conviene saber / OPINIÓN

Tornarem a alçar-nos

12/11/2024 - 

Hoy se cumplen dos semanas del fatídico martes 29 de octubre. Un martes negro, en el que ocurrió la mayor tragedia vivida por los valencianos y valencianas. Quizá una de las mayores tragedias vividas en Europa. Una pesadilla fuera del imaginario de cualquiera de nosotros.

Desde entonces, sumidos en un profundo sentimiento de dolor colectivo, el pueblo valenciano seguimos con el corazón encogido de las consecuencias tan devastadoras que provocó la Dana. Un dolor inmenso por las 222 personas que han perdido la vida, por las 32 personas desaparecidas, por sus familiares, por los que han perdido sus hogares, sus coches, sus empresas. También sentimos ese dolor profundo aquellos que no hemos perdido nada, pero podríamos haberlo hecho. Sentimos como propio el dolor de nuestras vecinas, de nuestros familiares de nuestras amistades. Somos miles de valencianos y valencianas que vivimos en la provincia de Valencia, que transitamos por las Hortas como parte del área metropolitana que son.

También es donde estudian muchas de nuestras hijas e hijos, miles de ellos y ellas se han salvado gracias a la prudencia de las universidades, aquellas para las que el máximo representante del gobierno valenciano tuvo palabras desacertadas y de crítica aquel fatídico martes.

Y por todo ese sufrimiento, es comprensible la legítima indignación que la sociedad valenciana culminó el pasado sábado en una manifestación de más de 130.000 personas reclamando responsabilidades políticas a quién tenía el deber mayor de protegerles como valencianos, que era el actual president de la Generalitat.

Habrá tiempo de depurar todas las responsabilidades de aquellos cargos e instituciones que deberían haber dado respuesta, por un lado, a la preemergencia, que seguramente hubiese salvado muchísimas vidas, y por otro, de la gestión de la emergencia. Y es que, en estos momentos, por responsabilidad, ninguna institución debería desviarse ni medio minuto en otra cuestión que no sea trabajar para devolver la normalidad lo antes posible a miles de valencianos y valencianas.

Dicho esto, lo que no está ni ha estado en duda por muchas piruetas que se vengan haciendo desde aquel día, es quién estaba y está al mando de la emergencia en la Comunitat Valenciana, la Generalitat Valenciana.

Al margen de la cuestión competencial, observamos ojipláticos cuál está siendo el comportamiento de cada uno de los actores principales en la respuesta inmediata, la reconstrucción y el relanzamiento de las zonas afectadas. Desafortunadamente todos los dirigentes políticos no están igual de centrados.

Vemos como se ha intensificado el ansia de algunos en embarrar también en lo político, acudiendo una vez más al manido recurso de la desinformación, al empleo de bulos y mentiras para escapar de las legítimas responsabilidades que son incuestionables y de las que difícilmente se podrá escapar tras toda la información conocida hasta la fecha. Pero como decía, de eso habrá tiempo, de exigir las responsabilidades políticas, legales o penales que correspondan cuando corresponda.

Les confieso que yo también estoy indignada, muy indignada. No somos pocas las personas que venimos añorando en estos últimos días a presidentes como Ximo Puig. Quizá porque recordamos cuál fue la actuación de aquel Consell en emergencias previas, como la de 2019. Y recordamos por qué su Consell creó la Unidad Valenciana de Emergencias tras la Dana De la Vega Baja, como el inicio en la mejora a la respuesta a unas nuevas emergencias que ya anunciaban la necesidad de refuerzos y nuevas fórmulas en la política autonómica. Ahora se confirma que no eran chiringuitos, era una respuesta de un president que ejercía como tal. La alternativa fue la nada. Y un año después, la nada también.

Y es que el autogobierno tiene un papel esencial en la respuesta política a valencianos y valencianas. Y al margen de quien dirija, los valencianos respetamos y creemos firmemente en el papel del gobierno autonómico. Creemos plenamente en la arquitectura de todas las administraciones que conforman nuestro Estado, porque Estado somos todos. Estado son los miles de servidores públicos de todas las administraciones, central, autonómica, local. Estado son los militares, la policía, los bomberos, protección civil, la guardia civil, que han rescatado a más de 37.000 personas a lo largo de esta DANA. También todos los trabajadores de todas las empresas públicas que están en los municipios ayudando a vaciar garajes, revisando edificios o aquellos que se encargaran de hacer efectivas las ayudas a las personas afectadas.

Ayer el Consejo de Ministros aprobaba nuevas ayudas por valor de 3.765 millones que se suman a los más de 10.600 millones que se pusieron en marcha en los primeros días. Estas ayudas darán cobertura a más de 30.000 empresas, 400.000 personas trabajadoras y 100.000 viviendas. Medidas que refuerzan el escudo social y ayudarán al tejido económico.

Esta es la prioridad actual del Gobierno de España, estar al lado de los valencianos y valencianas. Porque no puede ser de otro modo, porque no se entendería de otra manera. Reconforta comprobar como, a pesar del ruido, el presidente del Gobierno de España y su Consejo de Ministros al completo están absolutamente engullidos en la preocupación por resolver esta situación no solo para dar respuesta inmediata también en la reconstrucción y el relanzamiento de las zonas afectadas, para recuperar la normalidad lo antes posible y poder afrontar el futuro con las oportunidades que los valencianos y las valencianas nos merecemos.

Es imprescindible luchar contra la desinformación que de manera interesada intentan practicar aquellos que tienen como único objetivo la destrucción de un Estado que es la base de nuestra democracia. Y recordemos que como decía Hanna Arendt, “mentir constantemente no tiene como objetivo hacer que la gente crea una mentira, sino garantizar que ya nadie crea nada.” Y dejar de creer en las instituciones es el camino hacia el autoritarismo.

Como escuché hace unos días, somos 47 millones de valencianos, intentando recuperar la normalidad. Es el sentimiento de todo un país.

Gracias sinceras a todas aquellas personas voluntarias, organizaciones y administraciones que están participando en la recuperación de la normalidad en Valencia. Somos un gran país.

De segur, tornarem a alçar-nos.