Dos personas esperan para poder cruzar el paso a nivel de Alfafar. Foto: Ajuntament d'AlfafarVALÈNCIA. Desde hace más de tres décadas, los vecinos y vecinas de l’Horta Sud luchan por conseguir que el paso a nivel de Alfafar -uno de los más peligrosos de España- deje de ser real para convertirse en un amargo recuerdo. Las vías del tren dividen el territorio en dos lados y obligan a la población a cruzar para acceder a ciertas zonas.
Pero el problema no reside en las vidas separadas por los raíles, sino en las vidas arrebatadas a aquellas personas que un día normal y corriente tan solo querían volver a casa, ir a trabajar o quedar con sus seres queridos, cosa que nunca lograron. Estos últimos siguen forzados a encontrarse -y atravesar- una pasarela responsable de decenas de muertes, que provoca impotencia, rabia y decepción ante la falta de soluciones que cambien la situación actual.
Por su cercanía geográfica, las localidades de Benetússer, Alfafar y Sedaví están directamente afectadas; sus habitantes ya están acostumbrados a hacer uso del paso a nivel para desplazarse entre los pueblos. El alcalde de Sedaví y presidente de la Mancomunitat de l’Horta Sud, José Cabanes, explica: “Hay familias que están partidas por las vías, padres que viven en un lado e hijos que viven en el otro. Sedaví tiene un colegio que está muy cerca, al cual viene gente de Alfafar y Benetússer; los menores tienen que cruzar todos los días cuatro veces ese paso”.
Además, las largas esperas hasta que las barreras se levantan y el semáforo se pone en verde aumentan la impaciencia de la gente, que opta por incumplir las normas para ahorrar tiempo. Estos accidentes frecuentes se podrían evitar si se llevase a cabo el soterramiento de las vías, una petición que las alcaldías de la comarca piden a gritos desde hace años.
Este punto negro de la red ferroviaria se llevó a otra víctima el pasado mes de junio. A raíz del siniestro, las 20 alcaldías pertenecientes a la Mancomunitat organizaron una recogida de firmas para conseguir apoyo suficiente para potenciar la iniciativa. Según el presidente, "aquí da igual el color político que gobierne; se trata del bien común de todos los municipios y de todos los vecinos que viven en estos pueblos. La Mancomunitat está más unida que nunca y lo que afecta a uno afecta a todos".
De hecho, el objetivo es conseguir que el soterramiento vaya desde Silla hasta Valencia y contempla la creación de un "pulmón verde" por encima, para que la ciudadanía pueda disfrutar de un carril ciclomotor que facilite la movilidad sostenible entre territorios. De momento, el plan sigue el camino previsto y ya hay concertada una cita con el Ministerio.
Según expresan fuentes de Adif a este periódico, la empresa no es responsable de la falta de actuación y achaca el poder de decisión al Gobierno. No obstante, el alcalde de Alfafar, Juan Ramón Adsuara, confiesa que van a tomar medidas legales contra la entidad: "Estamos trabajando con un gabinete jurídico para llevar a Adif a los tribunales europeos porque no están cumpliendo la ley ni en Alfafar, ni en Sedaví, ni en Benetússer". Así, Adsuara recrimina que, si se mantiene el paso a nivel, no se cumplirá ningún Objetivo de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030.
La peligrosidad no es el único inconveniente al que se enfrenta la población de la zona. El presidente de la Asociación Vecinal “El Progreso de Sedaví”, Juan José Campayo, vive a 500 metros del tren y, desde su casa, escucha la constante contaminación acústica que produce el medio de transporte. Esta molestia se magnifica en la época estival, ya que se abren las ventanas debido a las altas temperaturas y los pitidos irrumpen en el silencio de la noche, provocando insomnio y ansiedad.
Al ruido de los pitidos se suman las demoras, pues Campayo asegura haber tenido que esperar más de 20 minutos para cruzar. Por otra parte, el acceso adaptado a las personas con movilidad reducida también es cuestionable. Por ello, desde la asociación consideran que "es el momento de unir a las asociaciones vecinales con representantes municipales para hacer una comisión conjunta".
Piensa que el movimiento vecinal en torno a esta lucha se ha reducido con el tiempo y defiende que las asociaciones deberían tener mucha más importancia. Como ejemplo de motor de cambio, recuerda la unión de vecinos de la Torre, Sedaví y Horno de Alcedo que tuvo como recompensa la incorporación de la línea 9 de autobús.
Todos los miembros de las administraciones locales están de acuerdo en que es el momento álgido para conseguir financiar las obras, gracias a los fondos europeos. La alcaldesa de Benetússer, Eva Sanz, sotiene que la iniciativa debería estar incluida en el nuevo Plan de Cercanías.
Además, los representes de las alcaldías expresan su disconformidad con que el soterramiento se haya llevado a cabo en varias ciudades españolas -como Barcelona y Murcia- y en la capital valenciana, pero no se haya tenido en cuenta a l’Horta Sud.
Ante esto, los consistorios no se rinden y han organizado otra protesta para el próximo viernes 28 de julio. Mes tras mes, unirán fuerzas para que su reclamación gane difusión y ponga fin, de una vez, a un paso a nivel que ya ha hecho demasiado daño.
