Este miércoles 18 y jueves 19 el Colectivo Fracasadas representará dos únicas funciones en una programación especial en torno a la crisis migratoria en Europa
VALÈNCIA. Lo hemos visto en la televisión, en los periódicos, en las fotografías o en las redes sociales: durante la actual crisis migratoria en Europa, España solo ha acogido al 11% de las personas que se comprometió a acoger, cerca de 180.000. La Sala Russafa y la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR) se han propuesto utilizar el teatro como herramienta para que la ciudadanía comprenda una realidad dolorosa: esas seis cifras no son un número: son vidas.
Este miércoles 18 y jueves 19 de octubre, La Sala Russafa acoge una programación especial dedicada a la crisis migratoria en la que representará la obra ‘Los invitados’, una pieza del Colectivo Fracasadas creada tras viajar a la isla de Lesbos a conocer de primera mano los testimonios de las personas refugiadas. Bajo la dirección de Ximo Flores, el que fue director artístico del Teatro de los Manantiales y partiendo de las noticias que les llegaban por la prensa, los actores valencianos Amparo Ferrer Báguena y Manuel Puchades han creado una obra de teatro documental que quiere remover conciencias.
“Estábamos buscando un tema que nos moviera por dentro. Nos llegó la noticia de que Emilia Kamvysis [85 años] y Stratis Valiamos [pescador de 40 años], dos ciudadanos griegos, habían sido nominados al Premio Nobel de la Paz por salvar la vida de mucha gente que llegaba por mar. Y nos fuimos a conocerles”, cuenta Amparo Ferrer Báguena. “En Grecia a los refugiados nunca les llaman refugiados, se refieren a ellos siempre como “los invitados”. Para ellos lo importante es recibirles con dignidad. Eso nos llamó muchísimo la atención y nos dio la idea del título de la obra.”, explica Manuel Puchades.
“Cuando llegamos allí nos dimos cuenta de cómo los medios de comunicación nos dan una imagen que no es real. Me llamó mucho la atención ver que rescataban a un hombre que era físicamente igual que el director del banco de mi pueblo, bien vestido, hasta con un reloj seguramente caro, y lo único que denotaba que había llegado en esa barca era que llevaba medio cuerpo mojado, el que estaba de cara al mar”, explica Manuel Puchades, dibujando en el aire una línea desde la cabeza a los pies. “Los que llegan no son harapientos, solo han tenido la mala suerte de vivir en un país que ha entrado en guerra”, remarca.
El espectáculo incluye elementos poéticos, de performance y del teatro documental, apoyado por proyecciones de frases, imágenes de la fotógrafa Lilia Koutsoukou y vídeos del cineasta Vicente Monsonís, que viajó a Lesbos con los actores para grabar un documental. Los testimonios reales de Stratos Valiamos cuando sale a pescar y rescata a personas a la deriva en medio del mar o de la octogenaria Emilia cuando recibe a los niños y las madres para cuidarles forman parte de la pieza pero sus creadores no se han quedado ahí.
“Todo lo que ocurre en la obra es real. No hay nada ficcionado y todo documento es real”, asegura Amparo Ferrer. En la obra, los autores han querido establecer paralelismos entre los refugiados que llegan a Europa y los refugiados españoles que huyeron por la guerra en los años 30. Una conexión que muchas veces se olvida. “Los testimonios de los refugiados españoles que incluimos están sacados de dos documentales: “El tren de la memoria” y “Los niños de Morelia”, sobre los niños que fueron exiliados en el 37 a México”, cuenta Ferrer.
El especial sobre refugiados de la Sala Russafa sigue la estela de otras acciones de este centro en su continuo compromiso social. “Anteriormente, hemos colaborado con Valencia Ciudad Refugio y otras ONG como Casa Caridad o Cruz Roja temas como la violencia de género”, ha explicado el director de la Sala Russafa, Juan Carlos Garés. “Llevamos muchos años trabajando con artistas en diversas manifestaciones porque a través del arte se tocan las emociones. Los números son personas de carne y hueso, con sentimientos y emociones”, cuenta Mercedes Nzambi, responsable de voluntariado e incidencia política de CEAR País Valencià.
La pieza plantea una reflexión sobre la percepción de la realidad desde el punto de vista del espectador externo al problema. “Me interesaba mucho la visión occidental sobre lo que pasa allí. Un poco la “mirada turística”, explica el director de la obra, Ximo Flores. “La experiencia estética permite que llegue mucho más la idea que quieres transmitir o denunciar. Más o menos todo el mundo conoce lo que ocurre, pero cuando los artistas trabajan estos temas taladran otros canales de recepción y asientan la conciencia desde otro lugar mucho más interesante”, añade.
El diálogo y el intercambio de ideas, están garantizados. “Una de las cosas que tiene de interesante este espectáculo es que abrimos un debate al público. En mitad del espectáculo hacemos un paréntesis, explicamos nuestro viaje, las contradicciones que hemos traído de él y las exponemos al público para abrir un breve debate en el que el público participa. Al terminar ese debate, la obra continúa y termina”, desvela Puchades.
La intención de los actores y creadores de la obra es clara: “Nos gustaría que la gente saliera de la sala con la idea de que lo que está ocurriendo no es tan lejano. Que empaticemos con las personas que llegan de fuera. Que no es una cuestión de ricos y pobres, que es una cuestión política y podría pasarnos a cualquiera de nosotros”.
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