Es la única persona que ha conseguido instalar una pintura en la Gran Muralla China. Una obra de mil metros cuadrados rodeada de esculturas que le costó a este artista valenciano sudor, lágrimas y casi la ruina. Ahora recoge sus frutos y sus obras se cotizan entre las clases dirigentes del país asiático. Ha pintado retratos para el entorno del presidente de la República Popular, Xi Jinping, y esculpido bustos del pintor chino más cotizado del mundo. Su polifacética personalidad incluye una empresa que distribuye vino valenciano en China, la colaboración con una firma sueca de paneles acústicos o una reserva de bisonte europeo en Benagéber