VALÈNCIA. Arranca la XV temporada de Sala Russafa con la programación especial Alcem el teló! que este año ofrece el estreno absoluto de Canviarem bolquers segons el BOE, una comedia tierna y con puntos de humor absurdo que habla de los cuidados, esa tendencia casi innata de proteger tanto a los mayores como a los pequeños que, en ocasiones, puede acabar despertando otros instintos menos edificantes.
Del 18 al 21 de septiembre podrá verse esta propuesta que revisa en clave de comedia situaciones cotidianas para muchas personas de mediana edad que, una vez pasada la primera etapa de la crianza de sus propios hijos, se ven abocados a una subversión de roles para empezar a hacerse cargo de sus padres. Y es que, en una sociedad cada vez más longeva y con menor índice de nacimientos, el desequilibrio está servido, en todos los sentidos.
“Teníamos ganas de hacer una comedia” comenta Alberto Baño, media naranja de la pareja creativa que conforma junto a Pilu Fontán desde hace una década bajo el sello de Contrahecho Producciones, una compañía que ha ido asentando un estilo y espacio propios en la escena valenciana.
Con trabajos caracterizados por la temática social, la autoría contemporánea y una puesta en escena donde el teatro físico complementa y potencia la estética, han logrado el reconocimiento de la crítica, la profesión y el público gracias a piezas como Segaremos ortigas con los tacones, que retrata la prostitución; Vesània, que habla de la locura; o Delirum, que aborda las adicciones. Ahora presentan un cambio de registro para conectar con el público mediante otras emociones, a través de la sonrisa y la diversión, decididos a seguir investigando algunas de las claves que explican el mundo de hoy en día, pero desde un tono amable.
Al contrario de las dinámicas a las que muchas veces se ve obligada la profesión, Contrahecho se tomó su tiempo para ir definiendo y trabajando Canviarem bolquers segons el BOE, una pieza que, curiosamente, ha terminado hablando de dedicar atención y cariño a los demás.
Hace un año contactaron con Patrícia Pardo para hacerle el encargo del texto y la dirección. “Había una afinidad de intereses y nos gustaba mucho cómo trabajaba con el humor y la gestualidad clown a la hora de contar una historia. Era un lenguaje que no hemos usado en escena hasta ahora, dentro de la compañía, y que ha sido muy interesante de integrar”, explica Baño. También han contado con un proceso de ensayos diferente: “normalmente, te ves obligado a concentrar las sesiones en mes y medio para llegar justo al estreno. Aquí hemos tenido tres meses, hemos hecho pausas entre los periodos de ensayo para asumir lo que habíamos trabajado, revisarlo con un poquito de distancia y avanzar a un ritmo más pausado”, comentan desde la compañía sobre un proceso creativo donde los intérpretes han sido cruciales.
A Alberto Baño y Pilu Fontán se suman sobre el escenario Claudi Ferrer y Silvia Valero. Entre los cuatro dan vida a una decena de personajes. Algunos son solo una pincelada que acompaña al núcleo familiar, a los cuatro protagonistas de esta comedia donde también se retratan los cuidados que deberían de proporcionar las administraciones a los ciudadanos más desfavorecidos. “Aparecen enfermeras, runners, bomberos, personas sin hogar… A lo largo de las escenas nos vamos transformando con elementos muy sencillos y se van viendo representaciones de las personas que cuidan o que merecen cuidados”, apunta Baño sobre una comedia que no pierde el carácter comprometido, invitando a reflexionar sobre cómo podría ser el mundo si verdaderamente se pusiera a las personas, la atención a los demás, en el centro.
Este regreso se enmarca en la programación de Russafa Escènica – Festival de Tardor, una iniciativa dedicada a impulsar a la escena emergente con la que el teatro colabora desde sus inicios y en la que Contrahecho encontró una plataforma de lanzamiento hace 8 años. “Estrenamos Segarem, era nuestro segundo espectáculo, empezábamos a marcar nuestro sello y nos hace mucha ilusión volver ahora que ya hemos tenido ocasión de crecer, de asentar un estilo característico, incluso de experimentar con otros registros tratando de no perder lo que caracteriza nuestro teatro. Tanto la sala como el festival miman a los artistas y no deja de ser bonito presentar aquí un trabajo que precisamente habla sobre eso, de proteger, cuidarnos y cuidar”, concluye Baño sobre unas representaciones que marcaran el arranque de temporada para Sala Russafa, que a lo largo de las próximas semanas irá activando sus ciclos de programación específicos para compañías valencianas y nacionales, así como la programación familiar y las actividades formativas.