Un sueño de calidad contribuye al desarrollo cognitivo, emocional y conductual de los niños

Las rutinas marcadas en la higiene del sueño deben ser diferenciadas según la edad del niño.

24/01/2025 - 

VALÈNCIA (VP). El desarrollo neuronal depende en gran medida de las sustancias que se segregan (proteínas, hormonas, etc.) durante el sueño. Por ello, un sueño de mala calidad puede afectar al desarrollo físico, emocional, cognitivo y social de los niños. Durante el sueño, el cerebro lleva a cabo funciones críticas, como consolidar la memoria, regular las emociones y permitir el descanso y la recuperación del cuerpo.

Según el doctor Fernando Baixauli, pediatra de los hospitales Vithas Valencia 9 de Octubre y Vithas Castellón, “estos procesos son fundamentales para el rendimiento neuropsicológico de los niños, ya que afectan su capacidad de atención, memoria, resolución de problemas y regulación emocional. Por ello, tener un hábito de sueño saludable y dormir las horas necesarias es muy importante para el crecimiento cerebral del niño”.

El especialista afirma que “dormir menos se relaciona con el estrés, la depresión, la ansiedad y el comportamiento agresivo. Los niños que no duermen bien también tienen problemas para tomar decisiones, resolver conflictos y aprender” y subraya que hay estudios contrastados que afirman que “los niños que no duermen lo suficiente tienen un volumen menor en ciertas áreas del cerebro responsables de la atención, la memoria y el control de la inhibición, en comparación con los que tienen hábitos de sueño saludables”.

Normalmente, conforme el niño va madurando, va superando los problemas más comunes a la hora de dormir, entre ellos los TIMS (trastornos por inicio y mantenimiento del sueño), o las parasomnias, trastornos del sueño que incluyen a las pesadillas, terrores nocturnos, sonambulismo, somniloquia (hablar mientras duerme), los movimientos automáticos o la enuresis (hacerse pipi en la cama).

Pautas según las edades del niño

“Sin embargo, -explica el pediatra-, en determinados casos sí que hace falta generar unas pautas y rutinas que conduzcan hacia buenos hábitos del sueño”. Para ayudar a minimizar estos tipos de problemas al dormir, los padres deben establecer rutinas diarias y regular a sus hijos la hora de acostarse.

Según el doctor Fernando Baixauli las rutinas marcadas deben ser diferenciadas según la edad del niño. “Cuando son bebés, -comenta el profesional-, hay que acostarles despiertos en su cuna y con su elemento transicional (peluche, almohadita, etc.), para que aprendan a dormirse solos, generar un ritual diario de higiene y alimentación a las mismas horas. En el caso de que el niño tome pecho, las tomas nocturnas deben ser más cortas y sin luz ni otros estímulos”.

Una vez que son más mayores y duermen solos en su habitación el ambiente para conciliar el sueño debe ser tranquilo, silencioso, oscuro y con una temperatura que no supere los 20 grados. El especialista recalca que “es importante que durante la tarde se eviten bebidas de cola, o chocolate y que la actividad física o deportiva del niño no se desarrolle justo en las horas previas a dormir. Por supuesto, recalcar que el uso de la televisión para conciliar el sueño o la exposición de más de dos horas al día a una pantalla, son factores que favorecerán la vigilia”.

El problema del sueño también afecta hoy en día a muchos adolescentes. Se produce, por ejemplo, un retraso normal del inicio del sueño y se necesita dormir más que durante los años anteriores. “El adolescente que no duerme de 8 a 10 horas por la noche, no descansa lo suficiente, -afirma el pediatra-, está irascible, tiene difícil despertar y menor rendimiento académico (en las primeras horas de clase). 

Para eso es clave evitar una hora antes de dormir videojuegos, estudio, móvil, internet… y no usar la tele para dormirse, además no debe estar en su habitación, no consumir estimulantes (cafeína, cola…) y practicar ejercicio físico regular. El objetivo educacional es sensibilizar al adolescente de la importancia que tiene dormir bien y suficiente”. Con la llegada del tiempo primaveral y más horas de sol, muchas personas deciden practicar el running. Sin embargo, tener como opción esta disciplina deportiva de forma saludable implica la preparación previa del cuerpo y la necesidad de revisiones médicas cardiovasculares así como del estado de la musculatura y las articulaciones para asegurarse de que el organismo esté listo para someterlo a correr.

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