Artistas como Ignacio Pinazo, de origen humilde, y burgueses con un barniz ilustrado hicieron posible, hace un siglo, que Valencia viviera un renacer artístico. Esa ambición se echa en falta hoy en nuestras élites, más preocupadas en salvarse a sí mismas que en el progreso de su ciudad
Frente a una obra de arte casi todo quedará por descubrir por mucho que la observemos como aficionados. Frente a centenares todo es un misterio. Llega el “Año Pinazo”, un buen momento para reencontrarse con un artista más que notable que debería servir para valorar su obra pero también para resituar a una brillante generación que pintó nuestro segundo Siglo de Oro
El artista solo dejó de pintar un año antes de su muerte y sus últimas obras se presentan cojuntamente con los pintores que le sucedieron.