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reflexiones bailables

Tenda: presente y futuro del pop rock valenciano

15/08/2022 - 

VALÈNCIA. Si hay un grupo que está ahora mismo llegando a mucho público con tan solo dos álbumes y en esta época, esos son los valencianos, Tenda. Repito, con solo dos discos, una pandemia de por medio y la pérdida de conciertos, han actuado en la Plaza de Toros de València, el Festival Feslloc, la Sala 16 Toneladas, La Marina y más recientemente llenaron junto a Lisasinson y Zoo Viveros. Tenda suenan frescos, a pop rock bailable y con letras que te hacen reflexionar como la canción, Xics. Claudi Penalba, guitarra del combo, y su vocalista y también guitarrista, Martín Tarrasó quedan conmigo unos pocos días después de su paso por Viveros. Es por la mañana y cae un sol de justicia. Todavía veo en sus semblantes la felicidad de haber logrado otro sueño: llenar Viveros.

Su segundo álbum, Última Generació(n), está repleto de canciones poderosas, que a buen seguro funcionarán de maravilla en sus directos. Curiosamente la banda comenzó a gestarse dentro de un festival de música, el Festivern. Quizás estaban ya predestinados.

“Nos conocíamos, unos más que otros”, señala Penalba. “Yo conocía a Evarist (bajista del grupo) de 2015 o así, nos conocíamos por todo el mundillo de los conciertos. Nos hicimos súper colegas, él no tocaba nada, cogió el ukelele, yo le dije: deja de tocar eso, coge la guitarra. Le enseñé a tocar la guitarra, con todo el respeto al ukelele”, comenta.

Claudi y Evarist lo tenían claro desde el principio que unieron sus instrumentos. Ahí había algo y debía montar un grupo. “Nos pusimos a tocar y dijimos, vamos a montar un grupo; nos falta un batería y un cantante. Hicimos incluso un anuncio el Facebook. Martín y Guillem (batería del grupo) llegaron al Lluís Vives, que era el instituto de Evarist, era 2016”, recuerda Penalba.

Fue en el Festivern donde dieron el paso a formar un grupo. “Guillem y yo nos conocimos porque era amigo de mi prima” -señala Martín- “y entonces me envió antes de entrar en el instituto un audio diciéndome: Martín, tú i jo anem a ser molt colegues. Luego nos fuimos con estos (señala a Claudi) al Festivern, porque nos llamó Evarist y esa misma tarde conocimos a Claudi y comenzamos a tocar algunos covers, y por la noche en la misma tienda teníamos el grupo”, comenta Tarrasó.

El Festivern siempre será parte de la banda, esa noche donde se fraguó el compromiso de crear un grupo tuvo que ser emocionante. Siempre es una buena historia saber cómo un grupo comenzó a darse forma. Los inicios. “Iban a acampar Martín y Guillem con su tienda, y yo llevaba la canadiense gigante de ocho plazas, no sé si se les rompió pero el plan suyo se les fue a la merda, y yo les ofrecí, como buen samaritano, les ofrecí mi tienda. Es verdad que dormimos los cuatro, y mi primo, que mi primo no es del grupo pero forma parte de la creación”, apunta Penalba.

Y tras esa noche había que trabajar, componer canciones, descubrir afinidades musicales. Algo que según comenta el cantante fue bastante orgánico. “Todo fue extraño, pero natural”, dice, “Empezamos a hacer canciones, canciones que nunca saldrán a la luz, porque es mejor para todos (risas). Luego ya empezaron las referencias a lo que a cada uno le gustaba, Claudi le gustan más los 60 y 70, muy Beatles yo soy lo más moderno, lo que sale ayer me lo he escuchado, de todos los palos, se lo paso a Claudi, y también a Evarist y Guillem”, comenta.

Con un par de escuchas, y afinando algo el oído, percibes en sus tonadas elementos de los Beatles, Arctic Monkeys, referencias sólidas y muy interesantes.  “Al final el pop rock era una forma de vida. Cage The Elephant no sabía quiénes eran y ahora me encantan. Todo lo que nos hemos dado reafirmaba nuestro amor por el pop rock, y ampliaba además; porque es verdad que tuve una época muy talibán con mis cosas, de decir, a mí de Pink Floyd no me sacas, y al final dije, nano, sal de ahí”, comenta Penalba.

Al principio del artículo ya habíamos redactado una lista de los lugares, la mayoría míticos, donde los valencianos habían tocado. De entre todos ellos, Viveros tiene ese halo casi mágico. Junto con Zoo y Lisasinson colgaron el cartel de no quedan entradas. “Espectacular”, sentencia Martín. “Cuando me subí al escenario me acordé de cuando tenía 10 o 12 años, y vi a Dani Martín en solitario allí en Viveros, en ese escenario, y dije, no puedo pedir más”.  Claudi apostilla que  “es muy loco estar el día después de La Oreja de Van Gogh en el mismo escenario, y una semana antes de Residente. Es muy loco estar ahí”. Indudablemente es por méritos propios.

Los que siempre acompañan son la familia. “La familia nos ha visto en un escenario en Torrent, que era una tarima como esta mesa y luego en Viveros”, reconoce Tarrasó. Eso sí, aunque hayan logrado el Premi Ovidi al grupo revelación, o haya tocado ya en grandes aforos; no hay que levantar los pies del suelo, y saber dónde estás. “No hay que olvidar que el último concierto antes de Viveros fue en la sala Continental en Barcelona que era pequeña”, comenta Penalba, “había unas sesenta personas, más o menos”, remacha Tarrasó.

“Somos conscientes de donde estamos”, dice con normalidad Penalba. “Igual estamos el día del concierto de Jerusalem (la presentación de su último disco en València) y la gente cantando como si fuéramos el grupo más famoso del mundo mundial ¿sabes? pero somos conscientes que ese concierto tiene unas características que hace que esté así; pero que nos vamos a Barcelona a tocar, y que no va a venir ni un cuarto de la gente, y eso hay que tenerlo muy claro”, comenta Penalba con las ideas muy bien amuebladas.

Su segundo trabajo, Última Generació(n), fue hijo del tiempo pandémico y de cuarentena que nos ha tocado sufrir. Sin embargo, y a pesar de los contratiempos, la banda tiene claro que esa situación hizo que el disco fuera otra cosa, tomara otros raíles. “Igual no hubiéramos sacados ese disco”, apunta Tarrasó. “Seguro que no hubiéramos sacado ese disco tal y como es sino fuera por la pandemia y el momento en el que salió, porque estábamos cada uno encerrado en su casa y cada uno mandaba las maquetas, yo con la guitarra acústica haciendo lo que es la estructura de la canción, Claudi también, y luego en verano nos encerramos porque no había nada que hacer, los bolos que teníamos antes habían caído, no teníamos nada más que hacer que decir: otra vez aquí haciendo música, y haciendo canciones y esperando que se pueda volver a tocar”

Las semanas de cuarentena, la incertidumbre y llevar poco en la industria fue el caldo de cultivo perfecto para reflexionar sobre su música. Quizás reorientarla. “La cuarentena nos vino muy bien para saber qué rumbo íbamos a seguir”, señala Penalba. “El primer disco murió, lamentablemente por la pandemia, porque teníamos unos bolos muy chulos, teníamos uno programado en Madrid”, apunta. “Estábamos muy contentos porque la gente lo había recibido muy bien. Y la cuarentena fue como una hostia, pero creo que le vino mucho peor que a nosotros, nosotros la sentimos como un ciclo de renovación”

A nadie le cabe duda que muchas bandas, y sobre todo proyectos de banda, se quedaron por el camino de la pandemia por diferentes motivos. “En ese sentido, para los grupos que empiezan como nosotros, que empezábamos en ese momento con el primer disco, vino mal, en el sentido que pierdes un poco la ilusión del primero, te frena muchísimo”, reflexiona Tarrasó. “Te viene el punto que no sabes lo que hubiera pasado. Es tu progresión, y te ha tocado un camino diferente. Entonces, ese camino ha cambiado y la progresión es diferente. Fue más putada para los grupos que ya tenían un nombre, y tenían una gira súper montada. Hablamos con Smoking, y tenían la gira montada y se les cayó, y eso es una putada para ese disco”, comenta.

Última Generació(n) es un disco más oscuro, desde las instrumentales hasta las propias letras, que rezuman algo de melancolía. “Teníamos mucho tiempo para pensar y reflexionar sobre muchas cosas. Yo creo que el emblema de las letras de ese disco es Fe Cega, que habla de la empatía con el otro, y de la necesidad de estar pendiente de las otras personas y de nosotros mismos. Vivir en sociedad”, dice Tarrasó, letrista del combo.

Uno de mis temas favoritos, y parece que también de la banda, es Humo. “La más difícil de componer fue Humo, porque tiene una estructura así extraña, y al principio tenía dos estribillos raros que luego quitamos, cosas que en el primer disco fue Vértigo, porque le cambiamos todas las líneas argumentales seis veces hasta que salió. Queríamos hacerla”, comenta el cantante y apostilla Claudi, “además recuerdo que queríamos hacerla rollo Foo Fighters”

Tenda ya llevan unos pocos concierto tras sus espaldas con Última Generació(n), seguro que hay canciones con las que el público enloquece más que con otras. “La que funciona mejor en directo, de pasárselo bien la gente Tard o Xics, luego de disfrutar, como decir qué bonita, Tan mal”

Quizás un elemento desconcertante, y que a mí me ha llamado poderosamente la atención, sea la enigmática portada con tanto grano. Un túnel casi futurista. “Es el túnel de Ruzafa”, apunta Tarrasó. “Lo que pasa es que está editada un poco de manera para darle el moradito ese que está muy chulo. Fue un día de cuarentena. Teníamos tres o cuatro canciones, creo. Teníamos Fe Cega y un par más. Y Martín llega con un post de Instagram de una amiga nuestra, que se llama Amada Martínez, y dijo: tenemos portada. Y es lo único que se quedó desde el principio que teníamos claro, es verdad que el nombre también”, señala Penalba. “Desde el principio el concepto del disco estaba clarísimo”, remata el cantante. Dejo a Tenda y me voy a seguir escuchando el disco para verlos en su próximo bolo.  

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