Es raro encontrar a un gran hombre que no haya sido criminal a su manera. De Julio César a Napoleón. Si figuras entre los vencedores, todo te será perdonado, pero ‘¡ay de los vencidos! No habrá piedad con ellos.
Con la celebración de una vuelta más al sol ¡ya van 46!… Hago de nuevo una reflexión y balance vital inevitable cada vez que cumplo años. Las alegrías, las penas, los problemas, la importancia de las pequeñas cosas, el día a día y aprender a vivir el presente sin grandes proyecciones de futuro… Y todo esto, con la banda sonora del clásico tema de Joan Baez, “Gracias a la Vida… que me ha dado tanto”.
Fue el principio del fin, la iniciación del largo e interminable adiós en que a partir de entonces, se convirtió mi vida. Como la luz del sol, cuando se abre una ventana después de muchos años, rasga la oscuridad y desentierra bajo el polvo objetos y pasiones ya olvidados, la soledad entró en mi corazón e iluminó con fuerza cada rincón y cada cavidad de mi memoria.
Desengañado de los hombres, uno busca la lealtad de las plantas y los árboles. Estudio y admiro el reino vegetal. Tengo un bonsái y unos cactus. Jacobo y los hermanos Dalton, así los he bautizado. Me hacen dulce compañía. Son los hijos que no tuve