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POLÍTICOS AL HABLA / OPINIÓN

Tiempo perdido

1/04/2019 - 

VALÈNCIA. Este será sin duda uno de los artículos más necesarios que escriba y, sin embargo, me veo obligada a pedirles que lo lean hasta el final. Es posible que no le resulte cercana esta problemática, que para mí tampoco lo era hasta que me aproximé. Hoy en España hay más de 450.000 personas con autismo (1.500.000 personas contando con sus familias) de las que 83.000 son menores de edad. Nacen al año 4.200 niños y niñas con trastorno del espectro del autismo (TEA), mientras un 46,3% de ellos sufre acoso escolar. 

El próximo martes 2 de abril se celebrará el Día Mundial de Concienciación sobre el Autismo. Como describen las entidades que agrupan a los familiares de personas con TEA, éste es un trastorno de origen neurobiológico que afecta a la configuración del sistema nervioso y al funcionamiento cerebral, dando lugar a dificultades en dos áreas principalmente: la comunicación e interacción social y la flexibilidad del pensamiento y de la conducta.

Conocí la problemática de las personas con TEA siendo consellera de Educación. Llevo desde entonces atenta a esta realidad tan presente como compleja. Mi apoyo no es coyuntural. A lo largo de toda la legislatura he trabajado con ellos a través de mociones, interpelaciones, proposiciones no de ley y todo tipo de iniciativas en Les Corts, y puedo decir que no ha sido una buena legislatura para ellos en la Comunitat. Puedo decirlo alto y claro: no lo ha sido.

El retroceso vivido en los últimos cuatro años es digno de reflexión. En 2006, la Comunitat Valenciana se posicionaba como pionera en el tratamiento del TEA al reconocer este trastorno como un problema de salud. Se abordó la necesidad de establecer una intervención intensiva, especializada e individualizada y se fijó la asistencia sanitaria para todos los niños TEA menores de 6 años. La base era que el diagnóstico y el tratamiento pasó a realizarse por centros especializados, acreditados como centros sanitarios.

En mayo 2017, con el tripartito al frente de las instituciones, el Gobierno valenciano activó un nuevo Protocolo de Atención Integral a las Personas con TEA de la Comunitat Valenciana, cuya base es la desaparición del tratamiento sanitario. Desde entonces, dicho tratamiento queda sustituido por la atención a través de Centros de Atención Temprana, cuyo colapso inmediato derivó en una lista de espera de más de 800 niños y  el alta a los niños a los 4 años (en algunos casos incluso antes) en lugar de a los 6 años. Las desigualdades en el trato durante la aplicación del protocolo han sido una constante y se ha generado una discriminación real entre las familias que han podido permitirse acudir a un centro privado y las que no. La atención pública ha sido tan deficiente como discriminatoria.

Un problema social

Preocupante es el recorte drástico en las sesiones de atención, que han pasado de entre 8 y 20 horas mensuales a un máximo de 6 horas mensuales. Finalmente, resulta dramático que la atención haya dejado de ser especializada, individualizada e intensiva pasando a ser generalista, cuestión que va en contra de la Estrategia Nacional de Autismo.

El autismo es un problema social al que se le ha dado la espalda toda la legislatura. De nada han servido las iniciativas aprobadas por consenso en Les Corts tras duras sesiones de negociación entre los distintos partidos políticos. Cuando el mandato de Les Corts llegaba al Gobierno valenciano hacía oídos sordos.


La situación en el Ayuntamiento de Valencia no es mejor, tras casi 4 años en un local cedido por la anterior Corporación Municipal en mayo de 2015, y a la Asociación Proyecto Autismo-ASPAU le ha sido comunicada la rescisión anticipada de la cesión del local ubicado en el Barrio de Nazaret. Así, sin más.

Sin afán de nada -y con la humilde presentación que acredita mi trabajo durante los últimos años por la educación-, la infancia y el área social en esta Comunitat, me atrevo a decir que he comprobado de primera mano cómo algunas formaciones políticas se han acercado a los colectivos más vulnerables solo en la antesala a su llegada a las instituciones y que, una vez asentados en las mismas, han traicionado todas las esperanzas en ellos depositadas. 

Postureo permanente

València hoy se construye a golpe de caprichos sin tener en cuenta la seguridad y la libertad de las personas mayores o con movilidad reducida. La educación de mi tierra sigue sin abordar de forma clara y contundente las necesidades educativas especiales de muchos alumnos. Y la sanidad valenciana sigue inmune a las permanentes llamadas de atención de familiares y personas con trastornos como el TEA, para quienes cada minuto perdido en su tratamiento resulta crucial.

Comprenderán que diga con convicción que la sordera política de la izquierda valenciana, su postureo permanente y el fracasado #rescatempersones es algo que quedará documentado y retratado para la posteridad. No obstante, lo más grave es que la torpeza o la insensibilidad de PSPV, Compromís y Podemos no sólo merma su propia credibilidad, merma también las posibilidades de quienes precisaban de unos gobernantes responsables y a los que les costará mucho recuperar cuatro años de oportunidades y tiempo perdido en su tratamiento.

Yo lo tengo claro. Sigo donde siempre he estado, comprometida en conseguir un futuro más inclusivo donde se respete y se valore la diversidad.

Me sumo al AZUL por el #DiaMundialAutismo

María José Català es portavoz adjunta del PP en Les Corts

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