VALÈNCIA. Existen muchas formas de viajar este verano sin moverse de València. Hay quienes deciden sumergirse en un libro y viajar donde el autor le proponga, otros descubren algunos lugares del mundo a través de los paisajes expuestos en los museos y hay quienes se dejan sorprender por propuestas que vienen desde la otra parte del globo. Este 8 y 9 de julio -a las 20:30h- La Rambleta invita al público valenciano a viajar a Holanda a través del espectáculo Made in NL en el que invitan a la Junior Company del Dutch National Ballet con un espectáculo único que representa tres piezas coreográficas con raíces neerlandesas. Una propuesta liderada Diego Brichese de Arte Libera, en alianza con el director artístico del Junior Baller del Het National Ballet, Ernst Meisner y con la colaboración de Pilar Martí desde Valencia Endanza.
Con motivo de enredarse en las raíces de este espectáculo, Culturplaza conversa con estos tres artífices sobre un espectáculo que busca traer a las jóvenes promesas del ballet neerlandés a València para desplegar su arte sobre el escenario. Para llegar a esto Martí confiesa que la clave es la conexión que tiene Valencia Endanza con Holanda. Gracias a su contacto con “entidades y personalidades del ballet nacional holandés” llegan no solo a conocerlo, sino a valorarlo y plantear traerlo a València: “Los bailarines de la compañía Junior tienen una potencia increíble y se atreven con piezas muy arriesgadas que son únicas de ver. Nos interesa traer a esta compañía Junior, que funciona como cantera de las grandes, para poner en valor a los jóvenes bailarines y su esfuerzo”.

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- Foto: ALTIN KAFTIRA
Esto se refleja también en unas audiciones abiertas a bailarines valencianos que proponen desde València Endanza, en las que Meisner será quien valore la calidad de los candidatos. Una acción que Brichese explica qué se hace para evitar el bucle de los bailarines que no pueden demostrar su experiencia: “Una de las claves de las compañías jóvenes es funcionar como escuela y servir como primera oportunidad. En el caso de la compañía neerlandesa vemos un nivel muy alto que les prepara para trabajar de manera profesional. Este espectáculo es una reivindicación de la fuerza de los bailarines jóvenes y de la proyección que pueden tener”, explica uno de los cabeza del proyecto. A esto añade que La Rambleta se convierte en el escenario ideal para acoger a los bailarines de la compañía Junior en su gira y también para la “pre audición” que organizan para entrar en esta compañía.
“Queremos que los bailarines y bailarinas valencianas tengan la oportunidad de tener un contacto cercano con las compañías jóvenes más allá de formar parte de las pre audiciones por vídeo. Esta es una buena oportunidad para romper el hielo y bailar cara a cara”, explica Brichese. Desde el otro lado de la tarima, Meisner explica que la Junior Company del Dutch National Ballet es un excelente ejemplo de cómo representar un programa de ballet clásico a manos de bailarines jóvenes, generando un espectáculo en el que convergen tradición y modernidad. “Nos parece muy importante asegurarnos de que nuestros jóvenes puedan representar a la compañía nacional de Ballet con roles que demuestran su calidad como bailarines y que son bastante exigentes”.

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- Foto: ALTIN KAFTIRA
“Este espectáculo es un trabajo muy exigente y divertido de ver para el público. Además, sirve para que los bailarines Junior puedan tocar diferentes melodías, estilos y trabajar con diferentes coreógrafos para componer el espectáculo”, explica el director y coreógrafo de la compañía, quien además añade que estas propuestas contribuyen al “avance del ballet, que descubre nuevos perfiles y que muestra como son los jóvenes de las nuevas generaciones, que son de lo más sacrificadas”. Para ello, Made in NL se construye también con jóvenes coreógrafos -menores de treinta años- que conectan perfectamente con la compañía juvenil y que ayudan a que se entiendan entre sí: “El resultado es un trabajo impecable en el que los bailarines conectan con sus orígenes mientras cuentan las historias más clásicas”.
Este despliegue de relatos se hace de “puntillas” entre doce bailarines que durante todo el año han estado trabajando en Holanda para prepararse para esta gran gira. Una dedicación y esfuerzo que para Meisner demuestra que los emergentes tienen mucho que decir y demostrar sobre el escenario: “Tienen mucho que enseñarnos sobre disciplinas y tienen una visión única del arte, la cultura y el futuro. El ballet se convierte en un idioma único que ayuda a reflejar lo que sucede dentro y fuera del escenario”. Una visión que buscan que se extienda también con los jóvenes talentos valencianos que formen parte de la audición que está programada dentro de estos encuentros, y que buscan que les sirva para ampliar el cuerpo de baile que está, nunca mejor dicho, siempre en constante movimiento.

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- Foto: ALTIN KAFTIRA