Una relación duradera empieza a ser cosa de raritos. Algo sospechoso. Lo normal es que el amor se consuma en cuatro años. Esa es la media de las nuevas parejas. Siendo así, cabe plantearse si merece la pena arriesgarse.
El amor está en el aire, a ver si le damos alcance. El deseo de tener pareja crece con la cercanía de San Valentín. Para que el controvertido Cupido acierte con la flecha es preciso dominar el arte de la seducción.
¿Por qué algunos hombres maduros cambian a sus esposas de toda la vida por jovencitas? Es una apuesta arriesgada, que casi siempre acaba mal, pero sucede. Estos varones tienen algo de vampiros, de ilusos que creen rejuvenecer con la sangre fresca de muchachas. Despiertan ternura y pena