VALÈNCIA. Aunque no lo parezca, es el Año Benlliure. A la ciudadanía le costará encontrar las iniciativas que se han llevado a cabo, pero sobre todo en este último tramo final de año, con algo se podrían encontrar. A partir de ayer, por ejemplo, ya es visitable la exposición Mariano Benlliure en el Archivo Municipal de València en el Palacio de Cervelló. Esta será la penúltima propuesta del Ayuntamiento de València en una agenda de propuestas escuetas y que ha pegado el acelerón en estas últimas semanas.
Mariano Benlliure. Arte por descubrir es la gran apuesta del Ayuntamiento de cara a la divulgación de la vida y obra del escultor. La muestra, que se inauguró hace tres semanas, se trata de una selección de 47 piezas, en gran parte inéditas, que buscan conocer una nueva dimensión del artista más íntima: paletas de pintor, retratos en mármol y bronce, pequeñas esculturas, álbumes y fotografías con dedicatoria, por ejemplo.
Por su parte, Mariano Benlliure en el Archivo Municipal de València, se trata de una pequeña muestra que forma una serie de enmarcaciones con texto e imágenes divulgativas sobre la huella de las esculturas de Benlliure en el espacio público y un expositor que recoge una especie de correspondencia vital entre Benlliure y el Ayuntamiento, y que según Javier García, director de la Casa Museo del artista, revela que había una “relación íntima” entre el Ayuntamiento y el artista a lo largo de los años.
La rueda de prensa de presentación de ayer sirvió, en todo caso, para hacer balance. Coincidía con el día de la muerte de Benlliure, con un acto de ofrenda floral a la tumba del artista, y —de alguna manera— era un momento casi de despedida de las celebraciones, a pesar de que las exposiciones seguirán ahí. Lo único que queda por presentar por parte del Ayuntamiento es un libro Dos momumentos de Benlliure en València: al pintor Ribera y al marqués de Campo, de la doctora Helena de las Heras, que consiste en un riguroso estudio de estas dos piezas.
Preguntada por las dificultades que ha tenido que encontrar el Ayuntamiento para presentar el grueso de la agenda Benlliure a punto de acabar el año, la concejala Gloria Tello ha querido contextualizar y explicar que su concejalía “empezó el Año Benlliure en 2021 porque sabíamos que se declararía” y comenzaron, por ejemplo, a licitar la restauración de la gran escultura del marqués de Campo, que está restaurándose desde septiembre.
En su opinión, “más que dificultades, hay una realidad administrativa”, y ha querido destacar otras iniciativas como el traslado del sarcófago de Blasco Ibáñez (diseñado por Benlliure, claro) al Cementerio General. Además, quiso sacar pecho al cifrar en más de 125.000 euros el presupuesto gastado en diferentes iniciativas. En todo caso, también se ha desvelado que la interlocución con la Generalitat, que precisamente fue la que declaró el Año Benlliure, no ha funcionado: no han compartido ninguna iniciativa más allá del préstamo de alguna pieza para la exposición de la casa-museo del escultor.
El Ayuntamiento de València se despide en las últimas semanas del año y de manera discreta del Año Benlliure. Los responsables de la muestra repetían ayer que la mejor manera de celebrarlo es paseando por la calle y admirando sus obras, y así será seguramente, pero pasear y admirar se puede hacer más allá del 1 de enero de 2023.
El Museu de Belles Arts y el Ayuntamiento de Crevillent también pisan el acelerador
Quien esté libre de pecado, que tire la primera piedra. La responsabilidad del Año Benlliure no solo recaía en el Ayuntamiento de València, el Museu de Belles Arts o el Ayuntamiento de Crevillent también han presentado iniciativas a lo largo del año y también apuran las últimas semanas del 2022 para presentar el trabajo hecho a raíz de la conmemoración.
En el caso de Crevillent, hoy se inaugura la exposición temporal Panteones Familiares de Mariano Benlliure en el museo que la ciudad le dedica al escultor. Lo hace con fondos propios pero también con varias cesiones de grandes museos. Es el caso del Mausoleo del Marqués de Cerralbo, que el Museu de Belles Arts ha cedido de manera permanente. El mensaje de la consellera Raquel Tamarit entonces era un aviso a navegantes para que, en el Año Benlliure, la responsabilidad fuera compartida: “estamos abiertos a faciiltar futuras colaboraciones en cesión de obras y préstamos temporales para cualquier actividad que quiera organizar el Ayuntamiento de Crevillent”.
En València, ha sido el Museu de Belles Arts quien ha llevado el peso de la conmemoración del año. En primer lugar, cabe recordar que la pinacoteca no tiene un espacio reservado para la escultura, pero guarda cerca de 1300 piezas en este formato. Este año, la compra de la Colección Lladró incorpora otras tres piezas de Benlliure, una de ellas ya se ha cedido a la exposición que actualmente se puede ver en la Casa Museo del escultor.
En todo caso, la gran iniciativa, no muy pública pero sufrida, ha sido la restauración de cerca de 60 piezas escultóricos de Benlliure y otros artistas coetáneos que nunca antes habían sido restauradas. Al no contar con un espacio para su exposición, muchas obras de Benlliure se han conservado en el almacén casi tal como llegaron en la década de los 40.
La campaña de restauración, que empezó a principios de año, tiene previsto acabar antes de final de año para ofrecer al público un nuevo espacio expositivo abierto al público. Fuentes del museo señalan que esta iniciativa es muy importante porque, además del esfuerzo humano, ha supuesto también un esfuerzo presupuestario, ya que ni el IVCR+i ni el Belles Arts cuentan con restauradores de escultura, y por tanto han de encargarse externamente.
El Año Benlliure parece ser más de lo que parece porque el grueso del presupuesto se está dedicando de puertas para adentro. La comunicación o la atomización de propuestas puede haber jugado en contra de que la ciudadanía se haya enterado de esta celebración.