VALÈNCIA. Tres de los cuatro presidentes de la Generalitat que ha tenido el Partido Popular de la Comunitat Valenciana se encuentran imputados o condenados por distintos delitos relacionados en su mayoría con la corrupción. Este es el triste balance que arroja la detención del ex jefe del Consell Eduardo Zaplana este martes, a quien se le investiga por blanqueo de capitales y delito fiscal.
De esta manera, el único máximo responsable de los populares valencianos que a día de hoy sigue impoluto es el senador y último presidente de la Generalitat que tuvo el partido de la gaviota, Alberto Fabra. Curiosamente, este fue uno de los líderes políticos menos apreciado por Génova, que tuvo más bien poca sintonía con el dirigente e incluso puso en duda su candidatura hasta unos meses antes de las elecciones.
En este sentido, el entonces jefe del Consell estableció como prioridad una línea roja para alejar lo máximo posible a su partido y al Gobierno valenciano de los casos de corrupción, algo que le costó fuertes enfrentamientos dentro de su formación política. Pese a sus intentos, combinó aciertos y errores, dado que varios dirigentes en los que confió de otras etapas terminaron investigados por decisiones anteriores, si bien él no se encuentra imputado en ninguna.
El que no solo fue investigado sino ya condenado fue el sucesor de Zaplana en el cargo, José Luis Olivas, quien fue presidente apenas un año entre 2002 y 2003. El ex jefe del Consell falseó en 2008 una factura de 580.000 euros precisamente para una empresa de Vicente Cotino -detenido este lunes también- por servicios que nunca se prestaron. El también expresidente de Bancaja y Banco de Valencia fue condenado por esto a un año y medio de prisión.
Su sucesor en el cargo, Francisco Camps, quien gobernó la Comunitat Valenciana desde 2003 hasta 2011 se enfrenta en la actualidad a diversas imputaciones. Si bien salió indemne del caso de los trajes siendo declarado no culpable por un jurado popular, actualmente se encuentra investigado en dos piezas de la Fórmula 1 por prevaricación y malversación de fondos así como en la visita del Papa llevada a cabo en 2006.