VALÈNCIA (EFE/Roberto Ordúñez). La proporción de mujeres asalariadas con contrato temporal cayó al 20,6 % del total de trabajadoras en 2022, un descenso interanual de 7,2 puntos impulsado por los cambios normativos de la reforma laboral, en vigor desde los últimos días de 2021.
La temporalidad es el indicador laboral que más ha mejorado para las mujeres en el último año, a lo que habría que sumar la subida del 46,8 % del salario mínimo interprofesional (SMI) acumulada desde 2019, hasta alcanzar 1.080 euros brutos al mes en 14 pagas, una retribución más frecuente entre las asalariadas.
Según la última Encuesta de Población Activa (EPA) del Instituto Nacional de Estadística (INE), la temporalidad femenina se redujo casi en la misma medida que el indicador general, que cayó 7,5 puntos en 2022, hasta el 17,9 %.
La estadística de contratación del Ministerio de Trabajo muestra asimismo una evolución positiva, ya que del total de 7,85 millones de nuevos contratos firmados a lo largo de 2022 por mujeres, el 31,43 % fueron indefinidos, un proporción que en 2021 era de solo el 6,67 %.
La mejora en la calidad del empleo no obsta para que la brecha laboral de género siga siendo una realidad que se aprecia, por ejemplo, en la tasa de paro femenino a cierre de año, que se situó en el 14,6 %, mientras que la tasa general fue casi dos puntos inferior (12,87 %).
En la misma línea, la tasa de actividad -el cociente entre la población activa y la población en edad de trabajar- fue del 53,70 % para las mujeres, cuando la masculina se encuentra diez puntos por encima.
Mientras que la temporalidad o la tasa de paro han experimentado un descenso en el último año -en línea con la mejora general del mercado de trabajo-, la tasa de actividad apenas ha observado ninguna variación, ya que responde a factores estructurales, al ser las mujeres las que asumen mayoritariamente las tareas de cuidados.
En este sentido, cabe destacar que de las 47.455 excedencias por cuidado familiar en 2022, el 70,1 % fueron de mujeres, según los datos de permisos por paternidad y maternidad que ofrece la Seguridad Social.
Como indica CCOO en su informe "Cuidados sin brecha. Por hacer más, ganamos menos", en España hay cerca de 1,5 millones de mujeres que no buscan empleo porque se dedican a cuidados en el hogar.
La incidencia de la parcialidad está igualmente relacionada con el desigual reparto de los cuidados, ya que del total de contratos a tiempo parcial a cierre de 2022, el 73,5 % correspondían a mujeres.
Según el citado informe del sindicato, el 22,6 % de las mujeres asalariadas trabaja a jornada parcial, frente al 6,8 % de los hombres.
Los últimos datos sobre diferencia retributiva todavía no reflejan cambios normativos como la reforma laboral o las últimas subidas del SMI y sitúan la brecha en alrededor de 20 puntos, dependiendo de la fuente estadística.
Según el Instituto de las Mujeres, la brecha salarial se situó en 2020 en el 18,72 %, tras caer 5,21 puntos en los últimos ocho años, con una remuneración media para las mujeres de 22.467 euros brutos anuales, frente a los 27.642 euros de los hombres.
CCOO sitúa la diferencia, con datos de 2021, en el 20,9 %, mientras que el sindicato de Técnicos de Hacienda Gestha, con datos de la Agencia Tributaria, la eleva al 25,5 %.
La influencia de las subidas del salario mínimo es especialmente acusada porque, siguiendo el informe de CCOO, el 27,5 % de las mujeres perciben un salario menor o igual al SMI mientras que, entre los hombres, solo lo hace el 11,9 %.
Los estudios apuntan a los complementos salariales y la parcialidad no deseada entre las causas de la brecha, unos por premiar conceptos que benefician más a los hombres (disponibilidad o peligrosidad) y otra por su mayor incidencia en las mujeres, ya que si la jornada parcial tuviera igual repercusión entre ambos sexos, la brecha salarial se reduciría un 60 %, asegura CCOO.