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GRUPO PLAZA

jornada patrocinada por caixabank con la colaboración de grupo gimeno 

Sostenibilidad, un factor imprescindible en la gestión empresarial 

30/03/2022 - 

VALÈNCIA. La urgencia climática, la economía y el bienestar han puesto de manifiesto la importancia de cambiar el modo productivo y apostar por un enfoque donde la sostenibilidad vaya más allá de las buenas prácticas y se sitúe en el centro de la estrategia de cualquier empresa o institución. Un reto para el cual las empresas deben adaptarse y ver que los fondos Next Generation EU y la Estrategia de Descarbonización a Largo Plazo (ELP) suponen una oportunidad para transitar hacia una economía inclusiva y baja en carbono y que la incorporación de criterios ambientales, sociales y de buen gobierno a la estrategia de la empresa contribuye a su competitividad. Aspectos a los que se suma otra realidad: la ya creciente demanda de activos financieros sostenibles por parte de los inversores. Todo ello redundará positivamente en los grupos de interés de las propias empresas, es decir, los stakeholders como accionistas, empleados, directivos…

En un momento clave en esa transición, y con el fin de analizar el papel de las empresas y las entidades financieras como motor en la transición hacia una economía más comprometida, se celebró el lunes en el Hotel Arenas Balneario Resort Valencia una jornada sobre sostenibilidad realizada por Valencia Plaza patrocinada por CaixaBank en colaboración con Grupo Gimeno. Un encuentro que abrió el presidente de Ediciones Plaza, Enrique Lucas, para recordar el compromiso de Valencia Plaza con la sostenibilidad pues “es el único camino para seguir avanzando”. 

Un contexto donde los bancos tienen un papel fundamental para contribuir en esa transición mediante la financiación e inversión en proyectos sostenibles, la gestión del riesgo climático y la reducción del impacto directo de las operaciones. Como recordó Álvaro Colino, director de Coordinación de Productos de Negocio Sostenibles de Caixabank, “las entidades financieras tenemos la obligación de ayudar a transformar la economía fomentando inversiones medioambientalmente sostenibles”. Al respecto, explicó que desde CaixaBank contribuye en esa transición ayudando a integrar en la estrategia el cambio climático, canalizando la inversión hacia fines sostenibles, financiando la transición, gestionado los riesgos medioambientales y climáticos, descarbonizando su cartera y operaciones y midiendo e informando sobre los aspectos de su actividad. 

Igualmente, recordó que “la compañía que no sea sostenible dejará de ser competitiva y rentable” pues “la rentabilidad de una empresa ya no se entiende sin la sostenibilidad”. Un paso que las empresas no solo dan por las nuevas regulaciones —enfocadas en primar la economía verde y con el reto de la descarbonización— sino también por el compromiso el planeta y con el fin de dar respuesta a los consumidores. “Desde CaixaBank tenemos el compromiso de acompañar en ese proceso”, recalcó Álvaro Colino. Punto que aprovechó para recordar que en breve se pondrá en marcha el test de estrés de riesgo climático, por el cual se realizará un importante esfuerzo en la identificación de tales riesgos y en su integración en las pruebas de resistencia, al tiempo que será necesario el desarrollo de metodologías adaptadas a los requerimientos del supervisor.

Por último, recordó que los Fondos Next Generation ofrecen una oportunidad única para contribuir a una recuperación ecológica, digital y resiliente de la economía. Un nuevo modelo económico y social donde la sostenibilidad juega un papel clave en este paradigma: el 39% de los fondos están destinados a la transición ecológica, cifra que revela la necesaria transformación del tejido empresarial.

Tras su ponencia se dio paso a la primera mesa redonda, centrada en la financiación sostenible y en la que estuvieron presentes Lourdes Moreno, gerente de Soluciones Globales Financiación Empresas en CaixaBank;  José Gálvez, Head of ESG en EY; Pilar Lloret, directora general en NAO Asset Management y Mª Jesús Muñoz, catedrática de Finanzas en la Universitat Jaume I. Una mesa moderada por el redactor de Valencia Plaza Luis A. Torralba y que versó sobre la rentabilidad de la sostenibilidad, la necesidad de acabar con el denominado greenwashing o ‘lavado verde’ -, revestir de verde aquello que no lo es-, las ayudas europeas y la urgencia de ese cambio. 

Un debate en el que quedó bien claro la urgencia de la transición pues “estamos en un momento en el que la sostenibilidad es el elemento más disruptivo en el que la economía se ha visto afectada, es un tema estructural, cultural y social y que, por tanto, es algo que ya estamos integrando en toda la economía”. Así lo expresó Lourdes Moreno, gerente de Soluciones Globales Financiación Empresas en CaixaBank, dando pie a  José Gálvez, Head of ESG en EY, quien recordó que la sostenibilidad va a provocar un cambio sistémico pues “los analistas y los inversores no quieren solo conocer la parte del balance económico sino que a eso hay que añadirle aspectos medioambientales y sociales con el fin de que conozcan la foto real”. 

Pero… ¿la sostenibilidad es rentable? Pilar Lloret, directora general en NAO Asset Management —única gestora ‘verde’ de fondos de inversión en España—, lo tiene bien claro: “Por su puesto que es rentable, llevamos muchos años diciéndolo, al igual que hoy nadie pone en duda que es una fuente de competitividad. Estamos avanzando en ese camino y las nuevas generaciones así lo piden, que demandan un mayor compromiso social y medioambiental a las empresas. Además, la rentabilidad no está reñida con la sostenibilidad”. Un punto compartido por todas las ponentes que dio pie a debatir el denominado greenwashing que muchas empresas realizan a la hora de comunicar sus iniciativas. Así lo expuso Mª Jesús Muñoz, catedrática de Finanzas en la Universitat Jaume I, al explicar que “lamentablemente el mainstream ha llegado a la sostenibilidad pues parte de las empresas intentan hacer ese ‘lavado verde’ en el cual se comunican cosas que realmente no son”. De ahí que sea necesario que “todas las generaciones se unan para seguir ese camino y retomar la llamada economía del bienestar”.

Y es que, como recordó Lourdes Moreno, “las compañías que no sean sostenibles no serán rentables por lo que la sostenibilidad se alza como una gran oportunidad para las empresas”. Una rentabilidad que en opinión de  José Gálvez también se debe al proceso de análisis de la propia empresa para llevar a cabo el cambio pues “las empresas deben analizar los riesgos y las oportunidades y anticiparse a esos cambios y regulaciones que vienen de Europa y de ver cómose lleva a cabo”. Ese proceso de análisis lo ratifica Pilar Lloret, quien explicó que las compañías que entran en cartera en NAO —tras un riguroso proceso de selección— deben tener criterios financieros y sostenibles y esto se debe a que “tienen un gobierno corporativo muy robusto”.

Un cambio de paradigma que ha llegado tarde para muchos ponentes. En el caso de Mª Jesús Muñoz porque no se tenían herramientas desde el sistema financiero que impulsaran la sostenibilidad a la toma de decisiones y por la falta de buenos productos. Al respecto, Lourdes Moreno recalcó que el papel de CaixaBank es el de acompañar a los clientes: “estamos incidiendo en poner el foco en ayudar en esa transición y contamos con muchas iniciativas para acompañar a nuestros clientes, pero es verdad que muchas veces va por delante la realidad a lo que las entidades financieras van con el regulador”. 

Un retraso que a veces se le echa la culpa al Banco de España —como regulador— y la CNMV —como supervisor— pero que  José Gálvez desmintió: “Ambas instituciones están haciendo muchos esfuerzos en esta materia pero deben de estar acompañados de toda la regulación que viene de la Unión Europea y de los bancos como CaixaBank”. Una regulación que cambia rápidamente y que muchas veces se pone el foco en el Ibex35 pero el foco hay que ponerlo en las pymes pues “en esa transición y dadas sus características requieren de más asesoramiento, acompañamiento…”. Palabras ratificadas por Pilar Lloret, quien expresó que esas ayudas “permiten financiar proyectos que pueden encaminar a la empresa a ser más sostenible a un coste de financiación más bajo porque un inversor o ahorrador puede estar más inclinado a financiar esos proyectos que van a redundar en otros beneficios que le involucran más”. Pero no solo hay que pensar en los ‘bonos verdes’ —por poner un ejemplo de nuevos activos financieros sostenibles— sino “a quién se está dando el dinero y para qué lo está utilizando (educación, trabajo…), aspectos también fundamentales”. Al respecto, Mª Jesús Muñoz resaltó que la sostenibilidad va más allá de los aspectos medioambientales y “habría que centrarse en contestar a la pregunta qué significa ser verde pues muchas veces no es suficiente con tener un pequeño porcentaje”.

Un contexto en el que los fondos Next Generation suponen una gran ayuda para esa transición ecológica, pero también para liderar ese cambio. Así lo expresaron las ponentes, dejando claro que esas ayudas deben prolongarse en el tiempo —como expresó Lourdes Moreno— y suponen una gran oportunidad — Mª Jesús Muñoz—. Asimismo, para  José Gálvez esas ayudan deben venir cuando la empresa esté preparada y en absoluto es un “ahora o nunca” pues como dijo Pilar Lloret “a medio-largo plazo la sostenibilidad es una ventaja competitiva para las empresas y es esencial para la rentabilidad”. 

Una transición en la que los bancos son fundamentales pues son los agentes que ayudan en esa visión a largo plazo y en términos de sostenibilidad. “Los bancos no decimos a los clientes qué indicadores deben cumplir para que la financiación sea sostenible sino que realizamos una labor didáctica para explicar el proceso y que sea la propia empresa quien alinee su estrategia a los criterios sostebilidades”, concluyó  Lourdes Moreno recordando ese papel de CaixaBank para garantizar el cambio. 

El reto de ser una empresa sostenible 

La segunda mesa estuvo centrada en las empresas y en esa transición hacia un modelo más respetuoso con el planeta y las necesidades de la sociedad, abordando cuestiones tan fundamentales como la importancia de alinear la estrategia con los Objetivos de Desarrollo Sostenible, conectar con una sociedad cada vez más concienciada e informada o el reto de comunicar sin caer en el greenwashing. Una mesa moderada por el redactor jefe de Valencia Plaza Xavi Moret y en la que estuvieron presentes José Luis Vilar, director General en Grupo Gimeno; Cristina del Campo, directora General en Ainia; Antonio Álvarez, director territorial para la Comunitat Valenciana, Murcia y Baleares en Vodafone e Ibán Molina, delegado Institucional en la Comunitat Valenciana en Iberdrola. 

Una mesa que precisamente arrancó analizando el proceso por el cual las compañías alinean su estrategia de negocio con los ODS en un momento en el que todo parece ocurrir muy deprisa. Al respecto, José Luis Vilar, director General en Grupo Gimeno, comentó que la sostenibilidad siempre ha estado en el ADN de la empresa por el tipo de actividades que realizan y la abordan desde distintos ámbitos: “El primer ámbito es el interno, para ver qué cambios organizativos o de estrategia hay que modificar para cumplir con los criterios establecidos. El segundo es desde el punto de vista de operadores de servicios al ciudadano, donde nos sentimos parte relevante a la hora de poder implementar mejoras en la gestión de esos recursos esenciales”. Un análisis que llevó a Grupo Gimeno a tener una visión más transversal y más completa para hablar de aspectos como economía circular, ciudades inteligentes, eficiencia energética….

Por su parte, Cristina del Campo, directora General en Ainia, recordó que los Objetivos de Desarrollo Sostenible abarcan muchos ámbitos y tienen más de cien metas, por lo que es fundamental analizar cuál es la contribución a esas metas para, a partir de ahí, “establecer métricas que permitan monitorizar cómo se van cumpliendo dichos objetivos” pues “no se trata de cantidad sino de idoneidad y de coherencia”. Igualmente, comentó que “la innovación puede ser sostenible desde la perspectiva medioambiental pero también con una visión de sostenibilidad social y de buen gobierno”. 

Una visión transversal y global también compartida por Antonio Álvarez, director territorial para la Comunitat Valenciana, Murcia y Baleares en Vodafone, quien explicó que para la compañía los ODS se reducen a tres objetivos: igualdad, entorno y desarrollo sostenible. “Cuando nos marcamos la hoja de ruta a 2025 buscábamos dos objetivos, que el 100% de la energía consumida sea de origen renovable y reducir a la mitad nuestras emisiones de CO2 y hoy podemos decir que este 2021 ya el 100% de la energía adquirida y consumida eléctrica es de origen renovable”, resaltó. Lo hizo para enfatizar la importancia de la colaboración público-privada, como la realizada entre Vodafone e Iberdrola para alcanzar esa meta. 

Un guante que cogió Ibán Molina, delegado Institucional en la Comunitat Valenciana en Iberdrola, quien resaltó que sin esas alianzas “no es posible alcanzar las metas”. Asimismo, concretó que para llegar a esa transformación es necesario que la inclusión de los ODS se haga desde la directiva pues “de esta manera se refleja en el propósito de la compañía y se puede traducir en las políticas que se establezcan”. En el caso de Iberdrola: construir un modelo energético más eléctrico, saludable y accesible. Asimismo, argumentó que hay que analizar los ODS sobre los que la compañía incide más para darles más importancia y medir los impactos para “saber en qué punto del proceso se está”. 

Una estrategia que no puede dejar de lado a los grupos de interés. Al respecto, Ibán Molina recordó que hace unos años el grupo de interés principal era el accionista y hoy las empresas están cambiando para “dar valor a todos los grupos de interés con el fin de ser más sostenible y resiliente”. Puso de ejemplo Iberdrola, que en 2016 creó el concepto de 'dividendo social' para saber el impacto en los grupos de interés y que “es tan importante como el dividendo financiero”.  Aspecto fundamental también para José Luis Vilar y Grupo Gimeno, al igual que la comunicación que se establece con cada uno de esos stakeholders. “Es importante tener esa comunicación fluida con los grupos de interés con quienes interactúas y que ellos te digan cómo te ven, qué esperan de ti y qué cosas puedes hacer mejor”, comentó especificando que en el caso de Grupo Gimeno los empleados son fundamentales, de ahí que se consideren “un gran empleador”. Asimismo, puso el foco en el futuro y en la educación pues “toda esta revolución tecnológica y social y económica va a requerir de nuevos perfiles, del desarrollo de nuestros empleados y la capacidad de las universidades para cubrir esas necesidades”. 

Al hilo de lo comentado, Cristina del Campo argumentó que “una gestión efectiva de los grupos de interés puede ser una ventaja competitiva y un elemento diferenciado pero, además, establecer esos mecanismos de diálogo puede también ser una fuente de innovación, especialmente en los aspectos ASG”. Tanto es así que el último plan estratégico del centro tecnológico está enfocado a los cuatro grupos de interés identificados. “En este último plan estratégico para cada grupo de interés hemos establecido cuál es la misión del centro tecnológico y hemos hecho el DAFO de acuerdo a esa configuración”, resaltó recordando el compromiso con la sociedad, los clientes y el medioambiente. 

En opinión de Antonio Álvarez, las firmas deben estar alineadas con los grupos de interés pues “si piensas en el futuro de una empresa y en una empresa sostenible, cuando miras, por ejemplo, hacia los stakeholders, tienes que tener esa solvencia de decirle hacia dónde quieres ir” y añadió que “la empresa está en esos grupos de interés y debe hacer que sus grupos de interés también formen parte de la empresa”.

Asimismo, otra de las patas imprescindibles es la comunicación y ahí el gran reto es hacer llegar la estrategia de la empresa a la sociedad de manera transparente para huir de practicas como el greenwashing. En este punto, José Luis Vilar comentó que “vivimos en la era de la comunicación y de la transparencia por lo que es muy importante comunicar y, sobre todo, dar acceso a la información de una manera abierta y transparente”. De ahí que la firma haya potenciado la comunicación interna para “potenciar la comunicación bidireccional”. Ibán Molina subrayó esa idea también pues “la comunicación es transparencia y responsabilidad, porque al final una compañía como Iberdrola lo que dice tiene mucho impacto por lo que hay que ser muy responsable con lo que se dice”. Por su parte, Cristina del Campo tildó de “oportunidad” comunicar bien pues también es un ejercicio de “reputación y credibilidad y eso es bueno para los clientes y las personas pues los trabajadores no solo buscan ganar un buen jornal sino formar parte de una organización que deja una huella positiva”. 

Y es que, como se puso de manifiesto, es fundamental alinear esa estrategia con las necesidades de los consumidores, que cada vez demandan más políticas en pro de la sostenibilidad. Así lo expuso Antonio Álvarez, quien reconoció que “las nuevas generaciones tienen una mayor conciencia medioambiental por lo que hay que poner en marcha acciones en la que vean el valor que tú aportas a esa parte medioambiental”. De hecho, Ibán Molina recordó que según datos de la OCU, el 73% de la población española tiene en cuenta aspectos éticos y ecológicos en sus decisiones de consumo. Dato que ofreció para recordar que Iberdrola ha lanzado junto a Grupo Gimeno herramientas para controlar el autoconsumo pues “las empresas deben estar siempre muy pendientes de las necesidades de los consumidores”. 

Un futuro también más conectado, como apuntó Cristina del Campo al recordar que “el cliente tiene mucho acceso a la información y con mucha capacidad de interacción en tiempo real por lo que está mucho más empoderado”. Un aspecto que hace que las empresas “tengamos más interés en ser sensibles a cuáles son las preferencias, las expectativas, los gustos y qué esperan nuestros clientes de nosotros”. 

Un futuro que pasa por la tecnología y la innovación, como recordó José Luis Vilar: “La tecnología es una de las cinco grandes palancas de transformación pues es un catalizador de soluciones”. Un punto destacado también por Ibán Molina pues sin esa base tecnológica “no es posible avanzar porque proporciona los datos para seguir alcanzando las metas fijadas”.

Una jornada sobre sostenibilidad que concluyó la directora general de Ivace, Júlia Company, quien subrayó que la transición ecológica  es un compromiso de todos y expresó que "hablar de sostenibilidad es hacerlo de retos pero también de oportunidades para crecer y revertir el cambio climático". Un futuro en el que el rol de las administraciones publicas "es decisivo para impulsar normativas y sensibilizar a la ciudadanía, enseñando cuál puede ser nuestro compromiso". Asimismo, recordó que se está trabajando por tener una industria eficiente, de igualdad y que promueve la sostenibilidad por lo que "las empresas deben adherirse a ese cambio". Un futuro que también pasa por los fondos Next Generation pues tal y como recordó, el IVACE gestionará 122 millones de euros hasta 2023 procedentes de los fondos europeos de recuperación Next Generation EU para impulsar el autoconsumo, la utilización de energías renovables térmicas, la movilidad sostenible o respaldar actuaciones de climatización, entre otros.  

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