaron desde la administración provincial en la mencionada nota de prensa. 

Desvinculación de Truenorayo

“Por respeto a las bandas participantes de esta edición, el jurado seguirá desarrollando su función con normalidad en las semifinales y la final del concurso de 2018, que se celebrarán el 7, 22 y 28 de septiembre”. Este fue parte del comunicado que emitió el jurado tras darse a conocer la situación de impago de las bandas, una polémica que estuvo a punto de costarle al certamen la baja de algunos de sus miembros. Si la situación de inestabilidad puso sobre la mesa que se pudieran dar bajas en el certamen, lo cierto es que por el momento no ha sido así. Sin embargo, los problemas internos sí están afectando a su imagen y en sus colaboraciones con otros eventos culturales. De esta forma, fueron las organizadoras del Truenorayo Fest las primeras en desvincularse de Sona la Dipu, que no contará en su quinta edición –que acogerá La Mutant el 19 y 20 de octubre- con la colaboración del proyecto musical de la Diputación.

“A pesar de suponer un impacto económico para el festival, este año no se contará con Sona La Dipu debido a la falta de transparencia y saber hacer por parte del concurso y la institución. Hemos tomado esta decisión porque creemos que es imprescindible ser coherentes con nuestros principios, donde la música, los creadores y la cultura son la base del festival, porque no todo vale”, reflejaron en un comunicado. Si bien la cuestión de los impagos era clave, también lo fue la “catástrofe” en torno al proyecto para visibilizar a la mujer en la industria musical, máxime cuando Truenorayo nació con ese objetivo, desde donde criticaron que el único objetivo fuera la “buena prensa” al no verse traducido en el cartel. La programación del festival se completará, además, con el debate ‘El postureo y la medallita contra lo que realmente necesitas’, una charla que girará en torno al sistema de subvenciones, ayudas o concursos impulsados desde la administración.

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