VALÈNCIA.-Tabarca es la única isla habitada perteneciente a la Comunitat Valenciana. Situada frente a la localidad alicantina de Santa Pola es un buen recurso para pasar un día de excursión, bien privada o bien colectiva. Está a 22 kilómetros de la ciudad de Alicante posee como reclamo turístico su gastronomía, sus playas del suroeste y sus aguas cristalinas y protegidas. Cuenta con un centenar de habitantes, que se dedican a la hostelería para atender a los 3.000 visitantes diarios que visitan la isla en época veraniega, y no tiene árboles ni vegetación. Sus costas albergaron un refugio de piratas berberiscos.
Los griegos la conocían como Planesia y de los romanos recibió el nombre de Planaria. Durante el medievo recibió el nombre de San Pablo, ya que según la leyenda fue el lugar de desembarco del apóstol. Con la llegada de unos refugiados genoveses desde la isla tunecina de Tabarka, cambió su nombre por el de Nueva Tabarca.
Tiene una superficie de 30 hectáreas con una longitud de 1.800 metros de largo y una anchura de 450 metros. Su estrechamiento por el oeste, donde están situados un pequeño puerto y dos de sus playas, crea un istmo, que separa a una pequeña ciudad del resto de la isla completamente salvaje. Cuenta con tres islotes principales, ricos en fauna marina, la Nao, la Galera y la Cantera. En la parte sur está ubicada la cueva de Llop Marí, que presenta dos bocas con acceso por el mar con embarcaciones pequeñas y que según la leyenda era donde habitaba un monstruo marino de cuerpo liso y viscoso con grandes dientes. Al este se alza la torre de San José, el faro, el cementerio y unos pocos metros destinados al cultivo.
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