La economía de Internet está en juego. El nuevo Reglamento Europeo de Protección de Datos, una de las normativas con más presión de los ‘lobbies’, entró en vigor en mayo tras cuatro años de debate. Para unos, consolida una de las esencias de la construcción europea; para otros, regular el Big Data podría perpetuar un modelo basado en poner palos en las ruedas de la innovación, en clara desventaja con Estados Unidos