VALENCIA. El teatro es una de las disciplinas artísticas que peor asume (desde el escenario y desde el patio de butacas) la idea de contemporaneidad. Los riesgos, la experimentación, parecen tener la necesidad de operar con la etiqueta de "contemporáneo". Las tres obras que programa Tercera Setmana invitan a vivir, sencillamente, experiencias de hoy, que conectan con la música, el arte y hasta el lenguaje publicitario y que lejos de aislarse en la idea de lo alternativo tienen tanta o más vigencia del total del menú.
"También hay que liberar de discurso y de prejuicios a las artes escénicas. A veces hay que justificar que el público tenga la oportunidad de tener una experiencia emocional", destacaba el director del festival, Salva Bolta. El público, afirma, "necesita comer otras cosas, superar la idea de contemporáneo". En definitiva, alimentarse de experiencias y teatro de hoy.
Con todo, ha presentado esta mañana en el restaurante Mon del centro de Valencia las tres propuestas del festival "menos convencionales". El certamen valenciano, en su edición de debut, quiere mostrar según su director "predilección absoluta por el riesgo y el compromiso". Por eso, Bolta defiende la elección de tres obras que abundan en el discurso: "de qué hablo, pero sobre todo de qué manera hablo".
loscorderos.sc & Za!: Afasians – The Last Conference, Teatro Escalante a las 19h (10 euros)
La alianza entre Za! y loscorderos.sc estrena en Valencia la obra Afasians - The Last Conference, en coproducción con el propio festival, el Grec de Barcelona, la Fundació Catalunya La Pedrera y Salmón Festival. Los cuatro creadores han intentado crear un lenguaje propio y una gramática, tal y como ha explicado en su encuentro con la prensa. Esa creación de un mundo propio explora el lenguaje de la ciencia cuántica, el cual han descubierto -y resuelven en escena- no es menos creativo que el artístico.
"Nuestras propuestas exploran las convenciones existentes para encontrar otras bien diferentes, y esto unido a la intensidad y energía de nuestras puestas en escena, quizás dé un resultado un tanto perturbador. Así que una vez aceptada nuestra inclinación al desequilibrio, quizás ha llegado el momento de dirigirnos hacia él frontalmente”.
Vicent Gisbert y Adán Hernández - Arriba huele a campo, Carme Teatre a las 20:30h (12 euros)
Esta tarde llega también Vicent Gisbert, representante escénico en la diáspora que presenta Arriba huele a campo, tanto hoy como mañana 16 de junio en Carme Teatre. El texto trabajado por el de Ontinyent junto al tinerfeño Adán Hernández ha sido elaborado a distancia, con la supervisión de vídeos y anotaciones a través de los sistemas digitales. Hecho carne desde el mes de enero, cuando se estrenó en Berlín, Arriba huele a campo aleja a Gisbert de su lado más racional, en el que las bifurcaciones y trampas sobre la historia se simultanéan con cierto halo naif. A caballo entre las escénicas más actuales y el videoarte, Hernández ha asegurado en la presentación que "la experiencia dramatúrgica ha sido similar a la de jugar a un videojuego con un delay de semana, en la que mis anotaciones llegaban con el siguiente vídeo". Con 'libreto' de María Trenor, es una de las propuestas más arriesgadas y sugestivas del festival.
[los números imaginarios] - La cena del Rey Baltasar, Espai Inestable a las 18:30h (ENTRADAS AGOTADAS)
Con todas las entradas agotadas para su única fecha, [los números imaginarios] estrena en Valencia la exitosa La cena del Rey Baltasar. El clásico de Calderón de la Barca dirigido por Carlos Tuñón aproxima al público desde dentro y desde fuera de la escena a un auto sacramental. La obra aúna los tres años de trabajo de la compañía en la investigación y "el lanzamiento de prototipos", un ejercicio de prueba y error que tanto Tuñón como Bolta reconocen como necesarios.
Rap, chanson francesa y los arrebatos crooner se sientan a la mesa del rey bíblico descendiente de Nabucodonosor que desafió a los dioses e impulsó la construcción de la torre de Babel. El público compartirá una última cena profana junto a Baltasar y sus alegorías, Vanidad, Idolatría y Pensamiento. Y entre panes y vino se reflexionará sobre los conflictos de la divinidad, la muerte, los límites de la libertad… Un trabajo actoral de altísima calidad que conduce el pensamiento calderoniano hasta lo más alto, para desde ahí precipitarlo al vacío y al silencio, sensaciones que tras el tiempo de juego lúdico que propone la pieza, acaban imponiéndose en el espacio escénico y en el interior del propio espectador. Función a función, la compañía reflexiona el espectáculo, de modo que siempre hay modificaciones. Valencia no será una excepción. Viviremos una función única.