VALÈNCIA. Guillermo Rubio, una de las almas detrás de TC, entró hace unos cuantos años en el estudio de un arquitecto francés acabado de mudar a València. Entonces las cajas de esparcían por el suelo y solo un rastro de planificación se percibía: una estantería de libros, entre los cuales cerca de 25 revistas de TC se apilaban armoniosamente. “Me extrañó -dice Rubio- que hubiera tenido tiempo de crear esa colección tan rápido. Cuando le pregunté me dijo que todas y cada una de las revistas las había comprado estando en Francia, que fue de las primeras cosas que se trajo en su mudanza a València sin ni siquiera saber que hacíamos la revista desde esta ciudad. Me hace gracia, y quizás parezca algo sin importancia, pero por primera vez, más allá de albaranes y documentos, conocía a alguien de carne y hueso que había conocido y comprado las revistas fuera de España gracias a todo ese esfuerzo. Tengo que reconocer que me emocioné”.
Esta es otra de esas historias de titanes levantando a peso, sin complejitos, proyectos para cualquier parte hechos, en este caso, desde la Avenida Reino de València. Especialistas en libros y revistas de arquitectura. En una ronda rápida, sus lectores más fervorosos terminan haciendo hincapié en “que cada proyecto se acompañe de documentación técnica detallada, lo que para otros profesionales es muy interesante”; en su plano técnico, “el factor diferencial porque en sus monografías se incorporan numerosos detalles constructivos y los planos se tratan con un gran cuidado”.
Pero qué hay detrás del latido editor en el que se aventuró una familia en pleno 1992, año de la gran inflexión.
El detonante
“Estamos hablando de un momento en el que ni siquiera existía internet como algo generalizado y el papel impreso era la única fuente de información. El detonante inicial, que era crear una revista con artículos técnicos para arquitectos fue evolucionando hacia un concepto más cultural, dirigido a arquitectos, estudiantes y profesionales o interesados en la arquitectura contemporánea.
La diferenciación
“Y como casi todo está en Internet, cuando publicas algo en papel tienes que asegurarte que vale la pena. En nuestro caso -sigue Guillermo Rubio- lo que hacemos es trabajar mucho con lo que está en la base de la arquitectura, que son los planos, y los detalles que explican las obras constructivamente. Un material que se redibuja y adapta a propósito para cada publicación. Esta creación de un material único, divulgativo y permanente es lo que buscamos como hecho diferenciador”.
La creación
“La ruta que sigue un libro abarca desde el momento en que a alguien se le ocurre una propuesta interesante hasta que se venden los ejemplares. En este proceso hay que concretar la idea, trabajar con el material, maquetarlo y llevarlo a imprenta y todo al tiempo que se piensa en cómo transmitir el valor de ese libro a los lectores, se promociona y se intenta colocar en las estanterías de las librerías y difundirlo online.
Con los autores todo se plantea como una colaboración en la que se parte de unos criterios compartidos y se trabaja en la creación de todo el contenido. No suele ser fácil para ellos, y suele ser un proceso largo ya que implica mucho trabajo de selección, búsqueda y adaptación de contenido y, tratándose de profesionales en activo, todo este trabajo han de alternarlo con la actividad normal del estudio. Así que el trabajo con el arquitecto alterna momentos de coordinación, motivación y mucho debate”.
La inspiración
“Entender cómo es su proceso creativo y su personalidad. La obsesión, o ‘lo inspirador’, es intentar transmitir todo eso al lector, recopilar todo ese conocimiento en el formato de una publicación, buscar que comparta tu visión y que le acabe gustando esa arquitectura igual que a ti y, también, por qué no, conseguir sorprenderle. Como revista independiente, que vive de las ventas, cuando una publicación funciona y se vende, es muy gratificante porque sientes como si mucha gente te diera la razón, te apoyara silenciosamente”.
La arquitectura indispensable
“Intentamos publicar una arquitectura que no necesite demasiados adjetivos para definirla”.
Un momento decisivo
“Creo que el momento de la internacionalización de la editorial, en el sentido de conseguir crear una red de librerías y distribuidores en el extranjero, fue uno de los más importantes de la editorial. Fue un proceso duro, de muchos viajes en los que, sin demasiadas nociones comerciales en aquellos tiempos ni presupuesto, visitaba librerías y arquitectos cosechando éxitos y fracasos”.
El factor València
“Es nuestro lugar de origen y nos sería difícil plantearnos estar en otra ciudad, y eso que la mayoría de nuestros autores están fuera. Más que pensar en lo que nos aporta, nos gustaría poder aportar más debate y cultura arquitectónica a la ciudad en forma de charlas o presentaciones. València, en este sentido, ofrece un espacio único”.