VALÈNCIA. La pandemia de la covid ha impulsado la actividad online en prácticamente todos los ámbitos, también en el entretenimiento y la competición. Un canal que tiene pros como la inmediatez y la comodidad y contras como la falta de control sobre qué hace el jugador. Y esta cuestión es la que el valenciano Joan Buch decidió abordar en una de sus aficiones: el ajedrez.
Jugador desde bien pequeño, Buch decidió marcharse a Croacia en 2019 al finalizar la carrera de Ingeniería Química tras realizar un Trabajo Final de Grado (TFG) donde desarrollaba unos zapatos eléctricos. Un camino que le llevó a Budapest, donde entró en una incubadora en la que decidió cambiar su proyecto por algún desarrollo más factible.
En este camino, pensó en crear un plataforma para jugar al ajedrez online pero con dinero. "Acababa de salir de la carrera con 23 años, no tenía experiencia empresarial, pero con el ajedrez me desenvuelvo bien", explica Buch. Con este proyecto en mente captó el interés de un fondo de inversión en Croacia, Fil Rouge Capital, quien pasó a invertir en la compañía y a incubar el proyecto.
"Durante la pandemia estuve organizando torneos de ajedrez. La gente jugaba, pagaba pero me di cuenta de que era muy fácil hacer trampas cuando juegas online", explica. "Las empresas más grandes del sector usaban Zoom o Skype, por lo que decidí centrarme en resolver este problema". Con este dilema en mente decidió diseñar un sistema antitrampas para controlar a los jugadores en los torneo.
"Es como el VAR del futbol. Grabamos a los jugadores su pantalla y la cara y con inteligencia artificial detectamos comportamientos extraños. Por ejemplo, ¿por qué un jugador miraba tanto hacia los lados?", señala. En este sentido, Szuperchess les permite saber si hay algo externo en la habitación que está beneficiando al competidor, si entra algún WhatsApp o recibe ayuda de un bot. "Damos toda la información para que los árbitros y organizadores puedan tomar decisiones", señala.
El programa fue lanzado hace menos de un mes y han realizado torneos de prueba. "Los usuarios se descargan el software, inician sesión, encienden la cámara y comparten su pantalla", explica. En este sentido, deben aceptar los términos y condiciones que plantea el torneo. Mientras, los árbitros y organizadores reciben a través de la página web alertas señalando acciones sospechosas y en qué momento de juego se realizaron, permitiendo volver a ver las imágenes.
Ahora, su intención es vender el sistema a federaciones, clubes y organizadores de torneos con la posibilidad de entrar en otros sectores. "No es que vayamos a sustituir el ajedrez en vivo, pero es una alternativa bastante cómoda en época de pandemia que permite jugar en cualquier momento", recalca. Jaque mate a los tramposos.
