La portavoz de Vox en Elche, Aurora Rodil, ha sembrado la controversia global al negar la condición de mujer a una persona transexual. Un colectivo LGTBI, Podemos y Compromís han arremetido contra la edil y, a remolque, también el PSOE a través del concejal Mariano Valera. Con gracia, para qué voy a negarlo, Rodil se expresaba en la emisora Elche TV7 que por mucho que ella quisiera sentirse alta la realidad es que es bajita, y por mucho que quisiera sentirse como una pre-adolescente, la realidad es que está a punto de cumplir los 65. Y estos paradigmas los trasladó a los varones que se autoperciben como mujeres. Se han dado incluso ya casos, al calor de la llamada Ley Trans, de machos con pelo en pecho y voz cazallera que han ido a los juzgados para cambiar su “género”. Ya no soy José, ahora soy Pepi. Son una minoría y algunos han visto ahí una rendija para salvarse de condenas de violencia machista. Incluso uno se proclamó mujer lesbiana para ser trasladado a una cárcel de mujeres.
El feminismo clásico, abanderado por el PSOE, opina lo mismito que Rodil. Tragaron con la autodeterminación de “género” por la insistencia de los partidos a la izquierda del PSOE, con Podemos a la cabeza: el mismo que ha adaptado como biblia la Teoría Queer donde se deconstruyen todas las categoría sentimentales y sexuales habidas y por haber: nada es inmutable, mucho menos las categorías clásicas de heterosexual, bisexual, o gay.
Las feministas de siempre no lo ven porque eso invalida su lucha, y sus conquistas, desde los años 50, de cuando Simone de Beauvoir escribió su célebre libro El segundo sexo (1949) que es donde se inaugura el “género” como categoría de análisis: es el rol de sumisión que históricamente ha sufrido la mujer a la largo del tiempo a través de una estructura política perenne como es el patriarcado. “La mujer no nace, se hace”. Todavía hay mucha confusión con la palabra género: como concepto teórico, y como realidad sexual.
De ahí que Mariano Valera debiera callar la boca en solidaridad con sus camaradas socialistas para no caer en la pura incongruencia. Una cosa es que Rodil sea tránsfoba, que lo es, y otra cosa distinta es que se haya expresado en los mismos términos en los que se expresa el socialismo feminista. Penitencia: leer a Beauvoir, y también a Judith Butler una de las teóricas más importantes de la Teoría Queer, finales de los 80, que bebe a su vez del filósofo posmoderno Michel Foucault en su Historia de la Sexualidad. Una vez leído todo esto, que hable. Rodil es tránsfoba, bastante homófoba por lo que me cuentan, y sueña con una paraíso de estampita del niño Jesús donde las manzanas no se mezclan con las peras, según la célebre y premonitoria sentencia de Ana Botella, la mujer de Aznar, cuando era alcaldesa de Madrid.
Yo personalmente no tengo opinión al respecto aunque de un tiempo a esta parte sienta un poco de hartazgo de las cien clasificaciones que se barajan: binarismo o no binarismo, sexo fluido, poliamor, cisgénero, disforia de género....Eso ha existido siempre, no hace falta complejizarlo más. Me quedo con lo positivo: adolescentes y pos-adolescentes que se visten como les da la gana, hacen de su capa un sayo y se acuestan o se enamoran de quien quieren. O no creen en el amor romántico. Me quedo con esa libertad casi absoluta de expresión y de vida que tan bien se refleja en la serie Call me by your name de Luca Guadagnino, que todavía está en algunas plataformas.
Por cierto, una de las gurús del feminismo clásico, Nuria Varela, ha sido denunciada por acoso laboral en su etapa de directora general de Igualdad en el Gobierno asturiano con Adrián Barbón al frente...hasta que la destituyó tras las elecciones de 2023. Por lo visto y leído se comportaba peor que una cafre, con humillaciones incluidas, creando un clima de terror entre las funcionarias de su departamento. Su libro Feminismo para principiantes es una referencia en toda España y en los departamentos de “género” de las facultades de Ciencias Sociales. Que chungo. Mujer maltratando, presuntamente, a otras mujeres. No doy crédito.
CODA: Semana negra para Carlos Mazón. No es nada inteligente comparar las ayudas directas del Gobierno para Gaza (24 millones de euros) con las ayudas directas para los afectados por la DANA que en su criterio son cero. “Habrá que dirigirse al Gobierno en árabe”. No es eso. Eso lo dejamos para Vox. Y para remate el solemne acto de proclamación de la rectora de la UA Amparo Navarro: provocó hasta la risa floja en su defensa hiperbólica de la Universidad alicantina. En fin. No somos nadie.