VALÈNCIA (EP). Las afecciones sufridas por los frescos de los ángeles músicos de la Catedral de València -sobre los que aparecieron hace cerca de dos años eflorescencias en varios puntos de las pinturas- son daños "muy localizados".
Así figura en el informe con las conclusiones de los estudios y catas realizadas, que ha sido entregado a la Conselleria de Cultura, que tiene que valorarlo y dar luz verde a una posible intervención, informa el Arzobispado de Valencia.
La Seo ha iniciado el desmontaje de los andamios de la bóveda interior y la plataforma metálica flotante que fue instalada el pasado mes de julio sobre el presbiterio para el estudio de las afecciones de los frescos renacentistas de los ángeles músicos, mientras que se mantendrán los colocados en la parte exterior del ábside, a la espera de poder realizar un proyecto de restauración.
El informe de conclusiones, de 700 folios, recoge las observaciones del equipo de técnicos y expertos que ha llevado a cabo esta fase y que está formado por restauradores de Bellas Artes, físicos de la Universidad Politécnica, de la del País Vasco, arqueólogos, arquitectos técnicos y el propio arquitecto de la Seo responsable de la obra, Salvador Vila. Los especialistas han concluido que la parte envolvente exterior del ábside, sus fachadas y encuentro con las plementerías "está muy perjudicada y es el origen de los problemas de humedades que afectan a los frescos".
La "piedra muy porosa -de casi 760 años- las grietas y filtraciones de esta zona a lo largo del tiempo, próximas a las ventanas, las gárgolas que mantienen filtraciones durante su recorrido al atravesar los muros para desaguar, sumado a los agentes biológicos como nitratos, de palomas y gaviotas, han ido afectando al interior de la bóveda", asegura Vila.
No obstante, el relleno de las plementerías se encuentra en buen estado -no presenta humedades- y las afecciones en los ángeles músicos, sobre los que aparecieron hace cerca de dos años eflorescencias en varios puntos de las pinturas, son daños "muy localizados".
La intervención conllevará la reparación exterior de la zona envolvente del ábside -desde donde se trabajará con los andamios exteriores ya instalados-, el desmontaje de algunos elementos arquitectónicos como las gárgolas para su reparación y buen funcionamiento, así como la parte interior de los frescos renacentistas "para los que a su debido tiempo ya se volverá a instalar otros andamios por el presbiterio", asegura Vila.
La retirada de andamios interiores concluirá la próxima semana. Para la retirada de la plataforma flotante, planchas y vigas metálicas del interior de la bóveda, en el presbiterio, ha sido instalada ahora un torre de andamios auxiliar para llegar hasta lo más alto e ir desmontando toda la estructura, cuyos trabajos finalizarán la próxima semana.
La decisión de desmontar los andamios interiores responde fundamentalmente a una cuestión económica, mientras se está a la espera de recibir el visto bueno de los informes, conclusiones y estudios presentados a Conselleria, a partir del que "elaboraremos el proyecto de restauración", afirma el arquitecto Salvador Vila Ferrer.
Posiblemente, hasta que se dé luz verde a la intervención pasen varios meses "tiempo que supondría mayor gasto mantener los andamios montados". Además, de esta forma, se consigue durante este tiempo de espera que la zona del Altar Mayor del presbiterio vuelva a su aspecto habitual.
Primero será desmontada la plataforma flotante, de unos 150 metros cuadrados e instalada a 14 metros de altura, con sus planchas y barandillas, y luego serán bajadas las vigas metálicas que sujetaban y unían esta plataforma con los andamios exteriores atravesando los ventanales.
Son un total de 7 vigas, algunas de más de 16 metros, divididas en dos partes cada una por el centro que serán bajadas desde el exterior a través de los ventanales, con la ayuda de un camión grúa en la parte de la plaza de la Almoina.
Los frescos de los ángeles músicos son pinturas de la segunda mitad del siglo XV realizadas por los artistas italianos Francesco Pagano y Paolo de San Leocadio en la primera bóveda gótica de la Catedral y fueron hallados el 22 de junio de 2004 durante las obras de restauración del altar mayor de la Seo, después de permanecer más de 300 años ocultos tras la bóveda barroca que fue retirada.