VALÈNCIA (VP). El escenario económico actual se caracteriza por un crecimiento débil y tipos de interés elevados. Esta es una de las principales conclusiones de la presentación de perspectivas de inversión de Tressis, sociedad de valores independiente especializada en gestión de patrimonios y planificación financiera, que ha presentado José Miguel Maté, consejero delegado de Tressis, junto a Daniel Lacalle, economista jefe de la entidad.
"Nuestras carteras están orientadas hacia compañías de calidad, es decir, capaces de generar beneficios en un entorno de débil crecimiento y alta inflación. Dado que los costes de financiación van a seguir siendo elevados, preferimos aquellas con bajos niveles de apalancamiento", explica José Miguel Maté. "Si bien algunos de los riesgos del 2022 persisten, no debemos caer en un pesimismo innecesario, pues muchas empresas ya descontaron el peor de los escenarios", agrega Maté.
Por su parte, Daniel Lacalle, economista jefe de Tressis, señala que "los datos publicados por la Reserva Federal y el BCE reflejan un endurecimiento significativo de las condiciones de crédito para familias y empresas. Observamos una clara evidencia de que el efecto de este deterioro tanto en el acceso como en el coste de la financiación afectará negativamente a las economías de los países desarrollados en la segunda mitad del año y principios de 2024. Sin embargo, el impacto más significativo recae sobre los mercados emergentes, que sufren un elevado déficit comercial y fiscal. En ese escenario, no es sorprendente que las principales monedas de los países emergentes hayan perdido entre un 5% y un 20% frente al dólar". Además, destaca que "se observa una debilidad generalizada en las materias primas energéticas e industriales, lo que representa un freno para los países emergentes exportadores y un viento de cola para los países desarrollados importadores. Este efecto positivo para los importadores no deja de ser coyuntural".
Las subidas de tipos de interés y la leve contracción monetaria tienen un efecto inmediato en los precios de las materias primas energéticas e industriales, al mismo tiempo que fortalecen el oro, tanto en términos absolutos como relativos. Por otro lado, los recortes de producción de algunos exportadores no limitan el impacto de la política monetaria. Esta debilidad en los precios de las principales materias primas se convierte en un factor positivo para el crecimiento de la eurozona y, en menor medida, de EE. UU. Además, se demuestra que la contracción monetaria tiene un efecto significativo sobre la inflación general, pero la inflación subyacente continúa siendo elevada, por lo que no esperamos que los bancos centrales reviertan su trayectoria de subida de tipos de interés.
La entidad considera que los bancos centrales seguirán elevando los tipos y los mantendrán altos en lugar de reducirlos. Esta opinión se basa en el escenario de un crecimiento moderado y un endeudamiento elevado, tal vez con una recesión técnica de bajo impacto en el empleo. En conclusión, Tressis considera que nos encontramos en un escenario moderadamente optimista para la renta variable, aunque con riesgos en las empresas más dependientes del ciclo económico. En cuanto a la renta fija, prefieren el mercado de bonos a corto plazo, especialmente aquellos con vencimiento a dos años, que son menos sensibles a las variaciones en los tipos de interés.
En cuanto al análisis geográfico, Tressis señala que, después de varios meses en los que se ha favorecido la inversión a este lado del Atlántico en comparación con su asignación estratégica a largo plazo, han decidido tomar beneficios en Europa y neutralizar su asignación geográfica. Actualmente, la percepción de la zona euro es mucho más optimista que el pasado año y la mayoría espera que la economía europea se mantenga impulsada por el sector servicios. En los últimos meses, Europa se ha beneficiado de un invierno más cálido de lo habitual y de la reapertura de China. Como resultado, las acciones europeas han mostrado un mejor comportamiento relativo que las estadounidenses desde el mínimo de septiembre del 2022, respaldadas por un panorama macroeconómico más favorable de lo inicialmente anticipado y por los buenos resultados presentados por las compañías de la región.
No obstante, es probable que el pico de mejora en la actividad de la zona euro haya quedado atrás y que el BCE deba mantener una política monetaria restrictiva debido a que la inflación se mantiene en niveles elevados. Por lo tanto, la entidad ha decidido disminuir la exposición a la renta variable europea en favor de la estadounidense.
En cuanto a los sectores más interesantes, Maté señala que "a pesar de que el año pasado veíamos cómo brillaban la energía y los sectores más defensivos como la salud, consumo básico o servicios públicos, mientras que la tecnología y los servicios de comunicación sufrían las ventas por parte de los inversores, este 2023 está suponiendo un giro de 180 grados. En cualquier caso, esta divergencia de comportamiento sectorial genera interesantes oportunidades de inversión".
"Entre nuestros sectores favoritos se encuentran la eficiencia energética, el lujo, semiconductores y computación en la nube, plataformas y software en el sector del ocio, servicios médicos y equipamiento y alimentación", concluye José Miguel Maté.