Primer capítulo la próxima semana de la investidura de Pedro Sánchez. ¿Habrá fumata blanca? O ¿Seguiremos sin ver el elefante? Si no sale, supuestamente en septiembre habrá tiempo y sino elecciones el 10 de noviembre. Todo va a depender de si ven o no el elefante, o sea si se entienden o no Pedro Sánchez y Pablo Iglesias u otros socios más o menos incómodos

Es sabido que la canícula veraniega recalienta las meninges a más de uno. Lo tórrido de la estación no disculpa a los políticos. Más de un ciudadano se pregunta para qué va a las urnas si luego sus representantes no se ponen de acuerdo para gobernar. Y ya no vale que estemos en tiempo de tanteo y de juegos más o menos florentinos. Aún no lo hemos visto todo

La aclamada serie televisiva danesa ha sido tomada como ejemplo por muchos de nuestros próceres para visualizar la suerte de pactos que estos días hemos vivido con los ayuntamientos, y ahora con autonomías y gobierno central. Y no solo eso, también es una simulación de cómo sería un gobierno de coalición o de cooperación,-Pablo Iglesias dixit-

¡Por favor que paren esto! El sábado por finalcaldías, mientras se van cerrando acuerdos para las autonomías,-a trancas ybarrancas en el Botànic-, en unasuerte de carambolas y sudokus y al mismo tiempo aparece el espantajo de unanueva convocatoria de elecciones generales. Y además estamos entretenidos contoda una suerte de eufemismos que ocultan la debilidad de unos y la supuestafortaleza de otros.

Los ciudadanos observan, no sé si con estoicismo, el camino a ninguna parte (terceras elecciones) al que nos llevan nuestros políticos. Sabido es que la situación general es excepcional  y por ello requiere de soluciones excepcionales, lo demás es marear la perdiz. Sin embargo, poco podemos atisbar sobre la solución definitiva. El hecho contrastado es que España necesita un Gobierno. Y la realidad nos dice tozudamente que aún no sabemos cuándo lo tendremos

Qué es el tiempo, se preguntaba San Agustín. La ciencia del tiempo ha ocupado los tiempos y el tiempo, valga la redundancia, de pensadores, científicos, matemáticos y físicos. Y se ve que ahora nuestros políticos también se dedican a ello con su gestión, incluso a sus cálculos más alambicados

Nunca creí que los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro con su inspiración en el Corcovado iban a coincidir en el tiempo, con la carrera de Don Tancredo Mariano Rajoy y su liebre Albert Rivera, para llegar juntos a la meta de La Moncloa,- Dios mediante, decisión necesaria de Pedro Sánchez-, sopena de esperar al Portal de Belén y a los apetecibles turrones

El Rey Felipe VI no se anduvo por las ramas. La campaña electoral del 26J ha de ser lo menos gravosa posible y no debe cansar a los ciudadanos. O sea baño de realidad para los partidos y los políticos. Que no sean cansinos y que gasten lo justo. Espero que de verdad, ahora sí, se pongan de acuerdo para abaratar los costes electorales. Y sobre todo no agobien, ni cansen al votante